martes, 16 de diciembre de 2014

13 fantasmas (1960) de William Castle



La familia Zorba
Curiosa peliculilla orquestada por el magnate del marketing y la publicidad William Castle, único en el arte de eso de cuidar mucho el envoltorio del producto para encandilar al público, aunque luego el contenido sea un tanto rancio. Y así es como podemos definir "13 fantasmas", un vehículo interesante desde su punto de vista promocional, pero bastante vacío e insustancial. De hecho, seguramente la película no habría adquirido ese cierto estatus de vamos a decir semi-culto, de no haber sido por la inteligentísima treta publicitaria con la que Castle se metió al público en el bolsillo y convirtió su visionado, en el momento de su estreno, en una, seguro, experiencia más que divertida y gratificante. La película nos cuenta como una familia, los Zorba, la típica familia feliz americana de finales de los cincuenta (una estampa de huevo Kinder), hereda una enorme mansión propiedad de un difunto tío millonario. 

Los fantasmas que habitan el hogar de los Zorba

Las gafas para ver a los fantasmas
Pero, resulta que esta mansión está encantada, el tío muerto, que era un adorador de los temas paranormales, logró encerrar entre los muros de la casa, a doce fantasmas, y es más todavía el lugar está a la espera de lograr que en él habite un decimotercero, el cual será uno de sus actuales residentes vivos, cuya muerte parece estar predestinada en breve. El film guarda algún que otro detalle interesante e incluso original, por ejemplo, el dato de que los protagonistas puedan ver a los fantasmas únicamente poniéndose unas gafas. Así pues con dichas lentes, seremos testigos de una serie de trucajes fotográficos (algunos bastante conseguidos) que simulan ser los espectros que pululan por la mansión encantada. En la vida real, Castle otorgó a los asistentes unas lentes similares a las que utilizan los personajes de la película, con el objetivo de que el público interactuase de tal manera con la película, casi como si se tratase de otro personaje más al uso. 

El pequeño de los Zorba, Buck (Charles Herbert)

Las lentes para ver a los fantasmas que se daban a los espectadores
Resulta que la publicidad aseguraba que el único modo de ver a los fantasmas en la peli, era utilizando la lente con el color rojo, por lo tanto los espectadores podían optar por no ver a los espectros (supuestamente aterradores), viendo a través de la lente azul, que los hacía invisibles. Francamente no sé de qué manera eran efectivas estas lentes, pero la cuestión es que el anzuelo, como era habitual, era mordido con facilidad por la ingeniudad de la peña de esa época. Quizás gracias a esta forma de meterse en la película, "13 fantasmas" hubiese supuesto una grata experiencia allá por 1960, pero la verdad es que vista hoy en día, más defectos se pueden destacar en ella que aciertos. En primer lugar, la historia, a pesar de contar detalles interesantes, es muy pobre. El film, ¿qué queréis que os diga?, es excesivamente simple y excesivamente rancio. Aparaciones espectrales hay cuatro contadas, el supuesto uso del terror es muy mundano e inocentón (parece un episodio de "Scooby Doo") y el final sorpresa que te acaban colocando, queda muy forzado y muy inconexo con el resto del film. En resumidas cuentas, es una peliculilla que puede tener su cierta gracia, aunque eso sí para vérsela, hay que hacer un gran esfuerzo e intentar situar la mente de uno en la de un espectador de hace más de medio siglo, porque sino el espectáculo puede volverse bastante pobretón y hasta, me atrevería a decir, que lamentable.

La recta criada, Elaine Zacharides (Margaret Hamilton, recordada por
haber sido la Malvada Bruja del Oeste en "El mago de Oz")

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