martes, 25 de marzo de 2014

La mala semilla (1956) de Mervyn LeRoy



Rhoda (Patty McCormack), ¡cuidado, no fiarse de este bicho!
La que aquí nos ocupa, es sin lugar a dudas una película que, si no me equivoco fue la iniciadora de un universo dentro del cine, protagonizado por niñitos para nada inocentes, sino todo lo contrario, pequeños cabrones asesinos, que como cualquier otro psycho-killer cinematográfico, han irradiado muerte y mala porra, ocultos tras su angelical rostro (véase otras pelis con infantes malvados posteriores como "El pueblo de los malditos", la española "¿Quién puede matar a un niño?", "La profecía", "Cumpleaños sangriento", "Los chicos del maíz""El buen hijo" "La huérfana"). "La mala semilla" nos expuso por primera vez en pantalla (no conozco ningún caso anterior, si es así por favor que alguien me lo señale), la idea de que un niñita de aspecto inocente, podía ser en realidad una fiera asesina, argumento que sin lugar a dudas, en la época en la que se hizo, debió de resultar chocante y un tanto polémico, gracias a ello, el film ha conseguido elevarse con un cierto estatus de clásico de culto. No obstante, en mi opinión es bastante irregular, porque nos da, como se suele decir, una de cal y otra de arena. 

Christine Penmark (Nancy Kelly), la sufrida madre de Rhoda

¿Alguien podría sospechar que tras ese angelical rostro
se encuentra una fría y mortífera asesina?
El principal mérito que posee el film es, el propio argumento. Como ya he dicho, el hecho de que una niña fuese la malvada del cotarro y desprendiese una crueldad atípica en los infantes (hablo del universo cinematográfico por supuesto) en aquel momento, pues le otorga ciertos atributos que la convierten en una película muy interesante. El gran pero, lo encontramos en el propio desarrollo de dicha historia, desde mi punto de vista enfocado desde un punto de vista lamentablemente erróneo, que de verdad lastra lo que podía haber sido una rotunda obra maestra del thriller. "La mala semilla" se nos enfoca desde el punto de vista de Christine Penmark (Nancy Kelly), una mujer de mediana edad, que resulta ser la madre de la niña asesina a la que me he referido, la pequeña Rhoda (Patty McCormack). El film arranca con la llegada de Rhoda de un campamento, en el que ha muerto un niño compañero de ella, en un supuesto accidente. No obstante la frialdad de la niña con respecto al terrible hecho y ciertos detalles que irá viendo en su comportamiento, harán hacer sospechar a la madre, una aterradora verdad, que su hija ha sido la responsable de la muerte del niño y lo que es más grave, que lleva en los genes la psicopatía latente, lo que con casi toda seguridad, supondrá que la chica no dejará de matar a todo aquél al que su vena mortífera, se le antoje eliminar. 

La niña sabe hacer muy bien el papel de angelito

La borracha Sra. Daigle (Eileen Heckart),
madre de una víctima de Rhoda
"La mala semilla" se nos muestra en su mayoría como una drama, puesto que la que lleva sobre sus hombros el mayor peso de la trama es el propio personaje de la madre, la cual irá cayendo en una profunda crisis de angustia, al ir dándose cuenta de lo cabrona que es su hijita del alma (¿quién no lo haría verdad?). Cuando la película intenta meter pinceladas de suspense o de cierta inquietud, fracasa estrepitosamente, debido a una mala incorporación en el guión de dichos elementos. El ritmo se estanca por momentos y a duras penas en muchas ocasiones se consigue mantener la atención del espectador intacta (al menos conmigo no se mostró muy efectiva en este aspecto). Su puesta en escena excesivamente teatral tampoco la beneficia que digamos. Si observamos la película con detenimiento veremos que su realización parece más propia de eso, de un folletín de teatro más que de una propuesta cinematográfica. 

El jardinero Leroy (Henry Jones), es el único que puede ver la maldad en la niña

Posee un número bastante reducido de decorados, entra un personaje sostiene una charla con otro y sale de escena, acto seguido entra otro y lo mismo, un rato de bla bla bla y saltan a otra cosa, sale otro personaje y entra otro; así muy de seguido, por lo tanto la película acción tiene muy poquita, se apoya básicamente en los diálogos (pues eso, como una obra de teatro). Los actores, la verdad, es que son bastante buenos, es más tenemos en el reparto tres nominaciones al Oscar en lo referido a interpretaciones, Nancy Kelly que está excelente como sufrida madre lo fue en el apartado de mejor actriz, y Eileen Heckart, que interpreta a la borracha madre del niño asesinado por la pequeña psicópata protagonista, compartió nominación como mejor actriz secundaria con la infante Patty McCormack, como la hasta entonces, asesina más juvenil del celuloide. 

Christine empieza a notar un extraño comportamiento en su hija

Zurrando un poco a Rhoda (escena hilarante de verdad)
El punto más negativo de la película es que la trama, supuestamente seria, nunca se acaba de tomar en serio y es una pena, porque como ya he dicho, enfocada desde otro punto de vista, habría quedado un thriller cojonudo. Se divaga mucho con incomodísimos toques de humor negro, que perjudican enormemente el lado más siniestro de la historia, lo cual hacen que "La mala semilla" termine provocando alguna que otra risa involuntaria en fragmentos donde ni de coña debería hacerlo. Así mismo, se van mucho por las ramas divagando acerca de teorías psicológicas que expliquen si los comportamientos psicóticos son innatos en el ser humano o si se asimilan, como los modales, decantándose por lo visto más por la primera opción, dando de la lado momentos de acción algo más explícitas (que brillan por su ausencia). En resumidas cuentas "La mala semilla" se queda, para mí, en un interesante y curioso intento, un film de gran relevancia porque aportó su granito de arena en el universo cinéfilo-psicopático, aunque por desgracia no resulta una película, digámoslo claramente, lo más mínimamente efectiva a la hora de transmitir las sensaciones que una propuesta como la suya debería haber logrado (y medios, actores y material tenían para lograrlo). Decir por último que encima, posee uno de los finales más gilipollas que he tenido la desgracia de toparme en el cine clásico, una escena final que no desvelaré, pero que la verdad te deja con una solemne sensación de tomadura de pelo, por no hablar de una bochornosa secuencia que precede a a la aparición de las palabras "THE END", la cual sólo me da que pensar que igual la película en sí, era una broma un tanto macabra. En fin, una lástima, una idea original y con mucho potencial, desperdiciada de lleno. Con todo, se puede ver y al menos, entretenida es. 

¡Gran gilipollez de final!

*MI MOMENTO FAVORITO: ése en el que una histérica Rhoda (Patty McCormack) confiesa sus fechorías ante unos atónitos ojos de su madre, Christine (Nancy Kelly). 

''¡Y le golpee y continué golpeando, mami!''

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