¡Joder con el mordisquito de la ratita! |
En la estela de la explotación de
animales asesinos tan común desde el éxito de ''Tiburón'' en esta
ocasión, para la realización de esta discreta joyita de serie B
ochentera, se escogió un animalito (más bien unos cuantos) que
provoca bastante descontento entre la población mundial, la rata. Si
bien el tema de ''rata asesina'' ya había sido utilizado en ''La revolución de las ratas'', no se le podría aplicar a ésta el
apelativo de ''monster movie'' de manual como sí le viene que ni
pintado a la que nos ocupa. ''Fieras radiactivas'' calca el consabido
esquema de las pelis con bichos asesinos, véase un pueblo o ciudad
''X'', con su población llevando una vida normal, sus personajes en
medio de sus típicas y monótonas vivencias, el evento de turno que
justifica un determinado número de visitantes al lugar donde se
desarrolla la acción y el problema en cuestión, la invasión por
parte de la criatura malévola que viene a dar por culo a diestro y
siniestro.
Lisa Langlois, un rostro muy habitual en el terror ochentero, haciendo de adolescente cachondota y casquivana |
Scatman Crothers (recordado gracias a ''El resplandor'') en serios y ''dientiagudos'' problemas |
Y bien, en esta película el peligro lo representan un
grupito de ratas, pero no ratas comunes, haciendo alusión a las
pelis de los cincuenta sobre mutaciones de animales que les provoca
el crecimiento de tamaño, pues aquí las ratoncitas se han zampado
un pienso contaminado y por ello han alcanzado el tamaño de un
pastor alemán. ¿Qué pasa pues? Que las cabronas mutantes van
cargándose a la peña por donde van pasando, y terminan haciendo una
escabechina padre en especial, en un determinado momento dentro de un
cine en donde, ¡ojito a la referencia!, están proyectando ''Juego con la muerte'' con Bruce Lee (el director Robert Clouse se
autohomenajea a sí mismo y al propio Lee, con el que tenía una
excelente relación), y en otro en el interior de un vagón del
metro, el cual se convertirá en el auténtico pasaje del terror para
los desafortunados viajeros. A mí la peli me gustó bastante, la
verdad, es entretenida y amena, y además posee un par de excelentes
momentos de tensión, muy conseguidos y bien ejecutados.
Las ratitas vienen hambrientas |
Lo que la
fastidia un poco son sus subtramas para rellenar metraje, un lío
amoroso que mantiene el prota con una empleada de Salud Pública, a
la par que sufre el acoso de una adolescente a la que da clase, que
se obsesiona con él (ésta es interpretada por Lisa Langlois, un
rostro bastante habitual en pelis de terror de los ochenta, véase
''Cumpleaños mortal'' o ''Curso de 1984''). Pero bueno, en líneas
generales cumple con su cometido, las ratas resultan de los más
efectivas a la hora de mostrarse como fieros monstruos asesinos y los
escenarios y efectos especiales (a excepción de alguno un poco más
cutrecillo) son de lo más certeros. En resumidas cuentas, que me
parece un film recomendable para los amantes de las monster movies y
del terror ochentero.
Festín en el metro |
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