jueves, 10 de septiembre de 2015

El espanto surge de la tumba (1973) de Carlos Aured



El diabólico Alaric de Marnac (Paul Naschy) y
su esposa Mabille De Lancré (Helga Line)
Aquí tenemos otra de esas célebres películas del fantaterror español de los setenta, para el lucimiento de Jacinto Molina, o sea Paul Naschy, una historia hecha a su medida, con gore de mercadillo y la pirotecnia cutrecilla habitual en sus obras. Naschy escribe y protagoniza un engendrillo ciertamente entrañable (digo entrañable porque con el paso de tiempo se ha convertido en una especie de peli de culto, sobre todo para los incondicionales del fantaterror español de la época y sobre todo del actor en sí, más que por el mero hecho de que la peli goce de calidad), en el que (muy habitual también en su carrera) se pone en la piel de un doble papel, un noble honrado y preocupado por el bienestar de los que le rodean y su particular antepasado demoníaco y perverso villano del cotarro. 
 
La típica sesión de espiritismo que acabará mal

La Cantudo a punto de ser degollada
El malo en esta ocasión a Alaric de Marnac, un tipejo de lo peorcito que en la Francia del siglo XV, torturó y mató por doquier infinidad de personas en pro de sus rituales de adoración a Satanás (el personaje está inspirado en la figura real de Gilles de Rais, cabrón sanguinario entre los cabrones sanguinarios, consultad la biografía de este angelito de marras que pasó de ser un héroe en la revolución francesa a toda una leyenda del horror capaz de erizar la piel a cualquiera). Este tipo es sacrificado (decapitado) junto con su esposa, Mabille De Lancré (retrato más o menos fiel de otro personaje histórico la mar de espeluznante, la condesa Elizabeth Bathory), encarnada por la mítica Helga Line (muy recordada gracias a su participación en la serie ''Verano azul'', amén de sus múltiples apariciones en pelis de terror de esta época), la cual es desnudada y colgada cabeza abajo de un árbol.

Que no falten los pechitos al aire

La Cantudo convertida en un zombie decrépito
Tras este inquietante y demoledor prólogo, la acción se traslada al siglo XX (actualidad de rodaje del film) y vemos como estos dos villanos, por circunstancias del destino, son resucitados convertidos en una especie de demonios-vampiros, y comienzan su particular venganza contra los descendientes de aquéllos que los condenaron a morir en vida. Como ya dije, un propio descendiente de Alaric (también Naschy), será quien le plante cara, mientras el horror y la sangre va tomando posesión de la pantalla. En sí la peli posee una atmósfera bastante conseguida y una puesta en escena, teniendo en cuenta sus características, muy loable y acorde a su estilo. Ahora bien, en mi opinión la peli no pasa de poseer un par de escenas verdaderamente potentes, y es que es bastante violenta y gráfica (degollamientos, destripamientos, corazones extirpados de pechos humanos -sobre todo femeninos-, se ven de manera bastante explícita -amén de los cochambrosos efectos de maquillaje, totalmente perdonables-). Tampoco le falta destape, teniendo en cuenta la época en la que el picantonismo ya hacía mella en la pantalla española (el fin de la dictadura ya estaba cerca), la peli oferta una abundante colección de desnudos (femeninos claro está), véase de Helga Line, de Emma Cohen o de la propia Maria José Cantudo (resulta curioso ver a la remilgada vedette hecha un cristo caracterizada como un zombie). 

La cabeza de Alaric de Marnac

En mi opinión a ''El espanto surge de la tumba'' le falta ritmo, me pareció un tanto aburrida y falta de interés en muchos tramos, también será que como no soy especialmente fan del cine de Paul Naschy (de él me gustan dos o tres contadas), no le he puesto el esmero requerido para disfrutarla, para los incondicionales de él será más bien un lujo culpable visionarla, pero desde mi punto de vista no pasa de ser una mera curiosidad más del cine de terror que se hacía en nuestro país en aquel momento, el cual no es desdeñable porque fue bastante trasgresor e innovador (teniendo en cuenta la represión de la época), pero que en cuanto a calidad se refiere, dejaba bastante que desear, y sino comparar esta basurilla con una joya auténtica de terror español como ''La residencia'' y está claro quien sale perdiendo a todos los niveles. 

Unos demonios un poco cachondotes

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