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jueves, 27 de octubre de 2016

Nuestros maravillosos invasores (1984) de James Fargo



Nuestro grupo de ''varoniles'' aliens por el espacio
Aquí una auténtica rareza (de las raras de cojones) ochentera, a día de hoy dificilísimo conseguirla (fue de esas joyitas que se quedaron olvidadas en la época del VHS, y que de no ser por Internet, se habrían perdido para siempre; algunas todo sea dicho, por fortuna). ''Nuestros maravillosos invasores'' (título hispano patatero, ¡cómo no!, ''traducido'' del original ''Voyage of the rock aliens'', ¡nada menos!) es una película que divaga entro lo kitsch, lo patético y lo entrañable. Una especie de mezcla de cine de ciencia ficción, inundada con una estética típicamente popera de los ochenta, cine adolescente y musical (un poco al estilo ''Grease'', pero horterísima y de andar por casa). No vamos a engañarnos, estamos ante una película muy mala, actores paupérrimos, escenografía cutre, guión escrito en una servilleta; vamos lo que viene a ser una chorrada audiovisual en el más amplio sentido de la palabra, pero todo hay que decirlo, es de esas piezas que de tan malillas resultan tan nostálgicas y simpáticas que merecen la pena.
 
La prota, Dee Dee (Pia Zadora), marcándose unos bailecitos

Los rockeros chunguetes
La historia (por así llamarla) va de unos aliens, con pintas muy maricuelas, que surcan el espacio en su nave con forma de guitarra eléctrica. Los aliens, que todos parecen el Ken de la Barbie con más pluma, aterrizan en un pequeño pueblo terrestre llamado Speelburgh, tras un accidente en su nave, en donde el líder de ellos se enamorará de una muchachuela (la actriz y cantante Pia Zadora, cosechadora de críticas nefastas no, lo siguiente en lo referido a su talento interpretativo) a la que me encanta bailotear y cantar. Ella resulta ser la novia del durete del cotarro (Craig Sheffer, futuro prota de ''Razas de noche'' de Clive Barker, cuya estética luce como si fuese un modelo porno gay -marcando nalgas-) que es el líder de una banda rockera y que se cree con potestad para prohibirle a ella cantar. Total que entre el marciano y nuestra prota surge el amor, el novio se cabrea y acaban compitiendo al son de diversos números musicales, bastante hilarantes, pero a los que no se les puede negar una cosa, su capacidad para que uno se pegue un bailoteo en el asiento. 

Por aquí anda Michael Berryman recién salido de ''Las colinas tienen ojos''

Como ya dije, el film es un despropósito, pero tiene el encanto de lo retro que tanto nos enamora a los nostálgicos y sobre todo, unas cuantas canciones la mar de pegadizas, véase ''OPENHEARTED'', ''WHEN THE RAIN BEGINS TO FALL'' (cantada por la propia Pia Zadora y Jermaine Jackson, hermano de Michael), ''LET'S DANCE TONIGHT'' o ''LITTLE BIT OF HEAVEN''. En resumidas cuentas, es una joyita perdida con el tiempo, cutre y ridícula, sí, pero a los admiradores de los ochenta, como a mí, les encantará; así que si cumplís el requisito os recomiendo que intentéis localizarla (vía emule, ejem, ya sabéis).

''Let's dance tonight''

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