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martes, 6 de octubre de 2015

Cowboy de medianoche (1969) de John Schlesinger


 
El cowboy chuleta, Joe Buck (Jon Voight)
''Cowboy de medianoche'' es una película la mar de interesante, debo decir desde mi punto de vista que, más por su contexto y momento sociocultural, que por méritos propios de la trama, y me explicaré. Recuerdo que vi este film hará más de diez años, durante una emisión del mismo en el canal TCM (recuerdo que en un especial dedicado a pelis premiadas con Oscar), y sinceramente me pareció un coñazo, me aburrió muchísimo y mi mente lo tachó inmediatamente como un mojón al que no volvería a dedicarle un nuevo visionado. Pero en ocasiones, las cosas cambian, unos años después mi percepción de la peli, no es que diese un giro de 180 grados, pero sí que cambió cuando tiempo después leí cierto artículo o comentario de un usuario (o usuaria) por Internet, haciendo alusiones a la misma, destacando un detalle que yo no percibí y que me hizo interesarme por volver a verla una vez más. La cuestión es que este/a hábil escritor/a había destacado un cierto paralelismo entre esta peli y la más actual ''Brokeback mountain'' y lo cierto es que potenció a que mi visión de ''Cowboy de medianoche'' cambiase radicalmente. 

Joe cree que se ganará la vida fácilmente como gigoló

A la viejuna de Sylvia Miles le cayó una nominación al
Oscar por aparecer tan sólo cinco minutos en pantalla
Vale, que es una interpretación, pero sinceramente confluyo bastante con esta opinión mencionada por mí en este comentario. La historia trata sobre un tipo un tanto paletillo (interpretado por Jon Voight, papi de Angelina Jolie), que abandona el pueblo para trasladarse a la Gran Manzana, donde pretende ganarse la vida como gigoló. El tipo está la mar de seguro de su atractivo y piensa que todo será un camino de rosas, que las tías caerán rendidas a sus pies y que aparte de tener sexo a mansalva, pues que ganará un pastizal gracias a ello. Pero la realidad con la que se topará será otra muy distinta, el camino de rosas que se había imaginado se verá muy truncado y al final, el único en el que encontrará un apoyo real, será en un pobretón indigente y tuberculoso (magnífico Dustin Hoffman), con el que entablará una amistad la mar de fructífera. Veamos, ''Cowboy de medianoche'' está llena de dobles sentidos, bastante encubiertos supongo que a consecuencia de los ciertos tabúes todavía existentes en la época en la que se estrenó, eso a pesar de que, no se puede negar, la película es provocación y rebeldía en estado máximo (subidita de tono para el año en que vio la luz, es un huevazo). 

Recuerdos inexplicables de la infancia de Joe

''Eres el mejor Joe, eres el mejor''
Resulta que tenemos a un prota que va de machito, obsesionado con ser una maquina sexual y todo un Don Juan para las nenas. Pues bien, a modo de recuerdos (inexplicables) que van emergiendo en la mente de éste, vemos como el cowboy de marras recrea acontecimientos en su cabecita que justifican esa personalidad tan ''varonil'' que quiere representar. Pero su realidad apunta ser otra, lejos de cumplir con las tías, de ser un apasionado amante con ellas y de ser el gigoló ideal para éstas que pretendía ser, vemos como su gran apoyo veraz es otro hombre, el cual además, parece que se siente igual de comprendido por él, es más, el otro es un pobre desgraciado que durante toda su vida no le ha importado a nadie, vagabundea por las calles y si no llega a ser por la atención que el cowboy le presta, acabaría muriendo sin que ni un sólo transeunte de la ciudad de Nueva York se hubiese percatado de su desaparición. 
 
Demandante de servicios turbios en los lavabos

El pobretón de Ratso (Dustin Hoffman)
Aquí surge la historia de ''amistad'' especial entre ambos personajes, un vínculo de comprensión que en ocasiones parece apuntar que traspasa algo más que un simple afecto. Vale, en el film no se nos dice que ambos son gays, pero creo que esa dualidad encubierta es lo que convierte a ''Cowboy de medianoche'' en un a pieza interesante y rompedora (insisto, más teniendo en cuenta su año de realización). Es más, exceptuando esta premisa, y aparte de la provocadora puesta en escena, en la que el director nos muestra la cara más oscura y denigrante de dicha ciudad (repleta de chaperos, drogadictos, prostitución), en sí el argumento de la película es un tanto banal y su guión bastante flojete. En el aire quedan muchas preguntas sin respuesta, ¿qué significan esos flashbacks que el prota ve en su cabeza?, ¿quién era la chica que aparece en sus sueños a la que se trinca y tan insistentemente ella le repite que es ''el mejor''? (es quizás la insistencia de su cabeza en negar que los senos no son lo suyo y que quizás le va más la acera de enfrente a pesar de su negación), ¿a qué viene esa escena de ''violación'' (tampoco queda muy claro) múltiple de esta chica en cuestión? 

Gatillazo al canto, ¡quizás lo de ser gigoló no es lo tuyo pequeño Joe!

Todo queda muy en el aire, quizás porque por motivos de cierta auto-censura, el director no quiso ser más gráfico (o no le dejaron), pero no evita que en conjunto la película quede coja. Así mismo, la estridente puesta en escena tan psicodélica se ve muy desfasada, muy pasada de moda, y el ritmo lento en múltiples tramos ayuda a que la película se torne inevitablemente aburrida en dichas ocasiones. En resumidas cuentas, creo que es un film a tener en cuenta por su cierta valía crítica, por ser rompedora y transgresora, aunque creo que el reconocimiento de haber sido galardonada con un Oscar, le queda muy grande y eso la convierte en una pieza un tanto sobrevalorada. Por cierto, es precioso el tema musical de la banda sonora ''EVERYBODY'S TALKING'' interpretado por Harry Nilsson, una canción además muy emotiva.

Entre Ratso y Joe surge una fructífera amistad

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