martes, 17 de febrero de 2015

Diez negritos (1965) de George Pollock



Los diez pequeños ''negritos'' (aunque en realidad son indiecitos)
Aquí otra adaptación cinematográfica de la famosa obra literaria de Agatha Christie ''Ten little indians'' (en español ''Diez negritos'', no voy a pararme a volver a contar el largo proceso que conllevó el cambio de diversos títulos y traducciones de la obra, ya lo comenté por encima en la reseña que le dediqué a la anterior versión de ''Diez negritos'' de 1945), esta vez de producción británica, una magnífica realización y un reparto internacional distinguido y la mar de efectivo. En mi opinión, estamos ante la mejor adaptación al cine de la propia historia (me refiero por supuesto, a las que he podido visualizar -ya que adaptaciones de la misma, en sí, las hay a montones-) y me parece una lástima que este film que nos ocupa se encuentre tan obsoleto y difícil de encontrar; de hecho creo que ni tan siquiera existe una versión doblada al castellano, quien quiera disfrutar de ella y no ande muy vivo con el inglés deberá verla con los pertinentes subtítulos; sé que hay muchas personas que no comulgan con esto de ver film en versión original, pero insisto que en muchas ocasiones merece mucho la pena, sobre todo a la hora de ver joyitas un tanto difíciles de localizar como ésta. 

El castillo en los Alpes donde se desarrolla la acción

Invitados para una matanza
Quien conozca a grandes rasgos el argumento de la historia ya sabrá pues lo que se va a encontrar, un grupo de personas (diez en concreto) encerradas en un lugar del que les es posible escapar, siendo presas de un asesino justiciero que les irá dando pasaporte, para hacerles pagar por un crimen del que cada uno de ellos fue responsable en el pasado. Los crímenes irán siendo perpetrados siguiendo al dedillo una vieja canción infantil, ''Ten little indians'', la cual explica la existencia de diez ''pequeños indiecitos'' que van encontrando la muerte progresivamente (muy macabro ¿verdad?, curiosamente la canción -que sirvió de inspiración a la propia Agatha Christie para componer el relato- era de tono infantil), encontrando el mismo destino los desgraciados personajes protagonistas. No sólo eso, también irán siendo testigos de su eliminación comprobando como van desapareciendo una por una, diez figuritas (que representan diez indiecitos), equivalente a cada uno de ellos. Con el pasar de las horas, los supervivientes no tendrán más remedio que intentar encontrar la solución al misterio, pues el asesino parece ser uno de ellos, y si no lo logran, literalmente, al final no quedará ninguno. 

La muerte empieza a rondar...

...y cada vez irán quedando menos ''indiecitos''
Aciertos que veo de este film, con respecto por ejemplo a su versión americana anterior de 1945. El primero de ellos es que, de manera muy conveniente, se le otorga a la historia un tono más serio, mientras que la anterior versión era algo más bien parecido a una comedia negra, con una presencia a veces un tanto incómoda del humor. Esta adaptación, en cambio, apuesta más por el suspense y la creación de una atmósfera más efectiva para provocar algo más de intranquilidad. Así mismo, los personajes están mejor perfilados y caracterizados por un reparto ejemplar que encarnan majestuosamente a cada uno de los mismos. Otro gran puntazo que se marca esta versión es la modificación del lugar donde acontece la acción, si bien en el anterior film (y en la obra original) los crímenes tenían lugar en una mansión situada en una isla apartada, en esta ocasión la acción tiene lugar en un inmenso castillo en los Alpes austriacos, en los que una gran nevada imposibilita la escapatoria de los correspondientes personajes. 

Ann Clyde (Shirley Eaton, la eterna chica de
''oro'' de ''James Bond contra Goldfinger'')

Ilona Bergen (otra belleza de la época, Daliah Lavi)
La ambientación pues es sublime, recuerda un tanto a los films de la época de terror gótico desarrollados en amenazadores castillos plagados de misteriosos recovecos con telarañas. En cuanto a los actores destacar por encima de todos a la rubia del momento, Shirley Eaton, recordada por ser la desafortunada víctima cubierta de oro en ''James Bond contra Goldfinger'', su participación en dicha peli de 007 había sido de escasos 5 minutos, sin embargo su esbelta figura dorada la convirtieron en todo un icono y en alguien extremadamente popular. Como curiosidad, la voz escuchada en un magnetófono, del siniestro anfitrión de los indefensos ''diez negritos'' es la del gran Christopher Lee (razón de peso pues para exigir verla en su versión original -suponiendo que existiese un doblaje al castellano-). Por lo demás, el film me parece que está ejemplarmente realizado -de hecho su director ya tenía experiencia adaptando novelas de Agatha Christie-, hace un buen uso del suspense, es muy ameno y entretenido y además posee un correctístimo clímax final, arropado todo por un solvente reparto y una ambientación cojonuda; el resultado es un loable clásico injustamente olvidado, que sin lugar a dudas merece mayor reconocimiento.

Lo mató en el salón, con la pistola,... y el asesino es...

*MI MOMENTO FAVORITO: el tenso clímax final, donde se averigua la identidad del asesino...

''Oh, ¿eres tú el asesino?''

No hay comentarios:

Publicar un comentario