miércoles, 10 de julio de 2013

La maldición de Frankenstein (1957) de Terence Fisher



El Dr. Frankenstein (Peter Cushing)
Corrían los años finales a la década de los cincuenta y el panorama del cine de terror estaba un poco cuesta abajo. En los treinta lo que lo petó fueron las famosas películas de monstruos clásicos, gran mayoría realizadas por la productora Universal (véase "Drácula", "El doctor Frankenstein", "La momia", etc). No obstante tras la Segunda Guerra Mundial, tras hacerse notorios horrores tan reales y más aterradores que las fantasías provenientes de la ultratumba de la mano de vampiros o momias, los monstruos clásicos cayeron en el más absoluto de los olvidos. Su función para el público dejó de ser efectiva e incluso aparecieron films de comedia que los parodiaban. 

El doctor y su ayudante Paul (Robert Uguhart) en medio de un experimento

Elizabeth (Hazel Court), la prometida del doctor
De pronto lo que empezó a llevarse fue el llamado "terror atómico" y aparecieron en las pantallas un sin fin de películas cuya amenaza se presentaba a forma de insectos gigantes o todo tipo de monstruo mutado por la mutación de la bomba atómica. Los tiempos habían cambiado y la forma de impactar al público también y entonces la productora británica Hammer, se sacó un as bajo la manga para volver a reinventar la fórmula del terro clásico. En 1957 recayó sobre un señor llamado Terence Fisher la responsabilidad de dirigir una nueva resurrección de la criatura creada por Mary Shelley. Así pues se estrenó el primero de una serie de grandes éxitos que la Hammer hizo basándose en las figuras de los monstruos clásicos de la Universal. ¿Pero qué tuvieron de especiales estos films para que el público recobrara el interés por estos personajes aparentemente obsoletos? 

El doctor a punto de dar vida a su criatura
El doctor le es infiel a su prometida con la criada

En primer lugar la Hammer, en contraposición con la fotografía en blanco y negro claroscurista de las pelis de la Universal, ofreció películas con una fotografía muy colorista, destacando sobre todo el color rojizo intenso de la sangre artificial que en aquella época supuso una gran novedad. En segundo lugar aporto unas dosis de sensualidad y cierto erotismo (contenido en comparación con hoy en día) que supusieron un gran adelanto en lo referido a la utilización de estos elementos de forma más explícita en el género. También hicieron lo propio con la violencia y es que las películas de la Hammer presentaron un nivel de sadismo y mala leche que rompía por completo con el espíritu más edulcorado que las adaptaciones de la Universal. 


Este monstruo (Christopher Lee) no inspira un mínimo de ternura

El doctor va a devolver la vida
a su creación por segunda vez
A pesar de partir de la misma historia que la novela original de Mary Shelly, el guión de Jimmy Sangster (habitual guionista de la Hammer) se toma un sin fin de libertades para crear una trama complemente distinta y más siniestra. El doctor Frankenstein (Peter Cushing) aquí se muestra como un auténtico personaje obsesivo y más políticamente incorrecto, es infiel a su prometida con la criada y es capaz incluso de matar por conseguir sus propósitos. Otra gran diferencia se presencia, la más evidente, en el monstruo. El de Karloff de 1931 inspiraba cierta ternura, cierta lástima, en esta versión el monstruo encarnado por Christopher Lee no tiene nada que ver, es un ser fiero, infernal, no inspira ninguna lástima y asesina sin escrúpulos todo lo que pilla y no de manera accidental como su antecesor. Digamos que en esta versión pesa más la crueldad y maldad de los personajes en contraposición con la bondad y las buenas intenciones de la versión más antigua. Con estas divagaciones de la historia original la Hammer se apuntó un tanto e hizo que el público volviese a recuperar el interés en los personajes. Y es que el secreto lo tuvieron muy claro el señor Terence Fisher y compañía, ya que los tiempos habían cambiado había que aportar una versión más acorde, más ropedora y más revolucionaria y eso consiguieron. A mí me cabrea profundamente los que critican un film cuando es una adaptación de un prestigioso texto y su versión cinematográfica distancia de éste. Esta película, por ser eso una adaptación, se permite el lujo de variar un montón de aspectos, pero precisamente se convirtió en un gran film con personalidad y en un excelente clásico distinto sin más a la versión de la Universal, pero que no es peor ni mucho menos. 

La criatura ataca a su creador

Por supuesto es obligatorio mencionar que por primera vez se vieron las caras las que serían dos míticos actores, Peter Cushing y Christopher Lee. Dos figuras míticas del terror que se dejaron ver en un sin fin de películas del género (ya fuese juntos de nuevo o por separado), y además se convertirían en las dos caras más representativas de la productora Hammer. Una de las mejores adaptaciones de la historia de "Frankenstein", sin desmerecer la protagonizada por Karloff y sin lugar a dudas distinta a las muchas que se hicieron, destacando precisamente por esa visión original que supo aportar y que creó escuela.

Elizabeth está en peligro

*MI MOMENTO FAVORITO: la criatura (Christopher Lee) se topa con un ciego, al igual que la historia original, pero como en la historia de Mary Shelley el monstruo era muy bonachón, hace buenas migas con el ciego que no lo rechaza al no poder asustarse de su aspecto. En cambio, en esta versión el sádico monstruo se carga al pobre ciego sin ningún miramiento y también al pequeño nieto de éste. 

Este pobre hombre no tiene ninguna escapatoria

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