sábado, 24 de enero de 2015

Los 400 golpes (1959) de François Truffaut



El joven protagonista Antoine (Jean-Pierre Léaud)
''Los 400 golpes'', la ópera prima (tildada como su obra maestra por excelencia) del cineasta francés François Truffaut, y por muchos la señalada como la auténtica iniciadora de esa pedante corriente cinematográfica creada para el deleite de los bohemios intelectuales tanto o más pedantes todavía que la misma, la Nouvelle Vague, cuya mayoría de films que la componen deberían de ser vendidos en las farmacias como remedio para el insomnio, ¡mano de Santo oigan! Estamos ante uno de esos pasteles sofisticados que una vez visto y analizado nuestras impresiones (y hablo de la gente normal de a pie, no de las mentes pensantes superiores con exquisitos gustos artísticos) nos hace replantearnos si realmente somos idiotas. Digo esto, porque en mi caso, tras leer la soberana cantidad de críticas de alabanza vertidas sobre ella, indicando lo desoladora, durísima, controvertida e hiriente que es, y la enorme cantidad de atributos magnos que su director le ha sabido aplicar, me quedé con la típica cara de circunstancia con la que me quedo cuando me topo con el típico truño sobrecargado que supuestamente te tiene que hacer reflexionar por su sagaz moralina, y en realidad no hay nada qué sacar de él; o sea que me planteo si esta panda y yo hemos visto la misma película, o si es que en realidad yo soy muy inepto y no pillo los complejos mensajes que el director expone al no tener una mente adecuada para pillarlos (como los sofisticados bohemios intelectuales que tanto parecen disfrutar con estas odas al aburrimiento). 

El nene no es precisamente un as en el colegio

El chaval tiene una relación un poco tirante con sus papis
''Los 400 golpes'' nos cuenta la simple historia de un muchacho, Antoine (Jean Pierre-Léaud), un nene bastante insoportable que, supuestamente (según comentarios de los más instruidos) vive una existencia de pesadilla. El pobre tiene una vida atroz, casi merecedora del suicidio, porque sus padres no le muestran demasiado afecto, tiene encontronazos con sus profes lo que hace que lo castiguen habitualmente, y hace novillos. ¡Hala! Éste es el tan magno supuesto dramón. El chaval tiene la desgracia además de descubrir que su madre es infiel a su padre, lo cual tampoco parece importarle demasiado (y es que el chaval como actor es muy inexpresivo -alguno saltará con la coletilla de que el reparto estaba configurado por actores amateurs para justificarlo-). La cuestión es que yo no he visto por ninguna parte ese desolador retrato del torturado mundillo adolescente que tanto se vitorea que es ''Los 400 golpes''. La película no me parece efectiva como drama, pues en ningún momento me transmitió empatía ninguno de los tan supuestamente ''terribles'' problemas del protagonista, problemas por otro lado, muy banales. ¿Que los padres no son cariñosos con él? Bueno, no le demuestran excesivo afecto, pero no lo maltratan, lo cuidan y se preocupan por él. ¿Que los profes le regañan? Bueno, el nene no es que tenga una actitud ejemplar; es bastante engreído y repelente (es de esos nenes que se merecen un buen guantazo, ¡vamos!) ¿Que el nene tiene frustración porque sueña con ver el mar y no puede? ¡Por favor, qué cosa tan terrible! 

El prota en la cárcel, pues sí que ha cambiado la ley del menor

A mí también me tocó algún profe hijo de puta,
¡qué dura es la vida del estudiante!
Debería de hacer un guión sobre mi vida ya puestos, o sobre otras personas que conozco (que sí que lo han pasado putas), por no hablar de la de gente verdaderamente necesitada, eso sí que daría para hacer un drama. Quizás el tema de la infidelidad de la madre pudiese ser el motivo más hiriente para el chaval, pero seamos francos, esta peculiaridad ha quedado vista a día de hoy muy anticuada, por lo tanto dudo mucho que eso haga que nosotros como espectadores sintamos excesiva lástima por el prota y menos cuando, como ya he mencionado, el actor es incapaz de transmitir un mínimo gesto de martirio, de esa ''desoladora'' existencia que está viviendo, ¡el pobrecito! En resumidas cuentas, en mi opinión ''Los 400 golpes'' es un film que como drama es muy ineficaz, a la par de aburrido, y como ''clásico inmortal e imperecedero'' está enormemente anticuado, desfasado, y hace una lectura muy poco coherente de la problemática adolescente. A aquél que afirma que este film es (y cito textualmente de cierta crítica que he tenido la oportunidad de leer) ''tan dura que verla es parecido a sentir un puñetazo en el estómago'' yo le recomendaría que viese otras pelis duras (¡pero duras de verdad!) como ''La última casa a la izquierda'' de Wes Craven, ''Corazones de hierro'' de Brian De Palma o ''La lista de Schindler'' de Steven Spielberg (por nombrar alguna que se me ha venido a la mente) y luego se plantease lo que es recibir un ''puñetazo'' en el estómago.

El chico quería ir al mar pues ¡hala, ahí está el mar!

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