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miércoles, 25 de mayo de 2016

Crueles intenciones (1999) de Roger Kumble



La sensual y perversa Kathryn Merteuil (Sarah Michelle Gellar)
Debo decir que siempre sentí una grandísima pasión por esta película. Me encanta, la he visto muchas veces a lo largo de mi vida (la primera vez con nueve años, en la que recuerdo que no pillé ni la mitad de los entresijos de la trama, pero no por ello me moló menos) y siempre logró engancharme e incluso emocionarme en cierto sentido. La película es una adaptación de ''Las amistades peligrosas'' de Choderlos de Laclos (bastante fidedigna al texto original, por lo que veo, porque aunque no he leído el libro, me baso en la comparativa con la peli de 1988 ''Las amistades peligrosas'', y veo que argumentalmente son bastante parecidas, salvo ciertas licencias al estar ambientadas en diferentes épocas) pero en tono moderno (ambientada en el propio 1999 actual en el que se filmó) y con adolescentes (muy bien posicionados) por protagonistas. 

El guaperas sin escrúpulos Sebastian Valmont (Ryan Phillippe)

Estos hermanastros se quieren mucho
Así pues tenemos como protagonistas a una perversa e increíblemente sensual Sarah Michelle Gellar (la eterna ''Buffy, cazavampiros'') haciendo de zorra mala (el equivalente a la marquesa de Merteuil que en el film del 88 era Glenn Close), al guaperas chulito de Ryan Phillippe (que vendría a ser el putero engreído del vizconde de Valmont; en la peli del 88, John Malkovich) y a la cándida y virginal Reese Witherspoon como la responsable de hacerle ver al anterior ligón insensible que tiene un corazón capaz de caer preso del amor (en la versión del 88 era Michelle Pfeiffer). Pues bien, el nudo argumental de ''Crueles intenciones'' lo construyen mentiras, erotismo, celos, el desencadenante de todo, la venganza y finalmente el puro y sincero amor. Si algo destaco en este magnífico film es que lo primero, supieron modificar el guión lo suficientemente bien como para ser fiel al espíritu de la obra original (y me baso, repito, en la cinematográfica) y readaptarlo a los tiempos más actuales, sin hacer que la historia pierda su esencia. 

Sebastian quiere camelarse a la virtuosa Annette Hargrove (Reesee Whiterspoon)

Cecil Caldwell (Selma Blair) no es muy fina precisamente
Y lo segundo que además supieron añadirle un trasfondo más humano a los personajes, en especial al de Ryan Phillippe en el que se nota más contrastado su lado ''cabrón'' y manipulador con respecto de su otro lado tierno y sensible. El reparto a su vez me parece espléndido, creo que Phillippe y Witherspoon desarrollan una química excepcional en pantalla (de hecho creo que su escena de cama, me parece una de las más bonitas y sensuales que se han filmado nunca, amén de la de ''Titanic'' en el coche) y con respecto a Sarah Michelle Gellar, sólo puedo exclamar, ¡guau!, cambiando totalmente del rol al que nos tenía acostumbrados, creo que es meritorio aplaudir su labor de malvada impiadosa, convirtiéndose además en un personaje de alto carisma y para mí en el que le ha proporcionado a la actriz uno de sus más sobresalientes performances. 

¡Filetaco al canto!

El sexo con amor es mucho más bonito
Bueno, sin olvidarnos de Selma Blair, a la que le tocó hacer de la más divertida de todos, la tontita engatusada de Cecile (en la peli del 88 hacía de ella la ranciuca de Uma Thurman), que de verdad nos brinda momentos de lo más simpáticos a lo largo de la cinta (ése en el que describe como Ryan Phillippe le  ''repasa los bajos'' es para descojonarse) a la par de un más que sensual beso lésbico con Sarah Michelle Gellar que sin lugar a dudas estaría en más de una mente calenturienta un tiempecito, en fechas próximas a su estreno. En definitiva, ''Crueles intenciones'' me parece un peliculón, ¿mejor que ''Las amistades peligrosas''?, los más puristas dirían que ''ni de coña'', yo digo que por lo menos a mí me emocionó, me encandiló y me gustó mucho más. Objetivamente considero que es una versión que puede perfectamente convivir con la anterior (literalmente fiel en estilo al texto) sin resultar un agravio para la misma. Subjetivamente, la considero algo imprescindible. Para el recuerdo, ese memorable final con los ojos llorosos de la Gellar recibiendo su merecido San Martín, con el tema ''Bittersweet Symphony'' de fondo. Para hacerse un lujoso maratón con ''Juegos salvajes''

El bien y el mal

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