martes, 20 de mayo de 2014

La invasión de los ultracuerpos (1978) de Philip Kaufman



Las vainas invasoras a punto de poner rumbo a la Tierra
En 1956 se había realizado la primera adaptación de la novela de Jack Finney, "La invasión de los ladrones de cuerpos". El resultado fue una de las mejores películas de terror/ciencia ficción de los años cincuenta, durante los cuales las pantallas de cine se vieron constantemente invadidas por la presencia de seres amenazantes del espacio exterior. "La invasión de los ladrones de cuerpos" se convirtió por méritos propios, en todo un clásico de culto y 22 años después, se optó por realizar un remake, adaptándola a los tiempos actuales del momento. Así pues, aunque la premisa argumental se mantuvo, sí que se hicieron evidentes cambios que ayudaron a otorgarle a dicho remake, una personalidad encomiable. El primero y más notorio de los cambios, fue la propia localización de la acción del film. En la película de 1956, la invasión de las vainas especiales extraterrestres que ponen en peligro la existencia de la humanidad, se produce en un pequeño pueblecito estadounidense; en esta ocasión, nuestros atacantes no se andan con rodeos y van a lo grande, a San Francisco, donde periódicamente y de manera muy discreta irán mutando seres humanos, sustituyéndolos por copias exactas carentes de emociones y sentimientos, lo cual sucede mientras éstos se encuentran dormidos, exactamente como en la versión original. 

Los protas, Matthew (Donald Sutherland) y Elizabeth (Brooke Adams)

Kevin McCarthy haciendo un cameo/homenaje a su
personaje en la película original de 1956
Y como en la versión original, también tendremos a un grupito reducido de humanos que se resistirá a esta invasión, una vez hayan descubierto el peligro que se ciñe sobre nuestra especie. Aunque, en esta ocasión la tensión se hará notoria y ese final esperanzador expuesto en 1956, aquí quedará por completo erradicado, en esta versión de 1978, las cosas acabarán mucho más negras; una modificación gratamente acertada que intensifica el mal rollo de por sí ya existente en la original. "La invasión de los ultracuerpos" es el perfecto ejemplo de remake idóneo (algo que a día de hoy, la era de los remakes por antonomasia, no suele verse). De él podemos destacar múltiples aspectos, el primero, un guión sólido y atrapante que nos hará mordernos literalmente las uñas, aún siendo conocedores del devenir de los acontecimientos. La factura técnica es impecable, la fotografía sublime y ya no hablemos de los acojonantes y flipantes efectos de maquillaje. 

Jack (Jeff Goldblum) y Nancy (Veronica Cartwright), otros duros
opositores de los peligrosos invasores

El Dr. Kibner (Leonard Nimoy), ¿es de los buenos o de los malos?
Me sorprende mucho más la brillantez tan suprema de estos apartados, porque la película no contó con un presupuesto muy elevado (algo más de 3 millones de dólares), podría decirse que, incluso para la época, era bastante modesto; no obstante, lo que siempre digo, el talento de sus realizadores hizo que el film pareciese de mayor categoría; cosa que a día de hoy suele ser al revés, un papanatas se gasta cientos de millones en una mierda que parece que ha costado la mitad. El reparto también es otro de los más notables aciertos, y es que encontramos actores de primerísima categoría, véase por ejemplo a Donald Sutherland, Brooke Adams, el gran Jeff Goldblum (prota de "La mosca" de David Cronenberg o de "Parque Jurásico", por ese entonces bastante desconocido), Leonard Nimoy (el popular Mr. Spock de "Star Trek") o Veronica Cartwright (que al año siguiente volvería a dejar su huella en la historia de la ciencia ficción en "Alien, el octavo pasajero"). 

Una copia humana en proceso de creación

Ya eran los setenta, así que los desnudos podían ir
incluidos en la historia sin ningún problema
Digamos que el mayor de los méritos de esta nueva versión fue contar la misma historia, pero aportando sendas novedades artísticas, técnicas y argumentales tan curradas y depuradas que daba la sensación de que estábamos ante algo totalmente distinto y fresco; por supuesto hay que decir que el paso del tiempo entre una y otra también impuso la incorporación de dichos cambios. ¿Es mejor que la peli de 1956? Hay mucha gente que la considera superior a la original, lo entiendo perfectamente, en resumidas cuentas es más opresora, oscura y aterradora. No obstante, en mi opinión si me tengo que decantar por una u otra, pues escogería la anterior película, porque le guardo más cariño, más nostalgia y bueno la vi antes y me impresionó más. Pero vamos, que esta película me parece absolutamente imprescindible como clásico complementario de la misma historia. Como no podía ser de otra manera, fue un éxito, en terreno estadounidense recaudó casi 25 millones de dólares y con el paso del tiempo se ha quedado instaurada como una gran joya del género, sin perder un ápice de su eficacia a la hora de sorprender, razones para señalarla como una pieza enormemente recomendable. 

''¡Uy, la cosa no pinta bien!''

*MI MOMENTO FAVORITO: esa impresionante escena en la que Matthew (Donald Sutherland) se queda dormido, y una de las vainas extraterrestres intenta hacer una copia exacta de él. Los efectos especiales de este momento en concreto, me parecen tremendamente alucinantes (ni el mejor efecto digital del mundo iguala su realismo, eso seguro).

''Aquí clonando un ratejo''

1 comentario:

  1. Me encanta esta película, de lo mejor hecho en los 70. Me pareció buenísima, un exponente imprescindible de la c/ficción y el terror!

    ResponderEliminar