lunes, 10 de febrero de 2014

Drácula (1979) de John Badham



Este Drácula (Frank Langella)
es todo un Don Juan
Me veo en la obligación de comenzar este comentario diciendo que, la verdad, a mí me fastidia un poco que se alabe tanto, tantísimo, la versión de Coppola de "Drácula", como una obra maestra insuperable y la mejor adaptación de la famosísima novela de Bram Stoker (que sí, que es espectacular visualmente de eso no cabe ninguna duda), en detrimento de otras versiones de la misma, como mínimo, igual de jugosas y atractivas (en mi opinión, incluso mejores), como la maravillosa creación de la Hammer en 1958 o ésta misma. Sinceramente no veo que esta versión haya de ser inferior a la de Coppola, sin más es diferente, pero creo que posee los atributos suficientes para que merezca el mismo estatus fílmico del que goza la de Coppola. No obstante este film, a pesar de tener un aceptable éxito de taquilla en su época, se llevó ostias por todos lados por parte de la crítica y con el paso del tiempo se ha convertido en una de las más olvidadas películas del famoso vampiro. Se le achacó mucho, de manera negativa, la gran cantidad de licencias que se tomó con respecto al texto de Stoker, lo cual me hace volver a decir que me parece estúpido el achacar a una adaptación como elemento peyorativo, el hecho de que sus realizadores se alejen lo que les dé la gana de la fuente literaria, si lo que ofrece es un espectáculo audiovisualmente atractivo, ¿dónde coño está escrito que se ha de respetar fidelidad a todo tipo de adaptación cinematográfica?. Además, me jode mucho que siempre se esté proclamando que la peli de "Drácula" de Coppola sea la más sublime, por el hecho de que respeta más fielmente la novela, y no sé qué librito se habrán leído los que afirman esto a cal y canto, pero el director de "El padrino" también se tomó sus múltiples licencias, lo que alejan a su peliculita de ser el cien por cien de fidelidad a las letras de Stoker que, repito, muchos proclaman. Pero bueno, como ya he dicho otras ocasiones, siempre quedará más culto decir que la obra de un autor con más renombre es superior a otras de menor prestigio, aunque esto resulte inmerecido. 

El aterrador castillo de Drácula

Lucy (Kate Nelligan) y su padre el Dr. Seward (Donald Pleasence)
Dicho esto, debo señalar que en lo personal, este "Drácula" me parece a nivel fílmico, un film bastante espectacular. Los habrá, ¡cómo no!, que dirán que la versión de 1992 se la comerá con patatas para reiterar su defensa desmedida con respecto a la misma, a lo que yo les respondería a esos señoritingos tan cultos que, lo primero este "Drácula" no gozó del presupuestazo con el que Coppola hizo su ambiciosa adaptación y lo segundo, las separan trece añitos de diferencia, en los que la industria del cine sufrió una impresionante evolución en lo referido a las técnicas de realización de películas. Todo hay que decirlo. Centrándome en esta película, decir que la estética de la misma es increíble, sombría, aterradora. Posee una fotografía tenebrosa, de porte clásico (un claro homenaje a los films de antaño de la Universal), en la que abundan tonos grisáceos, asfixiante por momentos, que desde mi perspectiva, buenamente se podría haber merecido un Oscar; un trabajo sensacional que la dota de un aura siniestra propia del buen cine de terror gótico. Se anticipa a la de Coppola al darle predominio al elemento romántico en la relación de Drácula con su víctima, la cual, lejos de verlo como un villano, cae rendida a sus brazos, cual amante desesperada.

''Seré tu amante vampiro''

El Prof. Van Helsing (Laurence Olivier) frente
al cadáver de su hija Mina (Jan Francis)
La dirección de John Badham (quien había pegado un buen pelotazo dos años antes con "Fiebre del Sábado noche") es potente y muy profesional. Los actores son maravillosos. Tenemos a un Frank Kangella que está soberbio como el Conde Drácula (no tiene nada que envidiarle a la tan vitoreada actuación de Gary Oldman, aunque la verdad, yo me quedo con el eterno Christoper Lee). El Drácula de Langella va a caballo entre el caballero sofisticado de Lugosi y la bestia agresiva de Lee, manteniéndose siempre seductor e impecable. Destacan también secundarios tan excelentes como el mismo Laurence Olivier, (encarnando a un algo cascadete Van Helsing, quien a pesar de que los años le pesan no cesará en ser un digno oponente del vampiro), una sensual Kate Nelligan o Donald Pleasence (el mítico Dr. Loomis de la saga "Halloween"). Como ya he dicho, el film acusa una muy evidente tergiversación de la historia de Stoker y presenta un porrón de variaciones que cambian bastante el hilo argumental original. Algunos de los cambios más evidentes es por ejemplo, que se cambien los personajes Mina y Lucy. En el libro, y si no me equivoco en todas y cada una de las adaptaciones cinematográficas, la protagonista "amante" de Drácula había sido Mina, mientras que la vampirizada víctima del mismo, era Lucy. No obstante en este film, es al revés, la protagonista femenina, Kate Nelligan, adquiere el rol de Lucy y Mina (Jan Francis) adquiere un rol secundario, además de protagonizar una siniestra e inquietante escena de resurrección vampírica. 

Mina vampirizada

Van Helsing mata a su propia hija
Otro de los cambios argumentales es que resulta que la propia Mina, es hija de Van Helsing, el enemigo número uno de Drácula, lo cual le hará adquirir a éste un motivo personal en su pelea contra el vampiro. Y por supuesto, el desenlace del film es lo que más se aleja de su referente literario, un final que la verdad, me pareció muy atractivo ya presenta una variante de la historia original, e incluso poética, el cual además, intensifica el componente romántico, del que después (como ya he mencionado) se adueñaría el señor Coppola trece años después. Mencionar también que la banda sonora del maestro John Williams (''Tiburón'', ''E.T.'', ''Indiana Jones'',...), es otro de los aspectos más sobresalientes del film. En definitiva, me parece una versión magistral de la novela de Stoker, con sus variantes muy bien dispuestas, aportando una visión distinta de la misma. No tiene nada que envidiarle a la de Coppola, salvando las distancias, tratándose una de una película más normalita infravalorada (ésta) y la otra una superproducción de renombre (sobrevalorada, más que nada por contar con el nombre de Coppola, sin menospreciar sus aspectos sobresalientes).

Lucy va camino de la diabólica conversión

*MI MOMENTO FAVORITO: la escena final a bordo del navío, en el que se destará una violenta pelea que cerrará de forma ejemplar el film. Me llama especialmente la atención porque se trata de un desenlace nunca visto en ningún otro film de Drácula y eso le aprorta un gran mérito. 

Van Helsing frente al ataúd de los amantes vampiros

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