lunes, 23 de marzo de 2015

El más allá (1981) de Lucio Fulci



El acojonante hotel maldito
Aquí y allá donde he consultado información sobre este film, parece que existe la opinión generalizada (casi por unanimidad) de que ''El más allá'' es la película de Lucio Fulci que mejor reputación tiene, la mejor tenida en cuenta por usuarios, espectadores o críticos y la considerada como obra maestra del director italiano. Sinceramente, es una opinión de la que discrepo y no porque no me parezca una buena película de terror, que lo es sin lugar a dudas por múltiples características, sino porque creo que Fulci tiene en su filmografía películas, como mínimo, tan buenas como ésta (a mí personalmente me gustan más otras, véase ''Angustia de silencio'' o ''Nueva York bajo el terror de los zombies'', pero eso como siempre digo, es cuestión de opiniones). Bueno, ¿qué nos cuenta ''El más allá''? Pues algo verdaderamente caótico y demencial y es que, como ocurre con otras pelis de Fulci como ''Miedo en la ciudad de los muertos vivientes'' o ''Aquella casa al lado del cementerio'', la lógica en el argumento es inexistente. 

El Eibon (equivalente al Necronomicon)

La asustadiza protagonista, Liza (la musa de Fulci, Kathetine MacColl)
''El más allá'' es una película puramente visual y en este apartado es una gozada (tan macabra, como cruenta, como bella a partes iguales). Hay quien la compara un poco con ''Suspiria'' de Dario Argento y sí es cierto, que parece guardar ciertas similitudes (véase algunos homenajes que Fulci le rinde a la obra maestra de su coetáneo Argento), -aunque si tuviese que decantarme entre una y otra, inclinaría mi balanza hacia ''Suspiria''-. ''El más allá'' se abre con un prólogo brutal, en un hotel en Louisiana en los años veinte, un grupo de lugareños enfurecidos asesinan a un pintor de una forma bizarra y sádica, a más no poder. Lo dejan seco golpeándolo con unas cadenas, lo clavan a una pared con clavos (como a Jesucristo) y para rematar le fríen el jeto con ácido. ¡Qué ganas le tenían al pobre! ¿Por qué? La cosa no queda muy clara, pero se nos deja entrever que el tío tenía algo de relación con la apertura de una de las siete puertas del Infierno que está situada en dicho hotel, tal y como indica el siniestro libro del Eibon (un equivalente al Necronomicon). 

Aterrador zombie clavado a la pared

La siniestra ciega, Emily (Cinzia Monreale)
Pasan cincuenta años, nos situamos en los años ochenta y vemos como el hotel se ha convertido en propiedad de una joven (la genuina scream queen y musa de Fulci, Katherine MacColl), la cual pretende restaurar el lugar para abrirlo al público. Sin embargo durante las obras no cesarán de ocurrir acontecimientos de lo más perversos e inexplicables. Aparece un zombie que hace picadillo a un fontanero, así mismo el cadáver de dicho fontanero se convierte en una masa viscosa y asquerosa que provoca la muerte de su esposa, en la morgue, y la mutación de su hija pequeña a otra especie de muerto viviente (de siniestros ojos blanquecinos). Después hace su acto de presencia una misteriosa ciega (a la que nadie más que la prota puede ver) que acaba siendo devorada brutalmente por su perro guía (escena calcada a otra de ''Suspiria''). 

Lucio Fulci (izda.) haciendo un cameo

Luego sale el zombie del pintor asesinado al principio se carga a la asquerosa de la sirvienta de la prota -la cual la ayudaba supuestamente (y digo supuestamente porque tampoco estaba muy claro) a adecentar el hotel-, al arquitecto -que también le echaba un cable a la prota- lo devoran un puñado de tarántulas con más hambre que un león, para colmo se producen en el lugar la resurrección de todos los cadáveres, a los cuales hay que aniquilar (como a los zombies de toda la vida de Dios) reventándoles la cabeza, y largo etcétera de escenas demenciales y de lo más grotescas componen este peculiar clásico de terror italiano. 

Este zombie está de mala hostia y...

...¡a reventar ojos se ha dicho!
Como ya he dicho, es inútil buscarle lógica a la película, no la tiene. Esta sucesión de aterradores momentos van produciéndose sin reparar en un motivo explicativo que los apoye. De forma muy superficial se deja caer que todos estos acontecimientos son debidos a la edificación del hotel -el foco de todo el Mal- sobre una de las siete puertas del Infierno, lo cual provoca el Pifostio Padre; zombies, mutilaciones, animales asesinos, niñas poseídas por fuerzas sobrenaturales y definitivamente la fusión del más allá con el ''más acá'', o sea nuestro mundo con la dimensión que sobrepasa las fronteras de lo terrenal, ¡vamos que una cosa muy chunga! Mi recomendación para visualizar ''El más allá'', lo primero que seáis adoradores del gore más macabro y asqueroso, siendo así punto asegurado para que disfrutéis de lo lindo con su visionado, y lo segundo que asimiléis su contenido sin comeros la cabeza, el guión es lo de menos, nada importa, sólo disfrutar del espectáculo macabro que Fulci nos regala con un gusto estético que ya quisieran muchos otros pelamangos que se hacen llamar ''maestros del terror'' (y no digo nombres, pero actualmente los hay a patadas). 

Tarántulas devoradoras de carne

Los muertos de paseo
Eso sí, los que lo flipéis en colorines con tonterías del estilo ''Mamá'', ''Insidious'' o ''Expediente Warren'', pues mejor no la veáis, pues esta obra no hace más que demostrar con creces que a pesar de tener más de treinta añazos, deja en bragas y se come con patatas estas mierdecillas de terror light y descafeinado, con una sobredosis de mala leche y tenebrismo que ya quisieran poseer muchas de las tonterías de terror actual del estilo de éstas que he acabo de nombrar. En resumidas cuentas ''El más allá'' no deja de ser un clásico perturbador donde los haya, vapuleado por los más sensibleros y vitoreado por los más acérrimos goremaniacos, puede que algún que otro efectillo se vea algo falsete (esas cabezas de maniquíes reventadas), pero en líneas generales es una perfecta combinación de arte (su puesta en escena es magistral) y repugnancia, muy propia de su autor. 

¿Qué puñetas está pasando aquí?

*MI MOMENTO FAVORITO: la sangrienta muerte de la ciega, Emily (Cinzia Monreale), que es devorada por su propio perro guía. 

¡Aquí hay tomate!

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