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lunes, 8 de agosto de 2016

The Party Animal (1984) de David Beaird



El prota, Pondo Sinatra (Matthew Causey),
quiere mojar el pizarrín sea cual sea el precio

En los ochenta, una peli dentro del cien cómico juvenil que supuso un boom comercial internacional, fue sin lugar a dudas ''Porky's'' de Bob Clark, con un humor sexual muy vulgar que acaparó tanto la repulsión de la crítica como el interés del público a mansalva (sobre todo adolescente, los cuales mandaban en la taquilla ochentera). Debido a ello, pues no era de extrañar que saliesen copias de la misma cinta por docenas, intentando emularla en la medida de lo posible. Entre muchas de esas innumerables copias, ésta es una de tantas. ''The Party Animal'' es una producción de serie B canadiense que sigue el mismo esquema de la propia ''Porky's'' o ''Desmadre a la americana'' y demás comedias juveniles del estilo, cosa que queda bien claro sólo viendo su carátula. De la peli no hay mucho que reseñar, no tiene nada que que destacar ni visualmente ni argumentalmente, es lo típico que se puede llegar a esperar de un producto así. 

Enseñando a Pondo a ligar

Que no falte el festival de tetas
La peli debió de tener una mínima repercusión en el mercado de los videoclubes ochenteros para posteriormente casi desaparecer del mapa, porque encontrarla a día de hoy es casi una misión imposible (puede que tirando de emule, algún interesado en este tipo de caspa retro, la pueda localizar). Curiosamente yo tenía una copia en VHS, la cual a día de hoy conservo y gracias a ello digamos que le guardo cierto cariño a la peli, aunque sinceramente no es que tenga muchos méritos para ser recordada. El film va de un tipo así feucho, Poncho Sinatra (Matthew Causey, supieron escoger bien a un actor parecido a Jim Belushi), que quiere perder la virginidad sí o sí, por supuesto, no resultándole esto una tarea fácil. El tipo probará de todo para conseguir atraer a las chicas, pero claro, como es muy torpe, siempre le ocurrirá alguna calamidad que haga que todo le salga mal. El tipo hasta venderá su alma al Diablo por lograr su objetivo, y poder estrujar una tetorra. 

Creando la súper pócima para ligar

En fin, lo que tendremos aquí será el humor disparatado y soez característico (pero efectivo en ciertas ocasiones), vulgaridades de todo tipo, desnudos femeninos por doquier, estética kitsch típicamente ochentera y una serie de temas musicales muy de la época bastante acertados. En resumidas cuentas es un producto muy fiel a su espíritu, para bien y para mal, hecho con un propósito y para un determinado target. A día de hoy, podría resultar una rareza llamativa para todo fan de la caspa ochentera y todo un reto para ser encontrada por un coleccionista de piezas olvidadas por el tiempo.

¿Un look más atractivo?

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