miércoles, 16 de julio de 2014

El vengador tóxico (1984) de Michael Herz, Lloyd Kaufman



El pringado de Melvin (Mark Torgl)
¿Cómo se puede definir una película como "El vengador tóxico"? Quizás como una obra maestra de la caspa más zafia y absoluta, la obra fundamental y más famosa de la compañía Troma, la cual se hizo todo un nombre entre los más adeptos a la serie B, gracias al culto que cosechó el film que nos ocupa. Y es que en "El vengador tóxico", se juntan como nunca todos los elementos que caracterizan el universo Troma, ni más ni menos, véase humor chabacano, grotesco y vulgar, sexo, tetas, violencia y mucho gore; básicamente éstos resultan los engranajes que la hicieron funcionar tan bien (dentro, por supuesto, de su estilo). La película nos cuenta como en una ciudad denominada Tromaville, reina el caos y la delicuencia gracias a la labor de un alcalde más corrupto que cualquiera que haya tenido Marbella. En dicha ciudad hay un gimnasio en el que trabaja Melvin, chico de la limpieza y objeto de todo tipo de bromas y humillaciones habidas y por haber. 

¡Eso no se hace en público, guarros!

La cruel escena del atropello de un niño
Un grupito de jovenzuelos cabrones, deciden un día hacerle una bromita y el resultado termina con el chaval envuelto en llamas después de haber caído en el interior de un barril con residuos químicos tóxicos. No obstante, esto acarrea que Melvin acabe mutando en un ser inmenso, de fuerza descomunal, el cual será bautizado como "El vengador tóxico". A partir de entonces, Melvin se convertirá en el héroe que Tromaville necesitaba e irá acabando con el crimen que reina en la ciudad, de maneras muy violentas y viscerales. Incluso acabará encontrando el amor, pues conocerá a una entrañable ciega, con la que iniciará un tierno affair. Obviamente "El vengador tóxico" no es una película que destaque por sus logros técnicos; hay que decir que tampoco lo pretendían, pues la Troma ha convertido en su marca de fábrica la cutrez visual, la cual han adherido a cada una de sus producciones. No obstante funciona a la perfección como film de entretenimiento. 

Preparándole una encerrona a Melvin

Melvin empieza a mutar...
Desde luego no es un film asequible para todo público, eso es obvio, y con facilidad será tachado como una mierda, por múltiples sectores del público, con gustos muy refinados. Pero lo que es digno de admirar, es su mala leche sin pretensiones. Sus creadores supieron crear un experimento cómico y a la vez bizarro, impecable. El film es divertidísimo, porque el humor está presente en todo momento, no obstante uno no puede evitar conmocionarse ante alguna escena verdaderamente cruda y atroz, como por ejemplo ésa en la que los cuatro jovenzuelos cabrones (responsables de la broma del protagonista) atropellan a un niño en bicicleta, e incluso lo rematan, aplastándole la cabeza con la rueda. Posteriormente, las dos chicas, hacen fotos del cadáver mientras se descojonan de risa, incluso una de ellas, las utiliza para masturbarse en otra escena, ¡algo verdaderamente hiriente! 

...y se convierte en el vengador tóxico

Ahora limpiará las calles de criminales...
Pero ¿qué queréis que os diga? ¡ole sus huevos!, ¡ole por esa sinvergonzonería y ese despropósito!, ¡es ficción, coño! Ese anarquismo fílmico es digno de destacar, porque delataba el rotundo talento creativo de sus realizadores a la hora de crear bizarrismo y macarrismo del bueno. Así mismo, se permiten hacer un curioso cruce de estilos, en la historia hay lugar para exploitation (violaciones, asaltos violentos de pandillas muy agresivas, crueles aunque justificadas venganzas...), acción (persecuciones de vehículos, explosiones,...), artes marciales (muchas de las peleas son dignas de las pelis de Bruce Lee) y sobre todo, mucho gore (porque la película posee escenas muy gráficas, véase desmembramientos, cráneos reventados, tripas, vísceras de toda clase, etc). Vamos que el film es un auténtico desparrame servido para el deleite de todos los fans del grindhouse más puro. 

...aunque para eso tenga que reventar algún cráneo que otro

Esta guarra se excita viendo fotos de cadáveres
Le sumamos a todo esto un exageradísimo look ochentero (peinados, ropas, véase el aspecto del gimnasio,...), el film rezuma aroma de la década por todas partes, inclusive la genial banda sonora, repleta de temas tan bailongos como el que abre y cierra la propia película, titulado BODY TALK (no hay más que escucharlo para que las nostalgia ochentera nos recorra las venas a todos los que adoramos esa época). No se puede negar que el film es baratejo cutre e hiper casposo, pero como ya he dicho, sus creadores no intentaron disimular estos aspectos ni un ápice, sino todo lo contrario, los potenciaron de tal manera que incluso crearon un estilo propio, el cual además se ha convertido con el paso de los años, es algo digno de admiración. Desde luego no es una película magnífica, pero en ello lleva implícito su impecable atractivo; todo un acierto, diversión y entretenimiento sin pretensiones, ¡ojo! para estómagos acostumbrados a todo (o casi todo).

Sara (Andree Maranda), la ciega en la Melvin...

*Como curiosidad; se apunta que en la película hace una pequeña aparición la posterior ganadora de un Oscar, Marisa Tomei, aunque lo cierto es que yo no he sido capaz de localizarla por ninguna parte, si alguien se ha pispado de en qué momento sale, por favor que lo comente. 

...encontrará el amor

*MI MOMENTO FAVORITO: cuando Melvin le saca (Mitch Cohen) le saca las tripas a la foca oronda y corrupta del alcalde de Tromaville (Pat Ryan).

Muerto el perro se acabó la...

No hay comentarios:

Publicar un comentario