miércoles, 5 de febrero de 2014

El justiciero de la ciudad (1974) de Michael Winner



Paul Kersey (Charles Bronson)
Durante la década de los setenta, triunfó en la taquilla un subgénero denominado exploitation, el cual venía condicionado por el comportamiento agresivo que unos personajes desarrollaban como consecuencia de un traumático hecho violento vivido por ellos mismos (normalmente una violación o el asesinato de un ser querido), lo que deparaba una evidente venganza. Este subgénero fue expuesto desde diversos puntos de vista en el panorama cinematográfico, especialmente destinado al de la serie B, cuya alma mater había sido por supuesto "La última casa la izquierda". No obstante fue muy utilizado en una variación más afín al género policíaco y en este caso, la que sirvió de principal fuente de inspiración, fue ésta. "El justiciero de la ciudad" fue un film enormemente famoso y a la par que polémico, cuando vio la luz hace ya cuarenta años. Si bien esta misma podría beber ligeramente de films como "Harry, el sucio", con el que guarda varios puntos en común, sí que es cierto que "El justiciero de la ciudad" creó una tendencia muy imitada en posteriores films de temática similar hasta nuestros días (siendo por ejemplo la cuna del estilo característico de, por ejemplo, el señor Tarantino). 

A Paul le van muy bien las cosas en los negocios

La mujer (Hope Lange) y la hija de Paul (Kathleen Tolan)...
Lo que nos cuenta su argumento es muy simple. Nuestro protagonista, Paul Kersey (Charles Bronson) está en un momento álgido de su vida. Su trabajo como agente inmoviliario va viento en popa y disfruta de la vida junto a su esposa (Hope Lange) y su hija adolescente (Kathleen Tolan). Pero de pronto su vida, se verá desquebrajada de manera cruel. Un día, su mujer y su hija son asaltadas en su apartamento por tres maleantes desalmados (uno de ellos está intepretado por un principiante Jeff Goldblum). La mujer fallece víctima de una brutal paliza, y la hija queda en estado de shock después de haber sido brutalmente violada. A partir de ese momento, Paul sufrirá una transformación. Tomará un arma y saldrá por las noches a la calle con un simple propósito; limpiarlas de gentuza. Noche tras noche, no tienen ningún reparo en ir asesinando a tiros a todo ladrón, violador o asesino potencial que se vaya topando; y eso en la ciudad de Chicago no escasea. Sus acciones tendrán divida a la opinión pública, los habrá que lo vitoreen como un héroe, mientras tanto el departamento de policía irá tras su búsqueda para detenerlo, pues no deja de ser un delincuente más, en especial el veterano detective Frank Ochoa (Vincent Gardenia). 

...serán perseguidas por estos tres delincuentes (izqda. Jeff Goldblum)...

...y asaltadas en su apartamento
Como ya he dicho, "El justiciero de la ciudad" fue un éxito de taquilla, lo cual generó aparte de sendas imitaciones, cierta controversia. Es innegable que el personaje de Kersey genera en el espectador cierta simpatía, al fin y al cabo actúa en base a un hecho tan traumático que ponerse en su lugar da auténticos escalofríos (¿qué haríamos nosotros en un caso así de terrible?) y sus víctimas son tipos de la peor calaña, cuya eliminación es un grato favor a la sociedad. No obstante, la película no deja de suscitar un cierto alegato a favor de la libre utilización de las armas, lo cual, por aquélla se temía que pudiese suscitar una lectura un tanto peligrosa. A pesar de que sus realizadores insistieron que el film no era más que una crítica al comporamiento violento del protagonista, lo cierto es que en la película esto no se ve reflejado, sino todo lo contrario, éste siempre da la sensación de ser retratado como el héroe del cotarro, y como ya he dicho, en el trasfondo (a pesar de sus acciones) es completamente normal. 

Brutal agresión sexual a la hija de Paul

Paul con su hija en coma tras el asalto
Lejos de todo esto, hay que decir que la película es indudablemente entretenida, está bien realizada y resulta en resumidas cuentas un vehículo de explotación típica de la época, capaz de contentar a todo fanático del mismo. Decir que Charles Bronson, ya curtido en eso de interpretar tipos duros, se consagró de manera definitiva con este personaje, Paul Kersey, el justiciero que volvería a interpretar en cuatro ocasiones más, en cinco películas que compondrían una saga que iría en inevitable declive, perdiendo la chispa macarra que inicialmente la caracterizaba, acercándose cada vez más al terreno de la más pura cochambrosa serie B. Bronson fue además uno de esos actores en consagrar la imagen de tipo duro (junto al señor Clint Eastwood), insensible, rudo, sarcástico e inexpresivo, cuyo testigo recogerían poco después Schwarzenegger o Stallone, entre otros. 

Paul afinando la puntería

El inspector Frank Ochoa (Vincent Gardenia)
Mencionar que, a día de hoy, me sigue resultando bastante sorprendente la inusitada violencia que muestra el film (sobre todo en la escena de la violación inicial), para tratarse de una película arropada por una gran productora como es la Paramount y no de un film de serie B, en donde se cortaban menos a la hora de meter violencia por un tubo. En fin, se nota que eran otros tiempos, hoy en día sería impensable que un film, denominémoslo mainstream, o sea destinado a un público mayoritario pudiese contar con escenas tan agresivas y tan directas. Debo decir que, en lo personal, el film me pareció interesante a grandes rasgos, pero también bastante decepcionante, y explicaré el porqué. Resulta que el protagonista, comienza a matar chusma a raíz de la violación de su hija y el asesinato de su esposa, a manos de tres maleantes. Pero, en ningún momento llega a ajusticiar a estos hijos de puta en cuestión. Estos tres tipejos sólo aparecen al principio realizando una acción tan deleznable y asquerosa (por la que irremediablemente deseamos su castigo), pero después desaparecen del mapa y no vuelven a ser vistos. Una pena que el señor Kersey no hubiese tenido oportunidad de desquitarse metiéndoles un balazo a cada uno. Debido a esto, me parece que la película resulta un tanto frustrante a ojos del espectador, por no ver vista cumplida la ansiada venganza que el protagonista sale a buscar. Por esta razón, no puedo decir que "El justiciero de la ciudad" me haya entusiasmado. Me gustó mucho más la segunda parte, titulada en España "Yo soy la justicia", estrenada ocho años después. 

Estos dos criminales intentan atracar a Paul. ¡Los pobres no saben lo que les espera!

*MI MOMENTO FAVORITO: me llamó mucho la atención uno en el que dos tipos intentan atracar a punta de navaja a Paul (Charles Bronson) en el metro y éste los despacha a balazos. 

Donde las dan, las toman

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