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Lloyd (Jim Carrey) y Harry (Jeff Daniels), los dos tontos del título |
Cuando he dicho en otras ocasiones que 1994 fue el año de Jim Carrey, es que realmente ¡fue el año de Jim Carrey! Primero fue
''Ace Ventura'', después
''La máscara'' y por último el cómico hizo triplete con otro monumental éxito que lo acabó encasillando de manera irremediable en el género de comedia (y cuanto más histriónica mejor).
''Dos tontos muy tontos'' (peli que además supuso el debut de los hermanos Farrelly, enormemente populares especialmente gracias a
''Algo pasa con Mary'', los cuales ya dejaron claro sus excentricidades como realizadores) nos cuenta la aventura que viven dos personajes, -tontos, como bien señala el título, por definición propia-, para devolverle un maletín extraviado a una chica (Lauren Holly, quien se convertiría brevemente en mujer del propio Jim Carrey) de la que uno de ellos se enamora locamente.
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Curioso medio de transporte |
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Más tontos no pueden ser |
Estos dos idiotas de remate, Harry (Jeff Daniels) y Lloyd (Jim Carrey, ¿quién sino?) vivirán una auténtica odisea en pro de conseguir su objetivo, metiéndose en líos incluso con un grupete de peligrosos gángsters que querrán liquidarlos, pero como es verdad eso de ''los tontos siempre tienen suerte'', siempre saldrán airados de todos los percances. El resultado será un absoluto y completo recopilatorio de secuencias de los más idiotas, humor zafio y situaciones hilarantes que, desde mi punto de vista, acaban siendo demasiado crispantes; Jim Carrey y sus muecas hacen el resto. El film a mí se me hizo insoportable; vale que es tan alocado que en algún momento puntual puede llegar a hacer gracia, pero la verdad es que (al igual que el mojón de ''Ace Ventura'') creo que ya sobrepasó la delgada línea que separa lo divertido de la payasada un tanto anormal (¡ojo, que no quiero decir que a todo aquél al que le haya molado sea anormal, no saquemos las cosas de contexto!).
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Tanto histrionismo se hace un poco complicado de aguantar sin que resulte cargante |
El film, no obstante, fue un gran taquillazo -se ve que ese año la peña estaba ansiosa de una buena dosis de idiotizante barato-, y generó cierto culto (curioso que no se realizara una secuela -y me refiero a la oficial- hasta casi veinte años después que la original, la cual ha pasado sin pena ni gloria -¡normal, sin haberla visto me puedo imaginar el porqué!) y admiración, de hecho como ya mencioné sirvió para pegarle otro empujón de los gordos a Jim Carrey para elevarlo al más alto estrellato de la comedia (absurda) hollywoodiense del momento. En fin, entiendo que sea una peli indicada para olvidarse de las penas en determinado momento, pero repito, para mí es algo bastante difícil de tragar; no puedo con tanta tontuna junta.
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Razón de más por lo que no hay que chupar superficies congeladas |
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