Frankenweenie (1984) de Tim Burton

El joven Victor Frankenstein (Barret Oliver)
con su inseparable amigo Sparky

Tras su sorprendente cortometraje animado ''Vincent'', Tim Burton continuó poniendo en práctica su portentoso talento para recrear irreales personales y tenebrosos universos de fantasía, en esta ocasión involucrando a personajes de carne y hueso (de nuevo respaldado por la Disney). Francamente cuando veo películas más actuales suyas como "Alicia en el país de las maravillas" o ''Sombras tenebrosas", echo de menos este período inicial suyo que fue en una palabra: maravilloso. El único problema que le veo a "Frankenweenie" es simplemente que es muy corta (obviamente al ser un mediometraje) y te deja con ganas de más. Una vuelta de tuerca de lo más original de la historia de Frankenstein, con Barret Oliver (Bastian de "La historia interminable"), la hija de Francis Ford Coppola, Sofia (futura directora reputada -gracias al nombre que le precedía, por supuesto-), Shelley Duvall (la insufrible mujer de Jack Nicholson en "El resplandor"), Daniel Stern (uno de los ladrones de "Solo en casa"), etc., en fin repleta de rostros familiares y caras muy peculiares en la magnífica década de los ochenta. 

Los padres del pequeño Frankenstein (Shelley Duvall y Daniel Stern)

Una jovencísima Sofia Coppola

A destacar al entrañable Sparky, el perro protagonista (¡una gran performance canina!); la historia, que aunque simple, resulta muy emotiva, y la realización sobresaliente (de un refinado cuidado estético, muy al estilo de su autor y una preciosa y elegante fotografía en blanco y negro -como homenaje al ''Frankenstein'' de James Whale-) a la que Tim Burton en la mayoría de los casos nos tiene acostumbrados. Una pieza bastante desconocida que, afortunadamente, ha tenido más relevancia tras la aparición de su remake largometraje animado en 2012 (en mi opinión, una admirable obra maestra suprema que nos devolvió a ese Tim Burton clásico al que muchos echábamos de menos). En resumidas cuentas resulta un clasiquillo muy adorable, por supuesto los fans de Burton no os lo podéis perder (aunque seguro que ninguno lo ha hecho), es una gran joyita.

 

Estética cien por cien burtoniana