viernes, 13 de mayo de 2016

Pesadillas (1983) de Joseph Sargent



Tras el éxito de ''Creepshow'' volvieron a ponerse momentáneamente de moda las pelis fragmentadas en historias a modo de antología, las cuales había cosechado cierto éxito tiempo atrás en los sesenta y principios de los setenta, gracias a las producciones de la Amicus mayoritaritamente, y que en los ochenta parecían haber quedado un poco en desuso. Pues bien, esta ''Pesadillas'' sigue la estela planteada por ''Creepshow'' claramente, aunque prescindiendo el formato cómic tan original de la anterior. ''Pesadillas'' por lo tanto nos muestra cuatro historias que, la verdad, no son para tirar cohetes, no son nada del otro mundo, son inconexas e independientes, pero entretienen al fin y al cabo.

Un pertubado psicópata anda suelto

La primera lleva por título ''Terror en Topanga'' y nos relata como una fumadora empedernida (Cristina Raines, la genuina protagonista de esa obra maestra de terror ''La centinela'') es arrastrada por el mono de no tener cigarrillos en casa, a acudir una noche a comprar tabaco, a pesar de las advertencias de que un loco psicópata anda suelto por la zona. La joven vivirá una auténtica pesadilla dentro de su propio coche. Esta historia claramente sirvió de inspiración para el posterior slasher noventero ''Leyenda urbana'', pues el prólogo de la misma es casi idéntico a lo narrado en este primer fragmento del film.

Cristina Raines tendrá un motivo de peso para dejar de fumar

El segundo se titula ''El amo de la batalla'', y nos cuenta como un joven (Emilio Estévez) está obsesionado con un videojuego de una máquina recreativa. El chaval desea alcanzar un nivel de partida, que por lo visto, nadie ha conseguido llegar jamás, así que una noche fuerza la puerta del local de los videojuegos y se pone a jugarlo, alcanzar dicho nivel le deparará una desagradable sorpresa. Me parece un episodio muy molón y nostálgico, tiene un toque visual que por momentos me recordó un poco a ''Tron'', sin llegar al nivel de espectacularidad de esta otra.

El enganche excesivo a los videojuegos puede ser peligroso

La tercera se llama ''La bendición'' y parece apoderarse un poco del argumento de ''El diablo sobre ruedas''. Trata sobre un cura (Lance Henriksen) que pierde la fe y decide abandonar los votos. Cuando sale a la carretera con su coche, empieza a ser perseguido y embestido por una camioneta que según parece, se trata del mismísimo Diablo.

Este cura (Lance Henriksen) ha perdido la fe

La cuarta y última es ''La noche de la rata'', y nos cuenta como una familia, padre, madre e hijita pequeña, se ven acosados en su hogar por el ataque de una rata. Pero la rata no es una rata cualquiera, se trata de un bicho enorme, el cual será más difícil de combatir de lo que pensaban. Lo que choca es, que al final el animalón al fin y al cabo tampoco es tan malo (no es como el roedor cabrón de ''De origen desconocido'') y sólo buscaba un lugar tranquilo donde aposentarse, pero claro con ese tamaño, ¡como para no acojonarse ante él! En este segmento chocan los efectos especiales alpargateros (filmar una rata real y superponerla en la imagen para que parezca del tamaño de un camión), pero que molan al fin y al cabo. 

Los angustiadísimos señores Houston (Richard Masur y Veronica Cartwright)

Un videojuego muy realista
Pues bueno, la película cosechó muy malas críticas y muchos usuarios adeptos del género he podido comprobar que la han puesto bastante a parir tachándola de que sus historias son absurdas, que no tienen lógica, que no guardan relación entre sí, que carecen de hilo conductor argumental (detalle que no hubiese estado mal que se lo hubiesen currado un poquito, la verdad) y que en definitiva esta antología es una pérdida de tiempo. Pues no estoy de acuerdo con estas apreciaciones, de acuerdo, al lado de ''Creepshow'' o por ejemplo ''En los límites de la realidad'' o ''Los ojos del gato'' (por mencionar otras del estilo) sale perdiendo en calidad, sobre todo argumental, y también es cierto que las historias no son excepcionales y que podrían haber dado más de sí, pero sinceramente a mí la peli me gustó, está bien realizada, los actores son buenos y en resumidas cuentas es amena y efectiva a la hora de hacer pasar el rato, además tiene sus momentos buenos y es la mar de nostálgica, por lo tanto yo la recomiendo encarecidamente para ser vista eso sí, sin ningún tipo de pretensión.

¡MENUDA RATA!
*Como curiosidad: la hijita del matrimonio de esta historia, Bridgette Andersen,
falleció en 1997 con 21 años, a consecuencia de una sobredosis de drogas

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