domingo, 25 de mayo de 2014

Amityville 4 (la fuga del Mal) (1989) de Sandor Stern



El padre Apeles, el curita más vacilón de todas las teles
No sé a quién demonios se le ocurrió proseguir con la saga de la famosa iniciada por "Terror en Amityville" en 1979, pero grato favor le hizo al Séptimo Arte, creado una serie de secuelas televisivas que dan más asco que un inmenso montículo de mierda putrefacto en plena calle transitable. En 1983 se había estrenado "Amityville 3, el pozo del Infierno", la cual no cosechó unos buenos números taquilla, a pesar de la atractiva publicidad ejercida por el hecho de estar rodada en 3D. Debido a este pinchazo, se dejó un poquito aparcada la saga, para ser retomada en 1989 con este telefilm cochambroso, que si tenemos en cuenta que al final de la entrega anterior la casa del título voló por los aires, comprobaremos como aquí el tema de la continuidad se lo pasan por el forro de los cojones. El film arranca con la impopular casa de Long Island en pie, tal cual (¡qué fuerza tienen los condenados espíritus, hasta levantan cimientos!). 

Comprando la puñetera lamparita de la casa de Amityville

La prota, Nancy (Patty Duke)
Hasta allí se traslada un grupito de curas, todos agarraditos a crucifijos y demás tontadas religiosas, para exorcizar el lugar y dejarlo bien limpito de energías negativas. Tras un avergonzante prólogo, la casa se desaloja y con los objetos que había en su lugar se realiza un mercadillo. Una viejecita tiene la desgracia de comprar una inmensa lámpara (horrorosa por cierto) y se la manda como regalo a su hermana, que vive a tomar por culo de allí. Pues bueno, la hermana, que resulta ser otra viejecita de una quinta parecida a la primera, acoje en su casa a su hija (la oscarizada Patty Duke), y a sus tres nietos. Una vez reciben el ostentoso regalo, comprobarán que los espíritus malditos de la casa de Amytiville, viajan en la lamparita de los cojones y vivirán las macabras consecuencias. Bueno, esta supuesta cuarta parte de "Amityville" es una soberana mierda, un telefilm flojo, flojo, flojo y el inicio además de una serie de secuelas (televisivas todas) cada vez más infames y bochornosas. 

El Mal empieza a hacer estragos

''¡Huy, qué mieditis!''
Es triste ver como una saga que había tenido un inicio brillante, con una película que fue un gran exitazo, con una buena puesta en escena y que además, ha dejado su página en la historia del terror, se haya visto reducido a semejante colección de truñazos baratos. Nada en la película es destacable. La dirección es una porquería, nada profesional y muy rutinaria. La ambientación es una solemne atrocidad, en ningún momento se molestaron en intentar crear una atmósfera mínimamente aterradora, ni ningún aspecto que resultara atractivo como mínimo. Los efectos, por favor, no hablemos de la puta mierda de efectillos cutres que se marcan en contadísimas ocasiones. Y por último, las interpretaciones, ¡un auténtico espanto!, y eso que el reparto está encabezado por Patty Duke, la cual además de ser la madre de Sean Astin (recordado por ser Sam en "El señor de los anillos"), se convirtió en la actriz más joven en recibir un premio Oscar en una categoría oficial, en el momento en el que lo ganó (con 16 años), por su brillantísimo papel en "El milagro de Ana Sullivan" (la cual ya comentaré). Una lástima que una prometedora actriz de antaño haya acabado poniendo su rostro en un pepino abominable como éste. En resumidas cuentas, es una castaña infumable, algo tan malo y tan nefasto que no podemos de dejar de preguntarnos, pero ¿a quién puñetas se le ha podido pasar por la cabeza rodar este engendro? Lamentablemente, como ya he dicho, éste sólo fue el comienzo de un puñado de secuelas tan malísimas como ésta, o lo que es más triste, incluso peores. 

''¡Ojito con esos accidentes domésticos!''

No hay comentarios:

Publicar un comentario