viernes, 6 de diciembre de 2013

La matanza de Texas, el origen (2006) de Jonathan Liebesman



Leatherface llega a este mundo
Hace algún tiempo ya comenté el remake de "La matanza de Texas" realizado en 2003 por Marcus Nispel, un film que contra todo pronóstico; porque, lo reconozco, soy un ferviente enemigo de la elaboración de remakes de los que considero clásicos irrepetibles (sobre todo de terror); me gustó mucho, me pareció un excelente homenaje a "La matanza de Texas" original y el film que le devolvió la seriedad a la saga, perdida de forma bochornosa durante la década de los noventa, tras la elaboración de vergonzosas mierdas que acabaron dejando a la altura del betún a un personaje tan aterrador como Leatherface. Afortunadamente, como ya he dicho, el señor Marcus Nispel hizo, para mí, un excelente trabajo y logró hacer un film, que si bien no fue redondo, al menos sí que fue una muy certera puesta al día del film original, gracias a que se nota que se tomaron muy en serio el proyecto. Merecidamente fue un gran éxito de taquilla y claro, el señor dólar manda así que en 2006 decidieron volver a traer a Leatherface a la pantalla grande, pero ¡sorpresa!; no a modo de secuela del remake, sino de precuela, o sea narrándonos acontencimientos ocurridos con antelación a la peli de Nispel.

Estos jovencitos serán el inicio de una larguísima serie de víctimas

Así recibe la familia Hewitt a los intrusos
Sinceramente, vi este film con bastante recelo, porque me temía lo peor y, la verdad me llevé nuevamente otra inesperada sorpresa, porque no tengo ningún reparo en reconocer que me encantó. Yo la situaría al mismísimo nivel que el remake de Marcus Nispel, ya que esta precuela es también muy notable en prácticamente todos los aspectos. El film, la verdad, es que me convenció desde su brutal inicio, en el que presenciaremos, nada más y nada menos, que el visceral nacimiento del asesino Leatherface; una escena que ya hará relamerse de gusto a todos los amantes del género. Posteriormente se sitúa la acción en el año 1969; (recordar que el remake de Nispel se desarrollaba en 1973) y en líneas generales nos irá contando a grandes rasgos cómo se produjeron los acontecimientos que llevaron a Leatherface y a su desquiciada familia, los Hewitt, a convertirse en una panda de sanguinarios carniceros. 

Leatherface (Andrew Bryniarski) a sus quehaceres

Lo que sufrirán los pobres chicos
La historia, por lo tanto se presenta la mar de interesante, enlaza a la perfección con el remake de Nispel y le sirve de magnífico nexo complementario. Lo que sí que he demandado, y que me habría molado algo más de profundidad, es que no hagan demasiado hincapié en el guión, en mostrarnos algo más de los inicios de la sádica familia, porque este detalle la pasan bastante por alto y se centran en ofrecer, en resumidas cuentas, lo mismo que ofrecen las otras "matanzas", a un grupo de chicos jóvenes atrapados en las garras de dicha familia. Aunque este hecho tampoco es deplorable ya que va acorde con el espíritu que marcó la original y bueno, si ya te imaginas lo que vas a ver de antemano, tampoco es que te vayas a llevar un chasco; el chasco sería, en todo caso, que estos hechos no tuviesen lugar tratándose del film que es. 

Chrissie (Jordana Brewster) intenta salvar a su novio Eric (Matt Bomer)

Aquí anda R. Lee Ermey haciendo de psicópata otra vez
En lo referido al reparto, los actores son muy decentes y creibles; todo un acierto (repite algún que otro ya visto en el remake como el mítico R. Lee Ermey, recordado por su papel en "La chaqueta metálica" de Stanley Kubrick). La calidad visual también cumple, buena fotografía, asfixiante ambientación, suciedad visual que le va que ni pintada al film, aporta un aspecto muy cercano al estilo grindhouse de los setenta que es prodigioso y ayuda a inundar a la película de esa estética tan particularmente enfermiza y malsana. La dirección es ágil, se nota que Jonathan Liebesman no era muy profesional por su forma de componer la mayor parte de las escenas (francamente Marcus Nispel lo hizo mejor), pero en líneas generales, también cumple, al menos huye del bochornoso formato televisivo en el que con abundante frecuencia caen otros directores nóveles que se ponen al mando de proyectos como éste. Se agradece que se mantenga la seriedad que volvió a imponerle el remake a la saga y se aleje de esos bodrios infames, que ya mencioné antes, que se hicieron durante los noventa, que ensuciaron el buen nombre de "La matanza de Texas"

Leatherface, ya desde sus inicios, demuestra su buen manejo de la motosierra

Leatherface se curra sus máscaras
Lo más destacable y que verdaderamente sorprende con creces de la película, es el nivel de brutalidad que contiene. Con diferencia es la más sangrienta y gore de la saga y sorprende incluso a estas alturas, la gran calidad que tienen los maquillajes (en su mayoría realizados por métidos convencionales, nada de matraca digital) y la imaginería que han desarrollado para sacarse de la manga escenas verdaderamente grotescas y desagradables. Destaco sobre todo, en este aspecto, la tremendamente brutal escena de la muerte del personaje de Eric (Matt Bomer), el novio de la protagonista (Jordana Brewster), rajado de arriba abajo con la motosierra por Leatherface, estando ella debajo de la mesa en la que lo están abriendo en canal (literalmente), una escena muy gráfica y de verdad muy, pero que muy fuerte. En cuanto al personaje de Leatherface, he de señalar que han mejorado su aspecto con respecto a la película de Nispel. En ésta conserva un estilo más cercano al de la original de Tobe Hooper, tiene más pinta de matarife, no como en el remake que parecía más un cantante heavy o algo así.

El pobre Eric a punto de ser cortado en pedazos

¡Cuidado que eso corta!
La verdad esta "matanza de Texas" acabó gustándome más de lo que esperaba porque, debo añadir que, tratándose de una precuela. el final no es muy sorprendente, ya que sabiendo como continúa la historia, pues cae de cajón el destino de cada uno de los personajes. Pero bueno, en definitiva, repito, me parece una película al nivel de su remake, por lo tanto es una excelente propuesta para que los amantes de la saga (me refiero a los de las buenas películas que la componen, véase la original de 1974, a grandes rasgos la secuela de 1986 y por supuesto la versión de 2003; el resto ni mencionarlas) la disfruten como es debido. De nuevo vuelvo a advertir que la película tiene un contenido muy violento y sangriento, por lo tanto no es recomendable para estómagos sensibles, el nivel de gore es brutal y como ya he dicho, verdaderamente sobresaliente.

Leatherce consiguiendo piel para hacerse más máscaras

*MI MOMENTO FAVORITO: otro de los más fuertecitos de la peli. Tiene como protagonista a la pobre Bailey (Diora Baird), otra de las chicas atrapadas por la familia Hewitt y que sufrirá una muerte atroz. La chica es degollada cruelmente, por Leatherface con unas enormes tijeras. Una escena muy gráfica y muy digna de merecer ser señalada como toda una obra de Arte, si llegásemos a tener en cuenta al gore como un movimiento de vanguardia, desagradable sí, pero indudablemente muy artístico. El maquillaje, lo vuelvo a decir, es sobresaliente. 

''¡Huy, se me fue la mano!''

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