viernes, 24 de enero de 2014

Hellraiser, los que traen el Infierno (1987) de Clive Barker



Frank Cotton (Sean Chapman) tonteando con la cajita dichosa
Un auténtico peliculón con creces. Estamos ante una de las joyas más grandes y originales de la Historia del cine de terror, en toda su dimensión. "Hellraiser" es un film tan fascinante que, visto incluso más de dos décadas después de su realización, sigue resultando increíble. "Hellraiser" es una propuesta enormente certera, tanto desde el punto de vista de su vertiente argumental, con un excelente guión y una historia interesantísima, como en el de su realización, con efectos verdaderamente asombrosos (y más tratándose del año en el que se hizo y del escaso presupuesto con el que se realizó). Es perversa, sangrienta, repulsiva; una película única que ha sido imitadísima en muchos films incluso de temática distinta (véase sin ir más lejos alguna muerte de la saga "Saw" que plagia descaradamente la tortura con las cadenas y los ganchos). Pero "Hellraiser" no es sólo sangre y vísceras como apuntan sus detractores, sino que cuenta una historia que atrapa fácilmente repleta de detalles de lo más originales, aunando en un mismo pack aspectos tan dispares como el tema sadomasoquista con la demonología, lo onírico o el propio slasher

Frank se trajinaba a la viciosa de su cuñada Julia (Clare Higgins)

Julia se reencuentra con su antiguo amante recién salido del Infierno
El film nos cuenta la historia de un tipejo miserable llamado Frank Cotton (Sean Chapman), quien adquiere en un bazar, una extraña caja china, según cuenta su leyenda, dotada de poderes, capaces de hacerle vivir en sus carnes a todo aquél que la abra, placeres y tormentos a la par, inimaginables. Cuando Frank, en su afán por extralimitarse, abre dicha caja, abre una puerta a otra dimensión y por ella vendrán a nuestro mundo, unos seres diabólicos y perversos, llamados cenobitas, cuyo líder es el famoso Pinhead (Doug Bradley), quien parece haber sufrido una sesión de acupuntura a lo bestia. Éstos se llevan a Frank a su mundo, donde lo someterán a una serie de dolorosas torturas durante toda la eternidad. 

Frank necesita sangre para regenerarse

Kirsty (Ashley Laurence) encuentra la caja maldita
Pasan unos cuantos años, y la casa que habitaba Frank, ahora es adquirida por el hermano de éste, Larry (Andrew Robinson) y su esposa Julia (Clare Higgins). Resulta que Julia, era la amante sadomasoquista de Frank (a escondidas de su marido, claro), debajo de su mojigata imagen se oculta una perra a la que le va la caña e incluso el castigo físico, aspectos en los que Frank, en su peculiar modo de vivir la vida, la satisfacía que daba gusto. La cosa se complica cuando, unas gotas derramadas en el suelo del desván de la casa, logran traer del mismísimo Infierno al propio Frank, quien reaparece como un amasijo de carne medio putrefacta, que apenas se puede tener en pie. Para regenerarse, necesita sangre humana y su ferviente amante, Julia, será la encargada de proporcionarle las víctimas oportunas, para que éste pueda volver a ponerla a tono. La cosa se complicará todavía más, cuando por accidente, la caja maldita caiga en manos de la sobrina de Frank, Kirsty (Ashley Laurence), la cual invoca de nuevo a los horrosos cenobitas. El resultado será una vorágine de sangre y horror de proporciones épicas.

Los cenobitas hacen acto de presencia

El icónico Pinhead (Doug Bradley) 
A destacar también, la portentosa y solvente dirección del debutante Clive Barker (que no ha vuelto a hacer una película tan redonda ni tan buena, aunque tampoco ha hecho muchas más), la cual se muestra estupenda y muy profesional, ídem de su potencial como guionista; el propio Barker adapta una de sus novelas escrita a finales de los setenta, "The Hellbound Heart". Otro grato acierto son las interpretaciones; destacar en este apartado a Clare Higgins que está soberbia como la malvada madrastra y a la heroína Ashley Laurence, una espléndida "final girl" mítica del género, que en lo personal, me cautivó, sin pasar por alto la del mismísimo icono del film, Doug Bradley, como Pinhead, líder de los cenobitas. Mencionar que, obviamente, el film fue un éxito muy notable de taquilla (su presupuesto fue de un escaso millón de dólares y sólo en Estados Unidos recuperó 14 en taquilla), así que supuso el inicio de una larguísima saga, repleta de películas nefastas en su mayoría que se cargaron por completo la esencia del film original. "Hellraiser" es un clásico con mayúsculas, una obra maestra del terror que no se anda con medias tintas; es bizarra, es violenta, pero sobre todo, es magnífica. Es ya un auténtico estandarte y por supuesto imprescindible para todo amante del género. 

¡Eso tiene que doler y mucho!

*MI MOMENTO FAVORITO: el tramo final con la pobre Kirsty (Ashley Laurence) enfrentándose, con un par de huevos, a los malvados cenobitas. 

''¡Dame la jodida caja!''

2 comentarios:

  1. genial reseña, pero creo que también la segunda parte es genial y aporta aún más a la historia sin ser un sobrante como las demás y en efectos especiales no se queda atrás, aunque lo unico que no me gusta de ambas son los efectos de luces, creo que se debió quedar integramente con efectos manuales, una prueba más que los efectos tradicionales son mejores que los de computadora, envejecen mejor.
    Recientemente leí los cómics que son continuación directa a las dos primeras películas y tiene cosas interesantes y bastantes referencias a estas vale la pena darles una mirada ya que muestran más la cuarta dimensión (que es mi parte favorita de la segunda parte cuando aparece) y explora más sobre otros seres del infierno.

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  2. muchas gracias por tu comentario, sí también creo que la segunda es muy buena, ya la comentaré en breves, un saludo y de nuevo gracias...

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