viernes, 5 de diciembre de 2014

La casa de papel (1988) de Bernard Rose



La niña protagonista, Anna (Charlotte Burke),
tiene una desbordante imaginación
Muchos señalan este film como una prodigiosa rareza de culto (curiosa es, desde luego), incluso apuntan que es el mejor trabajo de su autor, Bernard Rose, con lo que no estoy para nada de acuerdo, ya que en mi opinión la gran "Candyman" es infinitamente mejor que esta pseudo-película ¿de terror?, he visto por ahí ciertas críticas que sostienen que "La casa de papel" es una angustiante película, absolutamente aterradora. Yo discrepo. El film no sé si pretendería crear inquietud o suspense o un mínimo atisbo de terror, pero desde mi punto de vista, no asustaría ni a un crío de 3 años. El argumento a priori es bueno, de hecho a mí me interesaba mucho al principio cuando la empecé a ver, y hasta es bastante original en resumidas cuentas. La peli nos refleja las paranoias de una tierna infante llamada Anna (Charlotte Burke), la cual comienza a ver convertidos sus sueños en una realidad (en teoría, porque con el desmadre argumental, uno se acaba perdiendo), lo cual no excluye a los más perversos. 

La casa de papel, ¿realidad o ficción?

Kate (Glenne Headly), la madre de Anna
En el apartado visual la peli también resulta un gran acierto, porque aunque no destaca necesariamente ni en fotografía ni en decoración, sí que tiene un ambiente enrarecido que es uno de sus pocos puntos a favor. Sin embargo el resto es puro aburrimiento. La película es tan lenta y tan descafeinada que no llega a llamar la atención. Se queda a medio camino entre una película de fantasía y una historia de amistad-amor entre dos niños sin llegar a decantarse por ninguna de las dos opciones. Los personajes están muy mal tratados, la verdad, no profundiza psicológicamente en ninguno de ellos, sus vivencias resultan cojas y ridículas y el argumento se torna tan malo que deja de interesar. Es una lástima porque el film prometía mucho, pero se quedó a medias. No pasa de ser un bodrio de tres al cuarto con cierta trascendencia porque el autor consiguió su repercusión en el género con la gran "Candyman", sino este film basurilla habría acabado en el más absoluto de los olvidos.

Anna con su amigo ¿imaginario?, Marc (Elliott Spiers, ¡pobre chaval!)
R.I.P. (1973 - 1994)

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