domingo, 1 de noviembre de 2015

La noche de los demonios (2009) de Adam Gierasch



Grato cameo de Linnea Quigley emulando su personaje en la original
Remake, totalmente innecesario en mi opinión, del magnífico clásico ochentero ''La noche de los demonios''. Partiendo de la base de que la original siempre fue una peli que me fascinó, la verdad no tenía muchas expectativas en lo que se refería a la calidad de este remake, pero contra todo pronóstico me pareció mejor de lo que a priori me esperaba, eso sí, desde mi punto de vista, no logra ponerse a la altura de su anterior versión ochentera. La peli adapta tal cual el argumento de la original, o sea un grupo de chavales hacen una fiesta, durante la noche de Halloween, en una casona, cuyo pasado es turbulento y amenaza síntomas de posesiones demoníacas y estas historias tan acojonantes, y claro, a lo largo de la noche ¿qué pasará?, pues lo evidente, que irán siendo víctimas de posesiones demoníacas, ni más ni menos. Creo que el film posee casi a partes iguales sendos aciertos y errores, así que enumeraré a grandes rasgos los más destacables a mi modo de ver y por supuesto, metiendo alguna que otra comparación con su antecesora. 

Preparadas para Halloween

Un Edward Furlong muy desmejorado
El primero de sus puntos positivos es el tema de la ambientación de la casa y toda la parafernalia visual, muy conseguida y currada en el sentido de que es bastante efectivo a la hora de resultar aterradora y dar el suficiente mal rollo (aún así, creo que la original ganaba en este aspecto, al ser más oscura), su fotografía colorista le da un cierto atractivo que como mínimo la hace llamativa. Siguiendo con las cosas buenas, hay que agradecer la presencia de Monica Keena (experta en ser una buena scream queen, que fue la prota de ''Freddy vs. Jason'') como ''final girl'' de turno y la de Shannon Elizabeth como la perversa Angela, personaje vital y quizás el más recordado de la película original (interpretado genuinamente por Amelia Kinkade, también en las dos secuelas de ésta) que la verdad, esta deslumbrante mujer (guapísima y jovial con 36 tacos encima) lo desempeña de manera fascinante, sensual y perversa. Por cierto, a destacar también el cameo/guiño de Linnea Quigley, haciendo alusión a su personaje de la peli de 1988. 

A la sensual y diabólica Angela (Shannon Elizabeth) le gusta provocar

Estas nenas quieren subir la temperatura
Por otro lado, este film no se queda corto a la hora de mostrar bastante violencia y efectos gore muy currados, en especial el momento ''pintalabios'' (uno de los más míticos de la original) que aquí es, sinceramente, superado en nivel de desagrado y grafismo explícito (verlo es mejor que describirlo). Sin embargo, también tiene la contraparte de que otros aspectos del film no son tan efectivos, por ejemplo la participación de Edward Furlong, aquél que fuese el mítico hijo preadolescente de Sarah Connor en ''Terminator 2, el juicio final'' aquí se ha convertido en Peter Lorre, al pobre chaval le han pesado los años, está gordo y muy feo (las cosas como son) y sus dotes actorales se ven muy perjudicadas, su incoporación en el casting me parece un error fatal, porque fastidia bastante el entorno cuando sale en pantalla. Aunque lo peor que le he visto a la cinta son la incorporación de bochornosos y cutrísimos efectos digitales, véase las transformaciones de los demonios que, creo que insultan bastante la excelentísima labor de los maquillajes convencionales y artesanales de la original. 

Pintalabios sangriento

¡Menudo bocadete!
Así mismo, el aspecto de los demonios es bastante lamentable, véase a la Angela con cuernos, es patética, la Angela original era acojonante y aterradora (e incluso mantenía atractivo y sensualidad), pero ésta es hasta involuntariamente cómica, ídem del resto de demonios, dan un poquito de pena en líneas generales. Argumentalmente, el film posee otra lacra, y es que empieza muy bien, la acción sube, ocurren la sucesión de imágenes más sorprendentes y grotescas, y a la mitad más o menos decae hasta desembocar en un final un tanto abrupto y ranciete. En resumidas cuentas, como remake de un clásico tan bueno de la serie B ochentera, cumple de manera satisfactoria en muchos puntos, sin embargo adolece en muchos lo cual la convierte en una película, como dije al principio, totalmente innecesaria. Su nula distribución y escasa cobertura además, la han condenado a la obsolescencia casi inmediata, siempre podrá en el recuerdo colectivo para los amantes del género la imborrable versión de 1988.

¿Truco o trato?

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