miércoles, 30 de octubre de 2013

Truco o trato (2007) de Michael Dougherty



El potente inicio nos presagia de la aterradora noche
de Halloween que pasarán algunos
Si bien es cierto que desde hace unos diez años hacia al presente, he sostenido fervientemente que el cine de terror que se ha ido haciendo, es una puta mierda. La mayor parte de films aterradores que han invadido nuestras pantallas han dejado en evidencia que la originalidad y la maestría que antaño acompañó a grandes films de este género, se ha ido reduciendo hasta quedar casi extinguida. Pero afortunadamente, siempre existe alguna excepción y una de las más sobresalientes es este "Truco o trato". Se trata de una magnífica joya, la cual desgraciadamente ha sufrido una promoción nefasta, convirtiéndola en una película bastante poco conocida a grandes rasgos. Eso no quita, que de verdad, sea una de las mejores películas de terror de la última década. Se trata de un film que evoca el nostálgico y maravilloso terror ochentero, un film de antologías cuya base más clara es ese espléndido clásico llamado "Creepshow", dirigido por George A. Romero. Uno de los mayores aciertos de sus realizadores fue que le atribuyeron una potentísima personalidad al film, puesto que aunque delatan la poderosa influencia que el film de George A. Romero ha ejercido sobre la idea de esta película, han sabido atribuirle un gran encanto, delatando el gran interés que han puesto para la correcta elaboración de la cinta, y sobre todo su adoración por el maravilloso cine de terror ochentero, al que homenajean constamente sin caer en el más absurdo y reiterativo de los plagios. 

Las calabazas sirven como elementos de contención, así los malos espíritus no podrán pasar

El homicida Steve (Dylan Baker) con su hijito
La novedad que destaca en el film es que, aunque está compuesto por historias (como "Creepshow" y además como ésta las presenta en un formato de cómic que a su vez homenajea los antiguos tebeos tipo "Tales from the crypt" que influenciaron a la peli de Romero), éstas se presentan ante nuestros ojos, intercaladas unas entre otras. Por lo tanto iremos viendo como los personajes de una, influyen en otra y sus acciones determinan los acontecimientos ocurridos para la conclusión de la trama, la cual acaba, cual engranaje, interconectándolas todas (en "Creepshow" eran historias independientes que tenían un principio y un final lineal). En "Truco o trato" también iremos comprobando como el desarrollo del argumento no es lineal, sino que van produciéndose saltos en el tiempo. Los hay muy avispados que han señalado que se trata de un plagio de la sobrevalorada "Pulp Fiction" de Quentin Tarantino, en fin, ya cuando haga el correspondiente comentario de la misma, señalaré la infinidad de plagios, presentes en ella, del señor Tarantino, para que haya muchos que estigmaticen la labor de realizadores que se atreven a imitar al rey de los imitadores. 

Estos pobres niños van directos a una trágica muerte

El Sr. Kreeg (Brian Cox) aguarda con
la escopeta cargada, nunca mejor dicho
Volviendo a la historia, a lo largo de la película (desarrollada por supuesto durante la noche de Halloween) iremos siendo testigos de las andanzas de un peligroso asesino oculto bajo una túnica y una máscara que se mezcla entre la multitud disfrazada y se va cobrando víctimas. A medida que vamos presenciando sus crímenes, descubriremos que es un vampiro. Una de sus potenciales víctimas es una joven vestida de Caperucita Roja (interpretada por la oscarizada Anna Paquin), la cual tiene serios conflictos morales sobre si perder su virginidad esa noche o continuar casta y pura. La conexión entre ambos acabará desembocando en una macabra nueva versión del mito de Caperucita y el lobo feroz. A la vez seremos testigos de las andanzas de un muy buen ciudadano (Dylan Baker), abnegado padre de familia que también resulta ser un maníaco homicida de cuidado. ¿Y qué noche mejor para cometer asesinatos que la noche más aterradora del año? Pero el tío, además, contará con una ayuda muy especial, la de su hijo pequeño, quien será un partícipe muy orgulloso de las atrocidades de su papi. 

A la inocentona Caperucita Roja (Anna Paquin) le aguardan unas cuantas sorpresas

Ardiendo en deseos de aplastar la cabeza del niño
Por otro lado, nos encontramos con un grupito de niños (aquí asoma más que nunca le toque ochentero al recordarnos irremediablemente a la maravillosa "Los Goonies", que por cierto ya estoy tardando mucho en comentarla), que salen por ahí a pedir caramelos con sus correspondientes disfraces y se les ocurre gastarle una broma macabra a una de las más pardillas del grupo. Para ello se agarrarán a un aterrador cuento que narra el triste final que tuvieron unos niños, que murieron al estrellarse el autobús escolar en el que viajaban. Con lo que no cuentan es que, en una noche como ésa, el umbral entre los vivos y los muertos en muy fácil de cruzar y que burlarse de semejantes tragedias traerá aterradoras consecuencias. Por último, nos encontramos con la historia de un viejo enclausado en su casa (Brian Cox), el tipo más odiado del barrio que a su vez odia a todo el mundo, sería como una versión halloweenesca del navideño personaje del señor Scrooge. Pues al igual que el personaje de Dickens, esa noche recibirá una visita muy especial, pero no de un fantasma, bueno, al menos no en el sentido figurado, sino de un personaje muy curioso cuya identidad no desvelaré, pero que vale la pena descubrir. No obstante, dicha visita le servirá a este tipo para aprender unas cuantas lecciones sobre la noche de Halloween, lecciones que de no ser adquiridas como es debido pueden suponer un fatal destino para muchos que no las cumplan a raja tabla. 

''¿Caperucita vas a casa de la abuelita?''

¡Cuidadito con no seguir a raja tabla las normas del Halloween!
En líneas generales, eso es "Truco o trato", pero claro, una cosa es leer de qué trata y otra cosa es enfrentarse al arrollador poder de sus imágenes. A mí la película me encantó, y más aún porque no me esperaba gran cosa de ella, pero hay que reconocerle los méritos, es una de las obras más extraordinarias del cine de terror de la tan irregular (por no decir nefasta en líneas generales) época de los dos mil. Su ambientación es exquisita, su puesta en escena idem, la banda sonora maravillosa (me recuerda en algún pasaje a las típicas melodías que Danny Elfman ha compuesto para los films más representativos de Tim Burton), el nivel de entretenimiento altísimo, y encima como la película es muy cortita, su visionado se pasa en un auténtico suspiro (de hecho, a mí me dejó con ganas de más de lo mucho que había logrado enganchar). Por todo esto, no me queda más remedio que señalarla como una película verdaderamente imprescindible y esta fecha es la más indicada para disfrutar de ella. Una auténtica joyita, que no alcanzo a comprender por qué demonios no ha sido debidamente promocionada. Y luego no paran de llegar al cine abominables mierdas de pseudoterror que dan vergüenza ajena y suponen un auténtico insulto para el género. 

''¿Truco o trato?''

*MI MOMENTO FAVORITO: la película tiene puntazos cojonudos, pero si tengo que quedarme con el instante que más me llamó la atención, me veo en la obligación de señalar ése en el que durante la pelea encarnizada del Sr. Kreeg (Brian Cox) y su misterioso atacante, descubrimos el rostro que oculta el segundo tras la funda que cubre su cabeza. 

El primo diabólico de Jack Skeleton

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