miércoles, 28 de mayo de 2014

Amityville 8 (la casa de muñecas) (1996) de Steve White



Una réplica (maldita ¡cómo no!) de la casa de Amityville
Bueno a estas alturas, como que la saga de "Amityville" estaba no sólo de capa caída no, sino hundida en la más profunda y absoluta mierda, gracias a la petardada de telefilms que fueron saliendo aprovechándose de su renombre para ganar algo de notoriedad. Pues todavía parecía que alguien tenía algo de fe en que el antaño poderoso gancho de "Amityville" y apareció una nueva secuela más, la octava, que se dice muy pronto. Bueno, hay que decir que teniendo en cuenta el tan alarmantemente bajo nivel de la saga, esta octava supuso un ligero tono de frescor, ¡ojo! no porque sea una buena película, que no lo es, pero sí por diversas cuestiones que iré señalando. Lo primero porque se nota que a nivel técnico es mucho, pero que mucho mejor que las anteriores cuatro bazofias existentes. 

La niña encantada con su nuevo regalo

En la casa aumenta la temperatura
Se ve que se curraron un poco detalles como la estética del film, le aportaron una dirección más profesional (que se aleja de ese apestoso toque de telefilm hiper cutre presente en anteriores secuelas), una historia con más ritmo y unos efectos especiales más elaborados. Lo cierto es que detalles como éstos, hacen que el film, acabe resultando bastante ameno (eso sí, no olvidando que no deja de ser flojucho). ¿Qué hay de nuevo bajo el Sol? Pues poca cosa. Sin más, una nueva familia se traslada a una casa en Long Island, que resulta que está edificada justamente en el mismo lugar donde estuvo la casa maldita del resto de la saga, destruida hasta los cimientos en anteriores secuelas. Como recuerdo de la misma, lo que queda es una réplica exacta, a tamaño de casita de muñecas, que es lo que el cabeza de familia regala a su hijita. Pero claro, no podemos dejar de obviar que lo que tuvo retuvo y a pesar de que la vivienda es otra, el sitio conserva sus antiguos fantasmas y demonios y claro, se irá armando la de San Quintín. Putiferios entre la familia, posesiones, fantasmas, maleficios, monstruos varios, referencias a "Poltergeist", etc. 

''Estoy muerto y no soy Bruce Willis''

Éste es el antes de un anuncio de Dermatodine
Todo este potaje, como ya he dicho, da lugar a una secuela más amena y sobre todo más vistosa a nivel visual, de lo visto últimamente con la palabra "Amityville" en su título. ¿Se agradece desde el punto de vista del espectador? Obviamente sí, bastante, por lo menos no da tanta vergüenza como otros bodrios existentes en la saga. Ahora bien, la película no da para mucho y en resumidas cuentas pues tampoco es nada del otro mundo, es más en ningún momento llega a ser lo suficientemente potente como para convertirla en algo memorable. El problema es que, obviando la mejora técnica, la historia sigue siendo muy mala; las situaciones vividas por los personajes están muy pero que muy vistas y los tres o cuatro golpes de efecto se quedan en algo muy light. En resumidas cuentas, la saga mejoró un poco, pero no lo bastante como para convertirla en algo digno de recomendar. Pero bueno, ahí quedó el intento, al menos algo de mejora hubo (lo cual tampoco era muy difícil dadas las circunstancias). 

¡Vaya inquilinos que tiene la casita de Amityville!

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