domingo, 29 de septiembre de 2013

Cuatro moscas sobre terciopelo gris (1971) de Dario Argento


Roberto Tobias (Michael Brandon)
Entre su ópera prima "El pájaro de las plumas de cristal" y la considerada su obra maestra dentro del giallo "Rojo oscuro", Dario Argento realizó dos filmes, considerados ciertamente menores en su filmografía. Estos dos films fueron "El gato de las nueve colas" y éste que nos ocupa, los cuales sirvieron a Argento para matizar su estilo e ir potenciándolo hasta acabar convirtiéndose en uno de los más importantes nombres del terror italiano. Estos dos films, aunque son muy estimables, sí que presentan ciertas irregularidades. Como ya dije en mi comentario de "El gato de las nueve colas", Argento en esa película nos presentaba una historia repleta de suspense, de buen ritmo, muy interesante y atrapante, pero que lamentablemente flojea en su parte final. En las pelis de Argento es muy típico que estén rematadas por un sorprendente final inesperado que deje al personal co la boca abierta, lo cual en "El gato de las nueve colas" no sucede, siendo el desenlace bastante rancio y simplón. En "Cuatro moscas sobre terciopelo gris" sucede lo contario, la película es sosa y ciertamente aburrida en su desarrollo, pero acaba culminando con un genial desenlace, sorprendente e inesperado, característico del puro estilo Argento. 

El misterioso fotógrafo enmascarado

Roberto y su mujer Lina (Mimsy Farmer)
La película nos cuenta como un tipo que se gana la vida tocando la batería con un grupo, Roberto Tobias (Michael Brandon), se ve acosado por un misterioso personaje que le sigue a todas partes. Una noche, se acerca a él para rendir cuentas y el acosador le saca una navaja. Roberto forcejea con él y accidentamente acaba matándole al darle una puñalada. Todo esto es visionado por otro tipo enmascarado, el cual toma fotografías del incidente. Días después, éste le enviará dichas fotos a Roberto, donde se ve cómo mataba a su acosador. A partir de entonces, Roberto vivirá un infierno, puesto que este nuevo acosador no parará de putearlo y encima no puede acudir a la policía porque éste le amenaza con delatarlo a la policía como artífice del asesinato que tiene fotografiado. A su vez, su esposa Lina (Mimsy Farmer) comenzará a tener una crisis de nervios preocupante, y no es para menos con la situación tan fastidiosa.

Empiezan los asesinatos

Roberto con el detective Arrosio (Jean Pierre Marielle)
En sí, la historia está muy bien y consigue enganchar. El problema es que el desarrollo es bastante pesado, lleno de momentos de relleno que nada aportan a la trama principal y situaciones, ¿por qué no decirlo? ciertamente absurdas. Otro problema es que tiene unos cuantos secundarios que en vez de aportar cosas interesantes, incordian bastante, véase el caso por ejemplo del personaje de Bud Spencer, el cual sinceramente me sobra por completo, o el del vagabundo o el del amigo periodista de los protagonistas y alguno más por ahí que sale para incordiar con apariciones más que olvidables. Así mismo, la trama también presenta algún que otro matiz humorístico que no le pega ni con cola, por ejemplo en las intervenciones del inspector gay (interpetado por Jean Pierre Marielle), lo que sin duda enrarece bastante el resultado final, a veces te acabas cuestionando si estás viendo el thriller serio que se supone que es. De vez en cuando hay un asesinato, más o menos potente, y algún giro inesperado de la trama que hace que te vuelva a enganchar después de un breve período de desinterés general por lo que está pasando.

Roberto le pone los cuernos a su mujer

Eso sí, la cosa mejora ¡y de qué manera!, en su tramo final. Digamos que es el momento cuando Dario Argento demuestra su potencial real y ya nos prepara para un desenlace increíble, sorprendente, original y maravilloso. A mí me dejó boquiabierto en ciertos aspectos lo que hizo que, en resumidas cuentas, considerase la película un film más que estimable, lo que no me hubiese imaginado viendo el tramo central. Sólo por ver cómo termina todo el entuerto, la peli se hace más que recomendable y sólo me queda decir que es una verdadera lástima que el desarrollo no haya estado a la altura del final porque verdaderamente hubiésemos estado ante un pedazo de thriller como la copa de un pino, digno de rememorar. Resulta curioso el hecho de ver que si "El gato de las nueve colas" hubiese tenido un final como la de ésta, habría sido un peliculón y que si ésta hubiese tenido el desarrollo de "El gato de las nueve colas" habría sido otro peliculón. Lo que pierde una por un lado lo compensa la otra por el otro, creo que la explicación se haya en que se trataba de un período de experimentación de Dario Argento, preparándose en profundidad para brindarnos las maravillas cinematográficas que posteriormente fue capaz de crear.

Del ojo de un muerto se puede fotografíar la última imagen grabada en la retina

*MI MOMENTO FAVORITO: sin lugar a dudas, el cojonudo final, en el que comprendemos por qué la peli tiene un título a priori tan extraño y peculiar. 

Cuatro moscas sobre terciopelo gris

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