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La ricachona calculadora Heller Wright (Joan Crawford) |
Bueno, pues como estamos muy próximos
a San Valentín he decidido hacerle un pequeño huequecito al amor, y
como en muchas ocasiones el amor no es tan bonito, ni maravilloso (ni
nada de esto), he recordado este pastiche clásico acerca de los
peligros de aferrarse a un amor no correspondido (la peor y más
devastadora de las enfermedades que puede padecer un ser humano,
¿verdad?). ''De amor también se muere'' (puñetero título en
español que, nuevamente, nos sirve de incómodo spoiler), nos cuenta
la historia de Helen (una soberbia, como de costumbre, Joan
Crawford), una ricachona entrada en años, seductora y bien
posicionada que está acostumbrada a tener todo cuanto se le antoja.
No obstante, ahora se le ha presentado un problema con el que no
contaba, se ha visto presa irrefrenable del amor que siente hacia un
joven violinista (John Garfield), el cual no se dejará influenciar
por los deseos de la calculadora Helen.
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El joven Paul Boray (John Garfield) demostrando su valía en la música |
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Helen se ofrecerá a ayudar a Paul con su carrera musical... |
Él vive centrado en su
obsesión por triunfar en la música, en lo cual será apoyado
económicamente por Helen, mientras que ella se verá presa de la
obsesión enfermiza que comienza a sentir por él, lo que irá
empeorando cuando descubra que él en realidad, no está dispuesta a
corresponderla de la forma en que ella lo desea. Supongo que todos
aquéllos que nos hemos visto presos de este tipo de sentimiento,
podremos saber lo que jode dicha sensación, por lo tanto no nos será
muy difícil, en resumidas cuentas, compenetrarnos con el estado de
ánimo de la protagonista que comenzará su propio descenso a los
infiernos, hasta que finalmente, se masque la tragedia. El film en
sí, no me parece gran cosa, de hecho lo único que destacaría en la
magna presencia de Joan Crawford (ya lo he dicho en otras ocasiones,
para mí, una de las mejores actrices de los llamados años dorados
de Hollywood), la cual se muestra en su línea, fría, opresiva y
misteriosa.
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...y quedará prendada absolutamente de él |
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El desamor duele como mil puñaladas... |
El resto de intérpretes pues, sinceramente, no están a
la altura, de hecho el protagonista masculino, John Garfield, me
resulta bastante soso y poco creíble, y más cuando comparte plano
con la señora Crawford. Sin más ni más no deja de ser un melodrama
típico de la década, bien dirigido, de buena factura escénica, una
buena partitura y una elegante puesta en escena; aunque
argumentalmente acabe siendo uno de tantos otros, sin nada que lo
convierta en algo especialmente llamativo. Recomendable especialmente
para los que comulguen con este tipo de pastiches romanticones; y
para las víctimas del desamor (¡jodido desamor!), pues no sabría
muy bien qué decir, quizás pueda servir como cierto aliciente para
aliviar las penas (en pequeñas dosis, claro, porque curar un corazón
roto es complicado no, lo siguiente); tal vez para tomar un ejemplo
contrario al seguido por la obsesivamente enamorada protagonista,
porque si hay algo seguro es que, todo tiene solución en la vida,
menos la muerte.
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...y puede llevar a cometer locuras irreparables |
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