domingo, 5 de abril de 2015

Helena de Troya (1956) de Robert Wise


 
El príncipe Paris (Jacques Sernas) de Troya, rumbo a Esparta
De antemano voy a decir algo muy claro, que nadie vea este film si ya ha visto de antemano la más reciente adaptación de ''Troya'' (protagonizada por Brad Pitt), porque entonces esta versión le resultará primigenia, rancia e insípida. Y en cierto sentido, aquél que le dedique tales calificativos no anda exento de razón, pues yo soy de los que opinan fervientemente que la más moderna versión dirigida por Wolfgang Petersen, resulta más acertada y cautivadora. No limito a la hora de apoyar esta cuestión, al mero hecho de la evidente separación de décadas que hay entre ambas, ni el avance de los medios (lo cual hace claramente superior en el apartado visual a la película de 2004), sino porque en sí, la historia está mejor retratada en la ''Troya'' más actual, otorgándole el dramatismo y la fuerza necesarias que en esta adaptación de 1956 escasean de forma bastante alarmante. 

Paris conoce a Helena de Esparta (Rossana Podesta)
 
Helena con su marido, el rey Menelao (Niall MacGinnis)
El guión me resulta ya de primeras errático en el más amplio sentido de la palabra, otorgándole total protagonismo a los personajes de Paris (aquí un atractivo y apolíneo Jacques Sernas, muy alejado del tirillas soplagaitas de Orlando Bloom, un retrato por otro lado, del personaje en cuestión con lo referido al texto original de Homero) y la propia Helena (la guapa Rossana Podesta, la cual poseía un físico muy acorde con el estereotipo de belleza griega clásica). El romance ultraempalagoso de estos dos abarca un amplio tramo del metraje, haciéndolo bastante cargante y repetitivo y restándole importancia a otros personajes vitales para la evolución de la historia sobre el conflicto entre espartanos y troyanos. Por lo tanto, comprobaremos como un personaje de la talla de Aquiles (anda que no se pavoneó Brad Pitt marcando tabletita bajo la armadura en la versión de 2004), aquí se ve muy dado de lado, de manera imperdonable, y encarnado por un actor de lo menos carismático, Stanley Baker (¡un fiasco!). 

Paris y Helena se profesan auténtico amor

El indestructible Aquiles (muy rancio Stanley Baker)
El retrato de Aquiles es lamentable, así como su condicionante para combatir en la guerra, su épico combate con Héctor (sublime Eric Bana en la adaptación más reciente) -otro personaje que está caracterizado como el culo, carece de chispa, de garra-, el tema de su invencibilidad y posterior descubrimiento de su punto débil, el talón; son momentos concretos que son burdamente pasados por altos en la película, mientras que si uno mantiene el recuerdo más fresco de la película de 2004, veremos cómo en ésta están magistralmente enfocados, representados y filmados con arraigo. Básicamente, como ya he dicho el film se centra únicamente en el culebrón que envuelve a Paris y a Helena; el resto de elementos están de adorno o son extremadamente secundarios, desde mi punto de vista esto supone una cagada monumental que le resta gran calidad al film. Y es una lástima, porque desde el punto de vista escénico, la peli cumple. 

Los troyanos están acononados porque los espartanos vienen buscando bulla

Ese caballo viene cargado de mala leche
Los decorados están muy bien, las batallas correctamente filmadas (teniendo en cuenta sus limitaciones), la batalla final (con el entramado del famoso caballo y demás) no está exenta de poderío visual; y en resumidas cuentas artísticamente hablando, su realización es de lo más loable, Robert Wise cumple eficazmente como director. Pero su guión es flojo, muy flojo, está muy mal compensado y como narración de la historia del conflicto espartano-troyano es un fiasco. Ni los personajes está bien escritos, ni sus intérpretes son unos hachas a la hora de encarnarlos (en especial Stanley Baker, su Aquiles me parece deplorable, y Harry Andrews haciendo de Héctor ídem de lo mismo; ¡repito Brad Pitt y Eric Bana, están demoledores al lado de éstos!). Por cierto, tiene una breve participación la francesita ultasensual Brigitte Bardot, como una esclava de Helena, pero sale tan poquito (y está tan alejada de su imagen de icono sexual despampanante) que apenas destaca. Digamos que puede verse como mera curiosidad, pero vamos, que es un film épico de aprobado muy raspadete (y siendo la mar de generoso). 

La esclava Andraste (una poco exhuberante Brigitte Bardot)

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