viernes, 24 de abril de 2015

La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos (1993) de Antonio Blanco, Ricardo Llovo


 
Dos de los garrulos caníbales protagonistas
Su slogan no pretende engañar a nadie; ''posiblemente la película más asquerosa, cutre y divertida de todos los tiempos'', su fase promocional ya vendía este subproducto dejando bien clara su condición de mojón infame, que efectivamente, eso es lo que es. Esta basura mierdera, creo que ya fue confeccionada en sí como una bromita de mal gusto, un trabajito que cuatro amiguetes gallegos con cuatro perras decidieron hacer sin meras pretensiones, homenajeando de forma vana clásicos del cine de terror y gore de lo más bizarros, véase claramente ''2000 maniacos'' y ''La matanza de Texas''. El film nos cuenta como un grupito de adolescentes, volviendo de un concierto en plena noche, sufren la típica avería que hace que tengan que buscar ayuda en medio de la nada. Llegan pues hasta la cabañuca perdida en medio del quinto pino, propiedad de unos garrulos (como el título indica) que para colmo (como el título indica también) son caníbales. 

A punto de hacer trizas a un Nenuco

A hacer embutidos
Y bueno, ya sabemos lo que pasará, estos paletos de los cojones se cargan a los jóvenes y hacen embutidos con ellos, como el que no quiere la cosa. Quien tenga las agallas de tragarse esta pachanga (yo lo hice y todavía no sé cómo, soy un tanto masoca) será testigo de un sin fin de despropósitos, gore de andar por casa, actuaciones de pena no, lo siguiente (sale incluso Teté Delgado por ahí haciendo el paripé), efectos de maquillaje cutrísimos (atención al Nenuco que hace de bebé) y humor zafio que, desde mi punto de vista, resulta de todo menos divertido. El espectáculo por lo tanto es lamentable, pero claro, tampoco fue realizada con otra intención, sin medios y sin talento, pues sólo queda apuntar que seguramente los que la hicieron se lo pasaron bien y se echasen unas risas. Lo más incomprensible es que parece haberse hecho su huequecito dentro del mundillo del cine bizarro de clase Z y hasta cuenta con su culto aisladete. Con todo, no quita que sea un bodrio de campeonato, una mierda tan infumable que duele perder el tiempo con algo tan esperpéntico.

Emulando cutremente a ''La matanza de Texas''

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