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miércoles, 30 de septiembre de 2015

Bésame antes de morir (1991) de James Dearden



El perturbado Jonathan Corliss (Matt Dillon)
Como ya me explayé en su correspondiente comentario, ''Un beso antes de morir'' era una peliculilla cuyo único atractivo, desde mi punto de vista, radica en ser la versión original de este excelente y tensísimo thriller. Si bien, la trama es la misma a grandes rasgos (ambos comparten como fuente literaria una novela de Ira Levin), el guión de este remake está mucho mejor construído y sus realizadores supieron sacarle partido a la tensión que la historia requería, de lo cual fue incapaz la versión cincuentera. El primer gran acierto de la película es, comenzar yendo al grano. Tenemos al personaje del estudiante psicótico y preso de la ambición por ser rico (interpretado magistralmente por Matt Dillon, un actor que me parece excelente y que está muy infravalorado), que ha cazado a una joven y rica heredera (Sean Young, prota de ''Blade Runner''), con la que pretende casarse para sacar tajada del papi de ella (nada más y nada menos que el mismo padre Merrin de ''El exorcista'', Max von Sydow). 

La pobre Dorothy (Sean Young) a punto de caer desde bien alto

¡Estampa mortal!
Pero claro, la chica se ha quedado preñada y eso es la consecuencia de que el papi ricachón le corte el grifo y por lo tanto, su amante psicótico la asesina, igual que en la original, lanzándola desde un azotea (pero claro, la escena en cuestión en esta versión impacta con creces, recuerdo haberla visto de pequeño y me quedé atónito). Niquelado el prólogo vemos como entra en acción la hermana gemela de la muerta (en esta ocasión vuelve a ser la propia Sean Young haciendo doble papel), que intenta averiguar si ésta se suicidó como apuntaba la versión oficial, ya que no le cuadraba. Pero para colmo, resulta que la misma acaba prendada de amor por el asesino de su hermana, cosa que, obviamente, desconoce. Lo que va deparando ''Bésame antes de morir'' es todo un torrente de suspense, tensión y emoción en pro de un entramado que atrapa con suprema facilidad la atención del espectador durante algo más de hora y media. 

Jonathan se camela a Ellen (también Sean Young), hermana gemela de Dorothy

De la película debo destacar, por supuesto, a Matt Dillon, increíble caracterización del psicótico protagonista, muy bien respaldado por una sensual Sean Young que también se lo curra en una doble performance, como víctima desvalida y como sufrida heroína. En lo personal creo que estamos ante uno de los mejores thrillers, de los muchos que surgieron al inicio de los noventa, y por supuesto lo recomiendo encarecidamente, es un claro ejemplo de como un remake hecho con esmero puede ser superior a una desangelada y rancia película original.

Jonathan mata a quien sea por guardar sus secretos

Un beso antes de morir (1956) de Gerd Oswald



El psicótico protagonista Bud Corliss (Robert Wagner)
''Un beso antes de morir'' es una adaptación de una novela de Ira Levin (cuyo título más célebre es ''La semilla del diablo'') y se trata de una especie de mezcla a medio camino entre thriller y cine negro, con unas ligeras gotitas de dramón teen del momento (al estilo ''Rebelde sin causa''). La cuestión es que esta peliculilla fue conocida por mí gracias a la existencia de un remake posterior de la misma de 1991, ''Bésame antes de morir'', protagonizado por Matt Dillon y Sean Young, desde mi punto de vista bastante superior a ésta, la original, es más dicho remake acabó siendo más conocido a grandes rasgos que la versión cincuentera, y con razón. ''Un beso antes de morir'' me pareció una película muy sosa, muy rancia y muy descafeinada. Quizás influenciase el hecho de que hubiese visto antes el remake que, lógicamente, hizo que al ver ésta en cuestión, me impresionase mucho menos y, por motivos de los cambios entre las diferentes épocas entre ambas, el tono de seriedad y misterio se palpase más íntegro y gráfico en la versión de los noventa. 

Bud se camela a la ingenua Dorothy (Joanne Woodward)

La pobre Dorothy no sabe lo que le espera
Por supuesto me es imposible hablar de este film sin hacer las pertinentes comparaciones porque en sí, creo que en el modo en el que se aborda el tema argumental, ésta sale perdiendo por todos los lados. El film trata acerca de un estudiante muy ambicioso (Robert Wagner), que ha fichado a una compañera (Joanne Woodward), la cual es una rica heredera. La cuestión es que la muchacha queda preñada y eso fastidia al papi ricachón y la deshereda. Claro, esto jode todavía más al otro, que resulta ser un psicópata de la leche, y viendo que el dinerito se le escapa de las manos, se carga a la novia lanzándola desde una azotea. Bien, esto mismo que he contado, en el remake sucede prácticamente en el prólogo (los cinco minutos iniciales), en esta película se tiran más de cuarenta, o sea que casi la mitad del film es desperdiciado con este dramón rancio, reservándose la otra mitad del mismo para lo que viene a ser la trama de intriga, en la que entra en vereda la hermana de la muerta (Virginia Leith), que comienza a investigar el ''crimen'', oficialmente un suicidio. Lamentablemente, esta parte que es lo más interesante de la trama, va muy acelerada y no destaca lo suficiente, lo cual resulta muy perjudicial. 

Una que yo me sé va a caer desde bien alto

La hermana de Dorothy, Ellen (Virginia Leith),
hará las funciones de investigadora...
Me daba la sensación de que no se le supo para nada sacar partido a la historia inicialmente muy interesante. Así mismo, tengo que decirlo claramente, el final es una mierda (no voy a hacer spoilers, pero todo aquél que la haya visto podrá recordar la ridícula escena con la que se corona el film que pretende ser una especie de alarde de suspense emulador de Hitchcock, quedándose a medio gas). No me extraña que con el paso del tiempo, ''Un beso antes de morir'' haya quedado sumisa al olvido, siendo sustituida en el recuerdo colectivo, por su posterior versión de 1991, en la cual, el director James Dearden y demás miembros del equipo (reparto incluído), supieron sacar todo el jugo de la historia de Ira Levin, y representaron un thriller tenso y sobrecogedor, como Dios manda. ''Un beso antes de morir'' es una patata, con sinceridad tengo que decir que, como thriller es un desastre (nulo en intriga, nulo a la hora de intentar crear tensión y nulo a la hora de destacar los puntos más emocionantes de la trama), y en resumidas cuentas, me parece mucho más recomendable su remake noventero, infinitamente superior en todo. 

...y caerá en las garras de seducción del asesino de su hermana

martes, 29 de septiembre de 2015

Jumanji (1995) de Joe Johnston


 
El pequeño Alan Parrish (Adam Hann-Byrd)
comienza a jugar a Jumanji
¡Sorprendente, maravillosa e increíble! Creo que son los apelativos que más le pegan a ''Jumanji''. Vi esta película en el cine, allá por 1996 (yo tenía 8 añitos) y salí de la sala con los ojos abiertos como platos y fascinado. La película me pareció absolutamente impresionante, y es más, esa impresión no ha cambiado en mí a pesar del paso de los años, no hace mucho que la he vuelto a revisionar y creo que (salvo algún que otro efectillo digital que se ha podido quedar un poco desfasado) se mantiene fresca y que no ha envejecido para nada mal. El argumento es la mar de original, la trama es atrapante y el film en líneas generales es entretenidísimo y espectacular. Dirige Joe Johnston, quien había debutado gracias a otra joya de aventuras, ''Cariño, he encogido a los niños'' y que después pinchó un tanto al hacer la mierda de ''Parque jurásico 3'', y su destreza en dicho campo es prodigiosa, no considero que tenga que envidiarle nada al propio Spielberg. 

Alan Parrish (Robin Williams), 25 años después...

...y la partida a Jumanji continúa
Como ya me imagino que a grandes rasgos, todo quisqui será conocedor de qué va ''Jumanji'', no obstante, me remitiré a recordar que la propia palabra (que en el momento de su aparición, a mí me llamó la atención poderosamente, debido a mi desconocimiento de su significado) hace alusión a un juego de mesa al que juegan los cuatro desafortunados protagonistas, pero claro, no es un juego normal. La partida delante del tablero de ''Jumanji'' se las trae. Por un efecto de fuerza sobrenatural (no se sabe el porqué, pero tampoco hace falta), cada vez que los jugadores van avanzando las casillas del juego, irán siendo victimas de la aparición de todo tipo de elementos relacionados con la salvaje jungla. Estampidas de rinocerontes y elefantes, leones hambrientos, mosquitos de picadura mortal, monos más revoltosos que los gremlins o un cazador chiflado, serán algunos de los peligros que tendrán que afrontar aquellos inconscientes que se hayan atrevido a lanzar sus dados. 

¡Me parece haber visto un lindo gatito!

No todos los días se ve una estampida por la ciudad
La película, como ya dije, es absolutamente fascinante, posee escenas de gran podería, curradísimos efectos especiales y un aluvión de entretenimiento despampanante para toda la familia. Destacar también un reparto la mar de indicado, desde el protagonista, el fallecido Robin Williams, la mamá de ''Beethoven'' Bonnie Hunt, una jovencísima Kirsten Dunst y un magno Jonathan Hyde fabuloso en un doble papel (uno de ellos, el del cazador psicótico), entre otros. No podemos dejar pasar por alto que el film también hace gala de un correcto uso del humor, no saturante y muy bien adaptado a la historia en sí, en los momentos precisos. En resumidas cuentas, ''Jumanji'' me parece una gran película de fantasía y aventuras, muy original y desde el punto de vista audiovisual indudablemente sobresaliente, es de ésas que delatan que dentro del mundillo de los blockbusters de entretenimiento, también existen enormes joyitas (algo que escasea bastante hoy en día).

Cualquiera se acerca a olisquear esa florecita

lunes, 28 de septiembre de 2015

La noche de las gaviotas (1975) de Amando de Ossorio



Susana Estrada poco antes de enseñar las tetacas
Tras ''La noche del terror ciego'', ''El ataque de los muertos sin ojos'' y ''El buque maldito'', el gallego Amando de Ossorio puso fin a su saga de los zombies huesudos templarios. ''La noche de las gaviotas'' no apunta gran cosa que no se haya visto con anterioridad, trama similar y misma realización patatera de turno (era lógico, que el presupuesto ajustado debía de ser una buena lacra), aunque eso sí, este film parece tomarse más en serio y presentar una historia algo más currada (sino compararlo con la cochambrosa película inicial, que por mucho culto del que goce, no deja de ser un bodriete bastante ridículo). La saga en general ha presentado constantes altibajos, exceptuando la segunda parte (cronológicamente la primera), ninguna de estas películas me parecen mínimanete destacables (insisto, a pesar de su estatus de clásicos glorificados dentro del fantaterror español y la serie B de dudosa categoría). 

Los zombies de los caballeros templarios vuelven a cabalgar

Víctima de un sacrificio
Centrándonos en ''La noche de las gaviotas'', tenemos como protagonistas a una pareja (la mujer es la mítica María Kosty, actriz poco habituada al género que, en serio, sale muy bien parada como scream queen de turno), que se traslada a vivir a un pueblecito costero (la mar de tenebroso) en donde son recibidos con mucha hostilidad por los lugareños de la zona. El porqué es muy simple, esta gentualla rinde culto a los perversos zombies de los caballeros templarios, ya conocidos por todos los hayan visionado el resto de la saga, a los que ofrecen inocentes muchachitas para ser sacrificadas de maneras sangrientas. De la película se puede destacar una cuidada puesta en escena (dentro de sus limitaciones, está muy conseguida), es más, me atrevería a decir que visualmente es la más currada y la más siniestra y mal rollera. No faltan las tipicas escenas gore de mercadillo, los monstrencos con caretas de goma y alguna que otra escenilla de destape (que ya andaba ahí el fin de la dictadura), no es para menos, hay que tener en cuenta que en el reparto estaba incluída Susana Estrada, asturiana que durante los setenta fue la reina de la provocación en nuestro país y figura cumbre del destape español (esta mujer aparece en el prólogo cinco minutos, y sólo en ese ratejo ya enseña el busto). 

Los protas acojonados vivos

Sandra Mozarowsky preparada para el sacrificio
La película es idónea para que los admiradores de este tipo de films de serie B baratejos y de terror casposa se peguen todo un homenaje, como siempre digo, aparte de suponer el cierre de la tetralogía de los zombies templarios configurada por Amando de Ossorio. Comentar como curiosidad final que aparece también la jovencísima Sandra Mozarowsky, personalidad cuyo recuerdo se ha evaporado con el tiempo, pero que considero que merece la pena rememorar. La chica murió en 1977 con 18 años sólo, en sólo unos pocos años la chica tuvo bastante repercusión como figura de la transición (sobre todo gracias, no lo vamos a negar, al destape). La cuestión es que su muerte no fue una muerte cualquiera, la chica se ''cayó'' por una ventana, y si digo ''cayó'' (entre comillas) es porque ésta se produjo de forma muy sospechosamente accidental. Durante mucho tiempo se rumoreó que fue amante del rey Juan Carlos I, y no sólo eso, también se comentó (y ella lo dejó caer antes de morir) que estaba preñada el monarca. ¿Os imagináis que supondría un hijito bastardo de Juancar? Pues bueno, todo se solucionó cuando la joven rodó desde un balcón. ¿Accidente, muerte conspiratoria? Eso nunca se sabrá, y como todo, el tiempo se llevó sus cenizas. 

R.I.P. Sandra Mozarowsky
(1958 - 1977)

sábado, 26 de septiembre de 2015

Willard (2003) de Glen Morgan



El loco de Willard (Crispin Glover)
Los responsables de la sobresaliente ''Destino final'', Glen Morgan y James Wong, fueron también los de la realización de este remake de ''La revolución de las ratas'', ese clasiquillo de serie B un tanto obsoleto, al cual el paso del tiempo no trató demasiado bien. El principal atractivo del film original había sido el plantear un argumento interesante, un joven llamado Willard, retraído y un tanto ido de la olla, que comienza a tener una amistad muy especial con un puñado de ratas, las cuales acabarán obedeciendo su voluntad. Este remake trata la misma premisa y argumentalmente no se distancia ni un ápice de lo que era la historia inicial, aunque eso sí, obviamente (por el paso del tiempo) la parafernalia técnica está más currada y resulta mucho más efectiva (sobre todo teniendo en cuenta la precariedad de la versión de 1971). ¿Es mejor este remake? Para mí, sinceramente sí, como ya dije en otras ocasiones, esto es un caso poco común -pero a veces pasa-, y en esta ejemplo concreto considero (desde mi punto de vista) que el dueto Morgan y Wong, supieron tomar lo mejor de la original y darle un cierto toque de atractivo visual (lógicamente el avance de las técnicas de realización teniendo en cuenta que entre ambas se distancian treinta años, contribuyeron a ello). 
 
Willard de colegueo con las ratas

Las ratas justicieras
Si hay algo que destaco más en la peli de 1971, es la interpretación de Bruce Davison como Willard por encima de la de Crispin Glover, no porque éste lo haga mal, pero resulta más histriónico, más caricaturesco y bufonesco y por lo tanto, se le toma menos en serio. Davison transmitía más dramatismo, era más inquietante, Glover parece en ocasiones una parodia del personaje en sí y en mi opinión, es algo errático. Por supuesto, esta ''Willard'' es más amena, posee más acción, las ratas de marras se hacen más notorias y los efectos especiales aportan un toque de distinción a la hora de presenciar un espectáculo estético más atractivo (a mí especialmente me moló esa escena en la que las ratas diabólicas arrinconan a un gatete, para darle su ajusticiamiento debido). A destacar por ejemplo también la presencia de R. Lee Ermey (el cabrón sargento de ''La chaqueta metálica'') que aquí adopta el rol que Ernest Borgnine en la anterior versión, o sea, la del jefazo tirano del protagonista, al que detestaremos con facilidad y cuyo desenlace sangriento aplaudiremos con entusiasmo. 

El pobre gatete que mal lo va a pasar

En fin, que ''Willard'' no es una película sobresaliente, ni algo digno de destacar como un clásico, pero como mero entretenimiento, un producto de acabado visual potente y una puesta al día de un film viejuno y pasado de moda, creo que cumple más que de sobra en cada uno de los apartados.

Willard con su ejército de ratas

Harry, el sucio (1971) de Don Siegel



El detective Harry Callahan (Clint Eastwood)
''Harry, el sucio'' fue una de las pelis más determinantes de la época de los setenta. Clint Eastwood encarnó con toda seguridad, el personaje más recordado de su carrera, pasó de ser un pistolero machista y sin escrúpulos (sobre todo en múltiples spaghetti-westerns de la mano de Sergio Leone), a ser el poli duro e incorruptible que va dando mamporros a todo tipo de chusma y maleantes; resulta curioso como el propio Eastwood pareció renegar de esta imagen que le caracterizaba cuando se convirtió en un remilgado director la mar de correctito (¡ojo!, que tampoco lo digo en el sentido peyorativo, creo que ha dirigido alguna peli francamente muy pero que muy buena, aunque creo exagerado ese gran estima que se le tiene a día de hoy como genio realizador). Pero bueno, centrándonos en ''Harry, el sucio'', si digo que fue determinante durante los setenta es porque el film fue en cierto sentido bastante pionero a la hora de configurar un estilo dentro del género policíaco.

Harry con su compi de patrulla

Un psicópata amenaza desde las azoteas
Tanto en estética, como puesta en escena, desarrollo argumental y sobre todo, en la creación del perfil del protagonista, sirvió como punto de referencia para múltiples pelis que imitaban su patrón. Eastwood como tal, plasmó la imagen de tipo duro por excelencia (otro del momento sería Charles Bronson), y su personificación como poli que no tiene remilgos en ser políticamente incorrecto en pro de ayudar a su prógimo a neutralizar a los malos, se ha mitificado tanto que podría decirse que él fue en cierto sentido, el punto de inspiración de muchos otros ''tipos duros'' de Hollywood que le siguieron. La historia que se nos presenta es la implacable y desesperada caza que efectúa el propio Harry, de un peligroso psicópata que se dedica a disparar desde las azoteas, con un rifle con mira telescópica y todo, a quien se le antoja. Este criminal (interpretado por Andrew Robinson, rostro reconocido entre los fans del terror gracias a su posterior participación en el clásico ''Hellraiser'') chantajea a la policía exigiendo elevados pagos, a condición de no seguir matando gente.

En el punto de mira del asesino

Harry se encara con el villano (Andrew Robinson)
Suspense, acción, violencia, son los elementos que derrocha ''Harry, el sucio'', una combinación perfecta envuelta en una reconocida estética pulp (muy de los setenta, ésa que a Tarantino tanto le gusta copiar), a ritmo de estridentes sinfonías sintetizadas (también muy características de la época, por momentos la banda sonora -salvando las distancias- me recordaba las composiciones de la banda Goblin, habituales colaboradores de Dario Argento) e incluso, hasta tiene ciertos momentos en los que me recordó (desde el punto de vista visual) por ciertas similitudes en lo referente a iluminación y puesta en escena de algunas escenas, al giallo italiano (coetáneo en ese momento). En resumidas cuentas, me parece que estamos ante un gran clásico, iniciador de un estilo particular que hizo evolucionar el género policíaco y así mismo, iniciador de una saga que ayudó a convertir a Eastwood en una figura icónica del cine de acción, por mucho que ahora quiera desvincularse de su pasado de tipo duro en el ambiente cinematográfico.

Harry preparado para disparar

viernes, 25 de septiembre de 2015

Ben (1972) de Phil Karlson



El pequeño Ben con su nuevo amiguito
Secuela directa de ''La revolución de las ratas'' (o sea ''Willard''), en la que la ''malvada'' rata Ben toma protagonismo. Es curioso porque este film adquiere un tono totalmente opuesto al de su antecesora. Mientras ''Willard'' era una película más siniestra, enfocada un tanto más hacia el género de terror, ''Ben'' cambia por completo de estilo. Esta secuela es más bien una peli de tipo infantil y familiar. Es curioso porque se inicia justo en el momento donde acaba ''Willard'' y parece que va a tirar por los mismos derroteros de ésta, pero posteriormente vemos como la rata Ben hace amistad con un niño, también un tanto solitario, el cual la protegerá y cuidará. El film es bastante tierno y nos muestra que las ratas no son las malas como parece inicialmente y se las muestra con más sentimientos que los propios seres humanos. Desde luego ''Ben'' no es nada del otro mundo, en lo referente a aspectos técnicos o visuales es bastante pobre, aunque sí que cuenta con efectos más que decentes y unas correctas interpretaciones, en especial la del niño protagonista. 

Las ratas se van de parranda

El final es la mar de emotivo (es más casi me hace derramar una lagrimita). Mencionar la canción de la película que es el punto más nostálgico y bonito de la misma, lleva por título también "Ben" y está cantada por un jovencísimo Michael Jackson (cuando todavía era negro). La canción fue nominada al Oscar y es una pieza increíble, un canto de amistad que acompaña a la perfección a la película. A las personas que no soportéis a las ratas os digo que no la veáis (por razones obvias), sin embargo lo que podáis sentir algún sentimiento de empatía por los roedores, os emocionaréis fijo.

El tema ''Ben'' de Michael Jackson fue un exitazo

jueves, 24 de septiembre de 2015

La revolución de las ratas (1971) de Daniel Mann



El prota, Willard (Bruce Davison) con
sus peludos amigos, Sócrates y Ben
Un pequeño clasiquillo dentro del cine de ''terror'' (y digo esto entre comillas porque en sí no es que la película sea especialmente aterradora, se inclinaría más hacia el drama de tipo psicológico) de serie B de los setenta, de argumento bastante original e interesante. De hecho, si hay algo que puede ser destacable dentro de esta modestísima producción es su historia, bastante llamativa por la propuesta ciertamente novedosa que supuso en su momento (antecediendo incluso a otras más populares que posteriormente se posicionaron en lo más alto a la hora de tratar el tema de animales asesinos dentro del panorama cinematográfico) a la par de la plasmación de la psique del protagonista (humano), que es lo más interesante del libreto. La lástima es que desde el punto de vista audiovisual la peli es austera, muy austera, flojita y de andar por casa. No esperéis grandes alardes técnicos, ni efectos especiales ni ninguna escena sorprendente en sí, ''Willard'' (detesto el título castellanizado de ''La revolución de las ratas'') es muy simplona, e incluso me atrevería a decir, muy televisiva. 

Aquí tenemos a Elsa Lanchester, recordada por los amantes del terror
gracias a su mítica participación en ''La novia de Frankenstein''

El tirano jefe de Willard (Ernest Borgnine)
La historia que se nos presenta es la de un joven un tanto retraído y antisocial, el propio Willard (muy correcto un joven Bruce Davison), al que todo le sale mal en todos los aspectos de su vida, no tiene éxito en el amor, no se relaciona con nadie, y encima es puteado por le cabrón de su jefe (el oscarizado y antaño reputado Ernest Borgnine). Sin embargo, el muchacho, que por su definición podría ser una especie de Norman Bates (aunque sin esconder el cadáver su mami disecado en casa), contará con el apoyo de dos amigos muy especiales, Sócrates y Ben, y si digo especiales es porque son dos ratas, sí señores, dos ratas, aunque eso sí, no dos ratas al uso. Ben y Sócrates son inteligentes y son capaces de comunicarse con Willard, incluso ponerse a su servicio a la hora de echarle un cable en alguna cuestión. Gracias a ello, Willard desarrollará la facultad de conseguir que un considerable número de estos roedores, se unan a él en un momento determinado en que el muchacho decida proclamar su justa venganza contra las injusticias que asolan su vida tan tristona. Eso sí, ¡ojito con traicionar a una rata o hacerla cabrear!, la rebelión de éstas puede ser más que terrible. 

Cuidado con cabrear a una rata...

Como ya dije, la peli en sí puede pasar por ser una curiosa rareza, es más llegó a cosechar cierto nivel de culto, gracias a lo cual contó con una secuela al año siguiente, titulada ''Ben'' (haciendo alusión a uno de los amigos peludetes de Willard), y un remake en 2003 con Crispin Glover de protagonista (el cual corrió a cargo de los responsables de ''Destino final'' y ''Negra Navidad''). A mí, sin más ni más, ni me agradó ni me disgustó en demasía, podría decir que me dejó un tanto indiferente, supongo que puede ser recomendable para todo aquel fanático excesivo que disfrute con el visionado de cualquier pieza obsoleta y ''marginada'' por el tiempo. A grandes rasgos, no creo muy descabellada utilizar la apreciación de que su remake (sin tampoco ser nada del otro mundo) incluso mejoró de lleno muchos aspectos de ésta (cosa rara sí, pero que en ocasiones -pocas- ocurre).

...puede ser algo muy peligroso