sábado, 28 de mayo de 2016

El hombre elefante (1980) de David Lynch



El auténtico Joseph Merrick
R.I.P. (1862 - 1890)
Es muy fácil catalogar de ''monstruo'' a aquél que no posee unas condiciones físicas que siguen un determinado cánon de belleza, una nariz algo torcida, ojos muy separados, una frente muy extensa, muchos otorgan una importancia vital a la hora de juzgar a las personas si su aspecto no es lo que viene a ser entendido como ''agradable''. Ya no hablemos ante una persona que por su desgraciada suerte cuenta con alguna deformación como Joseph Merrick, al cual se le otorgó el apodo de ''hombre elefante''. Este hombre vivió a finales del siglo XIX en Reino Unido, y su dramática y trágica historia sirvió como inspiración (con sus licencias artísticas y argumentales un tanto libres) para la realización de esta preciosa joyita del Séptimo Arte. Fue Mel Brooks el potenciador de todo, este señor creador de pelis tan cachondas como ''El jovencito Frankenstein'' o ''Sillas de montar calientes'', fue quien quedó prendado de la historia y ejerciendo labores de productor se fijó en David Lynch, tras haberse maravillado con la ópera prima de éste, ''Cabeza borradora''. Así pues Lynch, se colocó como director en su segunda obra, la cual lo catapultó a la cumbre de Séptimo Arte y le propició su posterior catalogación como director de auténtico culto. Así pues, se nos cuenta la historia de este hombre (porque era un hombre, ante todo), quien padecía una espantosa enfermedad que fue la responsable de que su cuerpo presentase notorias deformaciones. John Hurt, bajo un soberbio maquillaje que lo hace irreconocible, interpreta al desgraciado Joseph Merrick, y nos transmite con cada fotograma su tristeza y el dolor de aquéllos que a lo largo del film lo maltratan. 

Un irreconocible John Hurt tras una laboriosa sesión de maquillaje

Merrick expuesto como una atracción de circo
A su vez, también nos hace partícipes de sus breves momentos de felicidad, pues también aparecen en su vida personas que comprendieron que tras su aspecto grotesco se encontraba un hombre culto, inteligente y tierno. A Hurt lo secundan actorazos como Anthony Hopkins (aún le quedaban unos añitos para ponerle rostro a Hannibal Lecter) o Anne Bancroft, dejando claro que el reparto es de auténtico lujo. Técnica y visualmente la película es una auténtica maravilla, con una fotografía en blanco y negro que delata las reminiscencias de Lynch con respecto a su anterior trabajo. La peli es muy profunda, dramática al extremo y sin lugar a dudas cala hondo en el corazón de todas aquellas personas que la visualicen y que por supuesto, sepan lo que significa el tener sentimientos. 

El Dr. Treves (Anthony Hopkins) intenta ayudar a Merrick

Creo que es la película perfecta para hacer ver a más de uno que la superficialidad de la imagen muchas veces ciega la esencia de personas extraordinarias, a la que es muy fácil y gratuito tachar de adefesios o de atentados contra la naturaleza. La película es maravillosa, todavía el señor Lynch no había desvariado en sus rarezas fílmicas repletas de un sinsentido absoluto disfrazado de un complejo surrealismo. Comentar como curiosidad que ese año se planteó la posibilidad de incluir en la ceremonia de los Oscar la categoría al mejor maquillaje (especialmente gracias a la labor tan espectacular aplicado a John Hurt), pero se desestimó. Finalmente al año siguiente, se instauraría tal categoría siendo la vencedora ''Un hombre lobo americano en Londres''.

Merrick camufla su rostro

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