domingo, 1 de marzo de 2015

Subspecies (1991) de Ted Nicolaou



El rey Vladislav (Angus Scrimm, el aterrador
Hombre Alto de ''Phantasma'')
Resulta curioso el hecho de que ''Subspecies'' fuese una peli que nunca me haya llamado especialmente la atención, recuerdo que la vi hace muchos años cuando la alquilé en el videoclub (siendo un crío), como tantas otras del estilo y, como tantas otras, fue un film que vi, me moló en su momento y aparqué en mi memoria, sin más ni más. No obstante, a día de hoy, se trata de una película que me produce cierta nostalgia especial, debido a que me recuerda a una persona, de la que guardo un recuerdo ciertamente especial. Este verano conocí a un gran tío llamado Mihai, de Rumanía, y hablando con él y tal y tal, me dijo que le molaban las pelis de terror y que guardaba un recuerdo muy claro de cierta película sobre vampiros que le había marcado, cuando la vio siendo un niño. Por los detalles que me dio y, no sé por qué, teniendo en cuenta que él es rumano y que esta peli está íntegramente rodada en Rumanía, le pregunté si la peli a la que hacía alusión era ésta, ''Subspecies''

Radu (Anders Hove), un vampiro que da escalofríos

Tres coleguitas de excursión por Rumanía
Al enseñarle algunas imágenes de la misma, me exclamó que sí, esa peli que tanta impresión le había causado en la infancia, había sido esta modestísima pieza, carne de videoclub. Desde entonces cada vez que miro, veo o recuerdo cualquier detalle referido a ''Subspecies'' se traslada a mi cabeza automáticamente un recuerdo de él, de ahí que ahora esta película me cause una sensación diferente. Hablando de la peli en cuestión, hay que decir que a pesar de sus limitaciones (sobre todo presupuestarias), lo que equivale por lo tanto a un proyecto muy sencillito y muy de andar por casa, pues ''Subspecies'' posee los suficientes aciertos para erigirse como un loable film de terror. En primer lugar, como ya dije, la peli (aún siendo americana) fue rodada en Rumanía, ¿qué mejor para hacer una peli de vampiros que ambientarla en el país natal del Conde Drácula?, ya parte con un punto altamente positivo, pues la escenificación es realmente cojonuda; castillos, criptas con largos pasillos,... todo lo presente es real (nada de escenarios de cartón piedra hechos en estudios de Hollywood), las localizaciones son auténticas y dan mal rollo de por sí. 

Radu sacia su sed de sangre

Una de las chicas, Michelle (Laura Tate), encoñada con
el hermano bueno de Radu, Stefan (Michael Watson)
Otro detalle muy a su favor es el aspecto del siniestro protagonista, Radu (Anders Hove), ese vampiro aterrador, pálido, con dos prominentes colmillos (rollo ''Nosferatu'') y esos larguísimos dedos con garras, fruto de una labor de maquillaje bastante lograda, es todo un puntazo a la hora de otorgarle personalidad a la peli. Por lo demás, nos queda una historia muy típica, pero efectiva a la hora de ser entretenida; tres muchachas, estudiantes universitarias, de viaje por Rumanía para estudiar las leyendas tan siniestras de la región donde se encuentran, las cuales acabarán siendo víctimas del ataque del malvado Radu, en su afán de conseguir una piedra que le dará supuestamente, unos poderes que lo convertirán en un ser invencible. Una de las chicas, Michelle, acabará enamorándose del hermano de Radu, Stefan, un vampiro que es todo lo contrario de su hermano siniestro, es guapete, majo, enrollado y le caen bien los humanos, así que ambos formarán un amigable dueto, para combatir al perverso villano. El detalle menos memorable del film, sin lugar a dudas, son las propias Subspecies que dan título a la película, son una especie de demonios, que emergen de los dedos amputados del diabólico Radu, los cuales tienen una presencia mínima en el argumento (casi pasan desapercibidas) y además están generadas por antiquísimos y cantosos efectos de Stop Motion, demasiado desfasados incluso ya para la época en la que se filmó el film. 

Las Subspecies hacen acto de presencia

No obstante, teniendo en cuenta, como ya dije ante, las limitaciones de la película, pues es un detalle que tampoco estorba ni jode otras virtudes de la misma. En resumidas cuentas es una modesta película de serie B, que como film de terror es de lo más efectivo, eso sí, hay que verlo sin pretensiones y teniendo en cuenta su calidad, así uno la podrá disfrutar en su justa medida. Lo más memorable, insisto, es esa hipnótica y siniestra ambientación que le da la localización en esas tierras tan misteriosas que posee ese enigmático país que es Rumanía.

El Bien contra el Mal

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