jueves, 30 de enero de 2014

Río Bravo (1959) de Howard Hawks



Chance (John Wayne), el sheriff más duro del oeste
Como ya he dicho en otros comentarios, el western es un género que nunca me llamó la atención, siempre lo he considerado muy repetitivo, lleno de clichés (para que luego critiquen al terror, que por lo menos con el paso de los años sí ha experimentado una evidente evolución) que no han presentado variedad ninguna. No obstante, como soy partidario de que, para criticar un film hay que verlo, pues no le he hecho ascos al visionado de westerns milenarios y representativos como por ejemplo éste, dirigido por el magnánimo Howard Hawks. La razón por la que me llamó especialmente la atención esta película fue porque, según las fuentes, supuso una fuente de inspiración muy importante para que John Carpenter (director de "La noche de Halloween", "La niebla" o "La cosa") realizase un entrañable clásico de serie B en 1976, "Asalto a la comisaría del distrito 13" (la cual ya comentaré). Pues bueno, así que, sin tener muchas expectativas me animé a ver la tan adorada por la crítica "Río Bravo". Pues bueno, no puedo ser embustero, la película no me gustó demasiado (y es que cuando digo que el western no me llama es por algo), no tengo más remedio que decir que se trata de otro petardazo sobrevaloradísimo, no sé exactamente en base a qué. 

Un típico salón, que todo western debe tener

Como ya he dicho, el sheriff es durísimo
Las conexiones entre este film y "Asalto a la comisaría...", son bastante simples y muy pero que muy circuntanciales; lo que me hace gracia es que hay quien sostiene que el film de Carpenter es un remake encubierto de "Río Bravo", a lo que yo me pregunto, ¿pero qué películas ve la peña? El único y mero parecido argumental que veo es que parte de una premisa un tanto similar, pero no nos engañemos, hay un abismo entre ambas. En esta película tenemos a sheriff durísimo (no podía ser otro que John Wayne), quien detiene a un tipo por asesinato y lo mantiene encerrado en la diminuta cárcel del pueblo en el que él es la autoridad. Resulta que el criminal es el hermano de un tipo muy influyente y claro, éste hará todo lo que esté en su mano para liberar al hermanito del cautivero, aunque implique una hazaña criminal. Pero el sheriff, que tiene los huevos más duros que un pedrusco, a pesar de ser un viejo casi cascadete, se mantendrá en sus trece y junto con un grupito de palurdos ayudantes, un borrachuzo (Dean Martin), un viejales cojo (Walter Brennan) y un chavaluco que le da a la guitarrita (el guaperas de esa época Ricky Nelson), tendrán que custodiar al asesino esquivando cuantas balas les dediquen los matones que el ricachón mande contra ellos. 

El ayudante borrachuzo del sheriff (Dean Martin)

Una nada remilgada señorita (Angie Dickinson)...
Viendo "Río Bravo", pues la verdad no he presenciado por ninguna parte la obra maestra tan excepcional que se vitorea que es. Los por qués son muy simples. En primer lugar, el film no es que nade, es que bucea en los míticos y más que vistos estereotipos del western; vale como representante del género es obvio, pero es que me parece que cae en el más absoluto de los ridículos, involuntariamente, en más de una ocasión, lo que en mi opinión, hace que cueste mucho tomarla en serio. Así pues veremos como los malos son más tontos que aquél que vendió la moto para comprar gasolina y serán abatidos a tiros por los protagonistas, que son inmunes al fuego enemigo. Se me hace ridículo ver a John Wayne, con unos cuantos años a cuestas, como tipo durísimo e implacable, que con un simple gesto tumba a cualquiera y ni Dios puede con él, resulta ridículo ver lo fofo que está y en cambio cómo es posible que en los tiroteos consiga librarse de recibir ni un simple tirito, para que luego se rían de las pelis de Schwarzenegger, Stallone, Seagal o Van Damme, pues ¿qué diferencia hay entre éstos y John Wayne? Bueno, al menos los otros tenían una constitución que hacían más "creíbles" sus condiciones de tipos imparables, pero es que a John Wayne sólo le falta el bastón. 

...se pasa todo el rato haciéndole insinuaciones al sheriff

Los guardianes de la cárcel
Por otro lado, supuestamente la película es seria y nos debe transmitir tensión y suspense; el argumento así lo dispone; cuatro tipos asediados por un ejército de asesinos profesionales que vienen a machacarlos, no es para andarse con bufonadas. Sin embargo, el film está inundado por un incómodo toque humorístico que mata el posible suspense, ya de por sí apagado y flojo, porque ya sabemos de antemano que los protas son invencibles y los malos van a caer como moscas porque son gilipollas. Así pues resulta vergonzoso ver, por ejemplo, el tiroteo final y comprobar como los propios protas hacen chistes y se lo toman a guasa. Por favor, ¿de verdad eso crea la sensación apropiada que debería de crear? Se lo pregunto a los críticos experimentados y cultos que ven en este film un estandarte artístico digno de admirar. 

El guapito Ricky Nelson se une al clan

Éste va a sacar a su hermano de la cárcel, sea como sea
Pero aquí no acaban las gilipolleces. Resulta que meten de golpe y porrazo una especie de subtrama romántica (bueno, romántica por llamarla de alguna manera). Así que aparece en escena una chica (la provocadora Angie Dickinson, a la que yo siempre recordaré por su participación mítica en la genial "Vestida para matar" de Brian De Palma), que no para de insinuarse al sheriff, cual vulgar putilla, porque se ve que la pone muy caliente. Pasando por alto el hecho poco creíble de que una mujer de muy buen ver como la Dickinson, perdiese la cabeza por un viejales como Wayne así como así, me veo en la obligación de destacar las participaciones de ambos como los fragmentos más lamentables de la película, que más que incorporar interés, estorban. Pero menos creíble es el alarde de hombrío del propio sheriff, que a pesar de que la chica se lo pone a huevo en incontables ocasiones, siempre la rechaza; igual, de tan machito que va el señor sheriff, éste en realidad prefería a los jovencitos como Ricky Nelson. En fin, bromas a parte, la película está llena de momentos vacíos y absurdos como éstos, o hasta el propio momento musical que se marcan los cuatro protagonistas varones en la comisaría a ritmo de guitarrita cantando pesadísimas cancioncitas, de esas tan típicas del oeste, que yo encima, aborrezco. Además, que encima la película casi alcance las dos horas y media, perjudica mucho a la hora de que uno pueda llegar mínimamente a entretenerse. 

Letárgicos momentos musicales

En resumidas cuentas, a mí "Río Bravo" me parece que de obra maestra cinematográfica no tiene nada. Me ha dejado muy bien clarito que John Wayne no era buen actor (nunca cambia la cara de palo que le caracteriza), que tiene un guión atroz, que le sobra mucho metraje, que posee momentos de humor ridículos que le quitan la seriedad que requería su argumento y que en definitiva, es un film pesadísimo. Para quien la quiera, yo no pienso volver a verla nunca más, otra de esas razones por las que siempre diré que a pesar de lo mucho que se vitoree, el western es uno de los géneros más repetitivos y más sobrevalorados que han existido a lo largo de la Historia, a los hechos me remito; en la actualidad se encuentra casi en clandestinidad. 

Con cuatro tiritos estos viejales pueden con los malos malosos

No hay comentarios:

Publicar un comentario