jueves, 9 de enero de 2014

Scream 2 (1997) de Wes Craven



Heather Graham imita a Drew Barrymore en
la falsa peli "Puñalada" inspirada en "Scream"
Estaba cantado que tras el monumental éxito mundial de taquilla de "Scream, vigila quien llama", no tardarían en ofrecernos una secuela de la misma. Y dicho y hecho, no hicieron mucho esperar al público que pedía a gritos volver a encontrarse en la pantalla con la amenazadora cara de Ghostface y en tan sólo un año, el mismo equipo de la primera nos brindó esta encantadora secuela. Yo la verdad, esperaba como agua de Mayo esta película, como ya dije en su oportuno comentario, la primera me fascinó y a día de hoy sigue siendo una de mis películas favoritas, así que no tendría palabras para describir las ganas que tenía de devorar su continuación. Pues bien, recuerdo que no pudo darse el caso de poder verla en el cine, así que me tuve que esperar a que saliera en alquiler (a finales de los noventa, obviamente, yo ni me imaginaba que en algún momento se pudiesen llegar a descargar pelis de una cosa llamada Internet). Recuerdo como si fuera ayer, una vez la cinta de "Scream 2" hubo caido en mis manos, tras una para mí eterna espera, el ansia que tenía por llegar a casa e introducirla dentro del vídeo (¡jo, qué tiempos aquéllos!). 

Ghostface vuelve a atacar

La  futura señora de Will Smith, Jada Pinkett, disfrutando de la
peli "Puñalada" en el cine, ¡qué sorpresa se va a llevar la pobre!
"Scream 2" es una muy buena secuela. He de decir que no me encantó ni me fascinó, como sí hizo la primera, pero indudablemente me entretuvo, me intrigó y me hizo pasar un gran rato. Un grandísimo acierto que le veo al film, es que vuelve el elenco protagonista (que logró sobrevivir, claro) de la primera película, lo que automáticamente le da un gran carisma al film. En mi caso, yo le había cogido tal estima a personajes como Sidney Prescott (la maravillosa Neve Campbell), o a la avispada periodista Gale Weathers (sublime Courteney Cox), que me embargaba de emoción volver a verlas esquivar las cuchilladas de Ghostface. Pero no es el único acierto que posee. Kevin Williamson nos expone un nuevo guión la mar de interesante y que repite, pero de forma muy acertada, algunas de las pautas que hicieron grandiosa a la primera parte. 

Repite Neve Campbell como Sidney Prescott

También repiten David Arquette como Dewey, Jamie Kennedy
como Randy y Courteney Cox como la periodista Gale Weathers
Si en "Scream" teníamos a un asesino (ejem, asesinos), que jugaba con sus víctimas basándose en los clichés expuestos en los films de terror, en esta ocasión nos encontramos con un nuevo asesino (¿o asesinos?), que vistiendo otra vez el característico atuendo de Ghostface, hace lo propio con unas nuevas reglas; las de las secuelas. Así tenemos una secuela que juega con los clichés del amplio abanico de secuelas (valga la redundancia) de films memorables de terror ya existentes. De nuevo está presente el tono paródico (de hecho hasta se convierte a la propia "Scream" en una saga ficticia de terror llamada "Puñalada"), aunque no exagerao, que ayuda a que nosotros como espectadores sintamos mayor apego por el film y por lo tanto lo haga más disfrutable para un público más amplio, que sobre todo, quiera disfrutar en medio de una historia en la que no deja de prevalecer la intriga. 

La pobre Sarah Michelle Gellar ("Buffy, cazavampiros") también
pasará a figurar entre las víctimas de Ghostface

''Upps, te has librado por un pelín''
Una vez más, nos ofrecen una amplia hilera de sospechosos, entre los cuales se retoma uno ya presente en la primera historia, Cotton Weary (Liev Schreiber), a quien Sidney había acusado del asesinato de su madre y después quedó demostrado que el hombre era inocente, tras el descubrimiento del auténtico asesino de ésta. Cotton es un personaje que da mucho juego, nos hace pensar que es imposible que ahora sea un psicópata si había quedado claro que en la primera había sido inocente, pero su comportamiento muchas veces nos hace dudar hasta qué punto su implicación en los asesinatos del primer film, fue o no mera casualidad. Una de las cuestiones más intrigantes de esta secuela, es el hecho de descubrir qué motiva a este nuevo asesino a continuar la ola de crímenes supuestamente finalizada en el anterior film. ¿Acaso este nuevo asesino es uno de los personajes supervivientes de la cinta anterior?, ¿era quizás un compinche que no fue descubierto?, ¿es tan sólo un mero imitador?, ¿alguien con una mente tan perturbada por su afición al cine de terror que pretende crearse su "secuela" particular? Todas estas incógnitas irán siendo destapadas en un elegante ejercicio de suspense, muy en la línea de su antecesora, que desde luego consigue enganchar con garbo y astucia. 

En la primera peli Sidney bromeaba diciendo que si algún día hacían
una peli sobre ella sería Tory Spelling quien la interpretaría. Dicho y hecho,
la señorita Spelling hace de Sidney en "Puñalada"

¿Por qué Cotton Weary (Liev Schreiber) actúa de forma
tan rara?, ¿no se supone que es inocente?
A destacar nuevamente la maravillosa dirección del maestro Wes Craven, volviendo a la carga y dejando muy claro que dentro del género, se mueve como pez en el agua. Visualmente Craven demuestra un gran saber hacer, componiendo magistrales momentos de tensión, que contrastan a la perfección con otros en los que hace su cierta presencia el humor. Eso sí, tengo que decir también que si bien, a grandes rasgos, me parece una secuela cumplidora, hay ciertos aspectos que me decepcionaron y por lo tanto, hicieron que no llegase al nivel tan magistral de la primera. Un momento concreto que me horrorizó fue la muerte del personaje de Randy (superviviente del primer film, interpretado estupendamente por Jamie Kennedy). Me dejó enormemente frío porque era un personaje al que yo adoraba, tenía mucho carisma y me parece que podía haber dado mucho más juego. Además la escena de su muerte me resultó brusca y un tanto absurda, sinceramente. Una lástima, porque me quedé con el corazón en un puño ante la tristeza de la pérdida de un personaje tan cojonudo y al que le había cogido un amplio cariño. ¡Qué demonios! Él había explicado, como ningún otro, las reglas precisas para sobrevivir en una película de terror. La nostalgia que me invade ante su muerte hace que repudie en cierto sentido que se lo hubiesen quitado de en medio de esa forma tan radical. 

Un minuto de silencio por el pobre Randy

No me parece buena idea salir por ahí
Otro detalle que me chocó un tanto, negativamente hablando, fue la identidad del asesino (o asesinos). Si en el primer film hicieron un trabajo excepcional ocultando mediante estupendas tretas quién se escondía tras la máscara de Ghostface, aquí esa labor no resulta tan sorprendente; incluso me atevería a decir que al contrario, se ve un tanto irrisoria. No voy a joder el pastel, pero para los que la habéis visto me imagino que sabréis a qué me refiero, se me hace un tanto desmadrada y muy poco creible la idea de que el autor (o autora) de los crímenes de este film, haya podido realizar algunas de las proezas que llegó a realizar oculto/a tras el disfraz de Ghostface, una vez desenmascarado/a (nunca mejor dicho), resulta muy reprochable que se hubiesen sacado de la manga el hecho de atribuirle la personalidad asesina a dicho personaje. Vamos, que no me pega un pimiento. Pero bueno, son ciertas pesquisas que no le quitan tampoco en una gran medida, su valor como secuela efectiva y funcional. No es un clasicazo, en mi opinión, como su inmortal primera parte, pero cumple con las facetas fundamentales de entretener, intrigar y enganchar. Ni qué decir tiene que fue otro grandísimo éxito. Recopiló en la taquilla mundial, nada más y nada menos que 160 millonazos de dólares, habiendo costado 23 millones. Volvía a estar cantado ¿no?, habría "Scream 3", y los forofos de la saga (entre los que me incluyo) tan contentos.  

Sidney y Gale preparadas para la acción

*MI MOMENTO FAVORITO: como mi personaje favorito es Gale Weathers (Courteney Cox), voy a destacar ese momento tan tenso en el que ella intenta esconderse del asesino, que la persigue dentro de un estudio de grabación. 

¡Escóndete bien Gale, que se acerca!

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