viernes, 26 de junio de 2015

Fuego en el cuerpo (1981) de Lawrence Kasdan



La sexy femme fatale Matty Walker (Kathleen Turner)
Tras haber sido guionista en dos taquillazos tan enormes como ''El imperio contraataca'' y ''En busca del arca perdida'', Lawrence Kasdan debutó como director en este thriller guarrindonguillo, que pretendió ser una especie de homenaje al más puro cine negro clásico, pero incorporando calenturientas escenas eróticas que debieron de poner más que cachondo a más de uno en su momento. Kasdan contó con una pareja de protagonistas que demostraron tener una química apasionante, la exhuberante (de aquélla) Kathleen Turner y William Hurt (director y actores volvieron a coincidir en la cochambrosa ''El turista accidental'' unos años después). El film que nos ocupa (en mi opinión el mejor de la carrera del director) sirvió para catapultar a la propia Kathleen Turner como mito erótico capaz de erectar cualquier miembro cuyo dueño se dignase a presenciar sus curvas, digamos que fue todo un precedente de Kim Basinger y Sharon Stone. 

Matty camelándose al panoli de Ned Racine (William Hurt)

Ned cae en las redes de Matty
Su argumento me recuerda bastante a la magna ''Perdición'' de Billy Wilder, una sexy femme fatale que encandila (¡y de qué manera!) al panoli de turno, para conseguir enrolarlo en el asesinato de su rico marido y así quedarse con los cuartos de éste. Todo aquél que haya visto el clasicazo de cine negro que he mencionado con anterioridad, podrá ir reconociendo los mismos elementos en ''Fuego en el cuerpo'', en la cual se incluyen unas tórridas escenas de sexo muy pasionales, especialmente gracias a la presencia arrebatadora de Kathleen Turner. Intriga y suspense se dan la mano para construir un relato llevadero, aunque un tanto previsible, porque el final canta a la legua desde el inicio. No obstante, no está nada mal la película, los actores hacen un gran trabajo y está bastante bien filmada. 

Desde luego éstos tienen fuego en el cuerpo

Eso sí siempre me pareció muy desmadrada esa escena en la que el personaje de William Hurt, en un acto pasional, para demostrarle su hombría al de Kathleen Turner y luego trincársela impunemente, lanza una silla contra la puerta de cristal de la casa donde vive ella, para hacerla pedazos y entrar cual Tarzan berraco dominador, ¿no habría sido más fácil que ella directamente le hubiese abierto la puerta? En fin, que puede pasar para un visionado, tampoco me parece ninguna maravilla, ni está a la altura de un Hitchcock o de un De Palma (donde esté ''Vestida para matar'' o ''Doble cuerpo'' que se quite ésta).

La tensión va en aumento

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