jueves, 25 de junio de 2015

Hobgoblins (1988) de Rick Sloane



¡Cuánto retraso hay en esta pandilla!
Hablando de cosas merecedoras de ser consideradas crímenes contra el buen gusto, aquí tenemos este montonazo de mierda, ''Hobgoblins'' o cómo hacer algo llamado película, sin tener ni puta idea de lo que significa hacer una película (al menos en condiciones). Ayer ya comenté una basura inmunda, ''Munchies'', que se realizó para copiar (muy malamente) las pelis tan entrañables sobre bichos cabrones como ''Gremlins'' y ''Critters'' (no me cansaré de decirlo, ¡qué joyazas ochenteras!), pues bien si le echáis un vistazo a dicho comentario ya podréis ver mis impresiones acerca de ese vómito fílmico, así que imaginaos como será este esperpento que hoy nos ocupa, cuando digo que a su lado la propia ''Munchies'' es una obra de arte. ''Hobgoblins'' es con todo merecimiento, la peor de las peores copias (de las múltiples que se hicieron) de films al estilo ''Gremlins'', ''Critters'', etc. 

Los ridículos y ultra-patéticos Hobgoblins

¡Qué malas pulgas tienen los bichos!
El film es lamentable en todo, la dirección es un horror, la puesta en escena es equiparable a cualquier típico plató de programucho de la teletienda, los actores son más nefastos que Tamara la mala soltando gallos, y los efectos especiales, ¡madre mía!, eso se merece una conmemoración aparte. Creo que en mi vida he visto unos ''defectos especiales'' más condenadamente atroces, los bichejos de marras, los Hobgoblins, son realmente putas marionetas de trapo que se nota claramente que son movidas por los actores. Olvidaos de animatronics chulos o cualquier treta artesanal made in 80s tan genial, esta roña vírica es tan ponzoñosa, tan abrumadoramente esperpéntica, que daña a la vista de todo aquél que aguante su asqueante metraje. Lo que me sigue sorprendiendo es cómo demonios esta cosa, logró hacerse un hueco en los estantes de los videoclubes ochenteros, ¡anda que no la alquilaría peña pensando ver algo a la altura de ''Gremlins'' para luego llevarse el chasco padre! Menos mal que esta boñiga se encuentra en inminente peligro de extinción, porque circula una mala copia por Internet y dudo mucho que su nivel de descargas sea boyante. Que se jodan sus realizadores, es el precio que se merecen pagar por torturarnos con este sacrilegio.

¡Huy, qué sustito!

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