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Las máquinas se han vuelto muy peligrosas |
Esta inmensa frikada, donde las haya,
supuso nada más y nada menos que del debut en la dirección del
mismísmo Stephen King (también su única intentona, seamos francos,
afortunadamente visto lo visto). King se auto-adapta a sí mismo,
trasladando a la pantalla un pequeño relato corto suyo en el que de
pronto, la humanidad comienza a ser atacada por un grupo de objetos
mecánicos que han tomado conciencia propia (argumento original, no
vamos a negarlo). Por lo tanto seremos testigos de como, en un
pequeño pueblecito, la población de éste es amenazada tanto por
máquinas expendedoras de refrescos, que matan lanzando su contenido
a la peña, objetos eléctricos cortantes que producen severas y
peligrosas hemorragias a aquéllos que los utilizan y lo más
hilarante, un grupete de camionarros (liderados por uno con la cara
en su parte delantera, del mítico duende verde de ''Spiderman'') que
acorralan a nuestros protagonistas, dentro de un bareto, amenazando
su armónica vida.
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Los desafortunados protagonistas que tendrán que lidiar contra esta rebelión |
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El peligroso camionarro líder de esta incómoda rebelión |
Vale, no se puede negar que la idea a priori mola
por lo estrambótica que resulta, pero es que también esto acaba
ejerciendo en su contra, porque la película se vuelve tan
descabellada como ridícula, dando la sensación al espectador de que
está ante una gran tomadura de pelo que no se puede tomar en serio.
No ayudan sus personajes, todos bastante planos (en especial, el
prota interpretador por el popularcete en los ochenta, Emilio
Estévez, hermano de Charlie Sheen). De la peli se podrían destacar
alguna escenilla un poco escabrosa (incluye algún toquecito gore,
véase la escena ya mencionada de la máquina expendedora lanzando
refrescos a modo de proyectiles mortales a las cabezas de los
inocentes transeuntes que pasan por delante), ese toquecito ochentero
tan particular y nostálgico y la banda sonora cañera compuesta por
AC/DC. Por lo demás, el film es bastante pobre y muy pero que muy
flojo. No es de extrañar que Stephen King no volviese a meterse en
tareas de dirección, su jugada no le resultó muy efectiva
(francamente, se le da muchísimo mejor plasmar su talento en la
escritura).
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La batalla contra las máquinas va a dejar unas cuantas bajas |
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