sábado, 7 de junio de 2014

Una noche en Casablanca (1946) de Archie L. Mayo



Los hermanos Marx la van a liar parda en Casablanca
Los hermanos Marx ya habían anunciado su retirada del mundo del cine en 1941, cuando aseguraron que "Tienda de locos" sería su última película. No obstante, por circunstancias del destino, cinco años después decidieron volver a la carga, unificar de nuevo el trío y encargarse una vez más de intentar arrancar las risas del público. La principal causa, por lo que he podido leer, de su regreso al Séptimo Arte, fueron las deudas de Chico (el hermano mayor), el cual se encontraba tan mal económicamente que se veía en la ruina. De modo que sus dos hermanos, como favor él, se decidieron a retomar su actividad cinematográfica, con la esperanza de que sus nuevas ganancias fueran lo suficientemente cuantiosas para saldar las deudas de Chico. Pues bueno, en esta ocasión los Marx, habiendo finalizado su contrato con la Metro Goldwyn Mayer, recurrieron a la compañía RKO, para la que ya habían trabajado en "El hotel de los líos". Pues bueno, este nuevo proyecto en el que se iban a embarcar, había nacido como una especie de parodia de la famosísima "Casablanca", o por lo menos ese rumor se corrió, aunque en resumidas cuentas este film tiene bastante poco que ver con el protagonizado por Bogart y Bergman, exceptuando el mismo lugar de desarrollo, la ciudad de Marruecos, Casablanca.

Curiosa forma tiene Harpo de limpiar zapatos

Ronald Konrblow (Groucho) es un gerente peculiar
No obstante, los rumores acerca de que se iba a tomar como referencia el famosísimo film, propiedad de la Warner Bros, para realizar un film cómico y satírico, no gustaron a los jefazos de la propia productora y éstos llegaron a amenazar a los Marx con demandarles si se les ocurría utilizar la palabra "Casablanca" por temas de derechos de autor y demás mierdas. Pero, la respuesta de Groucho concretamente, fue tajante y con su distinguido sentido del humor les pegó un corte de manga a los de la Warner, contestándole que a la palabra "Casablanca" no era propiedad suya, precisamente por ser una ciudad en Marruecos que ya existía mucho antes de la realización de la famosa película y además les dijo de forma muy socarrona que si ellos les demandaban por hacer uso de la palabra "Casablanca", él y sus hermanos los demandarían por el uso de la palabra "Brothers" porque ellos la llevaban usando como nombre artístico, mucho antes que la productora hiciera uso de la misma. Con semejante respuesta, la cosa no llegó a más, no hubo ni demanda ni tan siquiera intento de ello y los hermanos Marx pudieron hacer su película sin más dilación.

Chico intenta averiguar si le han envenenado la comida a Groucho

Groucho como siempre está hecho un ligón
Viendo "Una noche en Casablanca", desde mi punto de vista, hay que agradecerle sin lugar a dudas, a estos cómicos que volviesen una vez más a unirse, porque la peli es un gran clásico, que nada desmerece a sus mejores obras anteriores, y además es divertidísima. La acción se centra, como ya he dicho, en la ciudad de Casablanca, poco después de haber finalizado la Segunda Guerra Mundial. Un nazi, Pfferman (Sig Ruman), ansía hacerse con un tesoro escondido en un gran hotel. Para ello se encarga de eliminar a esos desafortunados que van ocupando la vacante de gerente jefe, con la esperanza de ocuparla él y así tomar el control de dicho hotel. Lo que pasa es que el último que ha sido elegido para dicho puesto, Ronald Kornblow (Groucho Marx) es un hueso muy duro de roer, casi inmune a cuantos accidentes intenta provocarle el villano para que estire la pata. Con la ayuda del dueto restante, Corbaccio (Chico) y el mudo Rusty (Harpo), Kornblow será el encargado de poner el hotel patas arriba y además de desenmascarar al nazi y a todos sus esbirros, por supuesto a lo largo de una serie de disparatadas y demenciales situaciones.

Toreando al nazi de Pfferman (Sig Ruman)

"Una noche en Casablanca" nos ofrece, ni más ni menos, que la esencia característica de los films más entrañables de los Marx. No faltará el humor anárquico, el surrealismo, el disparate más absoluto y un montón de escenas dignas de rememorar una y otra vez. Los hermanos Marx volverían a juntarse una vez más, para realizar la que sí pondría fin definitivo a su carrera artística, "Amor en conserva", no obstante para mí "Una noche en Casablanca" supuso su última gran película. Como comedia es deliciosa, entretenida, loca y muy ingeniosa; ideal para que todo adorador de la comedia clásica y de estos asombrosos e irrepetibles genios del humor, disfrute de lo lindo. 

Los hermanos Marx a los mandos de un avión, ¡algo no va a salir bien!

*MI MOMENTO FAVORITO: esa desternillante escena en la que Pfferman (Sig Ruman) está haciendo el equipaje, y los hermanos Marx intervienen para hacerle esta labor tan aparentemente sencilla, un auténtico caos. 

Así no hay quien termine de hacer el equipaje

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