jueves, 18 de febrero de 2016

Frankenstein y el monstruo del infierno (1974) de Terence Fisher



Frankenstein (Peter Cushing) no descansa
A Frankenstein podrían haberlo dejado muerto y bien muerto en ''El cerebro de Frankenstein'', pero no, la Hammer insistió en proseguir su particular saga del personaje ideado por Mary Shelley, y se sacaron de la manga una secuela más, para su desgracia y la de los mortales que hemos sufrido su visionado. ''Frankenstein y el monstruo del infierno'' se titula este bodrio, esta castaña mierdera que sí, corona definitivamente el ciclo ''Frankenstein hammeriano'', de manera abrupta y ridícula. Ni Terence Fisher como director, ni el carisma de Peter Cushing interpretando de nuevo al doctor son capaces de otorgarle algo de interés a una cinta vacía, que delata agotamiento de ideas y de calidad y que en resumidas cuentas, hasta aburre. La decadencia a la productora ya le había llegado y, si bien no se ve aquí el nivel de patetismo desmesurado de otros trabajos como por ejemplo ''Drácula 73'' o ''Los ritos satánicos de Drácula'' (refiriéndonos a la saga del personaje de Bram Stoker), no se puede salvar de la quema a esta cochambra ruinosa. 

Los experimentos de Frankenstein ya se ven demasiado repetitivos

A David Prowse ya le había tocado hacer de monstruo en ''El
horror de Frankenstein
''
y aquí repite haciendo de esta cosa rara
La historia que se nos cuenta aquí viene a ser un refrito con tufo a visto cien mil veces, Frankenstein ha sobrevivido (¿de qué manera?, ni una mera explicación se da) de las llamas al final de la anterior secuela y es médico en un manicomio. Sonsaca a uno de los pacientes, al que también le mola eso de los trasplantes de cerebros y demás excentricidades pseudo-científicas, y crea otro monstruo, en esta ocasión una especie de neanthertal gorilesco peludo, al que interpreta David Prowse (nuevamente tras haber hecho el mismo papel en ''El horror de Frankenstein''), quien haría posteriormente de Darth Vader en ''La guerra de las galaxias''. En conjunto todo resulta una oda a la ridiculez máxima, ¡una lástima que el propio creador de la esplendorosa ''La maldición de Frankenstein'' haya sido también el que culminase saga iniciada por esta misma, de forma tan triste y vergonzosa! Para colmo dejaron el final abierto, ¿se pensarían que todavía a alguien le quedaba más ganas de ver más mierda semejante? No me extraña que la Hammer acabase en quiebra con esperpentos como esto.

El monstruo para ser muy primario, tiene modales y todo

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