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miércoles, 8 de julio de 2015

School Killer (2001) de Carlos Gil



Los tontainas de los protas
¡Menudo mojonazo de película! Respuesta hispana a la moda neo-slasher que se había proclamado tras el éxito de ''Scream'' y demás productos similares. Si ''Tuno negro'' ya había sido un descacharrante despropósito esta bazofia dirigida por un tal Carlos Gil no se queda atrás. El film es una gran cagada, malo con cojones, de esos engendros tan penosos y patéticos que acaban dando auténtica risa involuntaria. ''School Killer'' nos cuenta como un grupete de chavalucos adolescentes (bueno, entre ellos está Carmen Morales -la hija mayor de Rocío Durcal- que ya tenía más de treinta añitos), a los que se les ocurre, ¡no podía ser de otra manera!, meterse a organizar una fiestecita dentro de un viejo colegio que lleva cerrado un buen porrón de años. En el lugar, en los años setenta, tuvo lugar una sangrienta masacre, pues otro grupito de chavalucos había celebrado un ''guateque'' (de aquélla se acuñaba dicho término más finolis) y acabaron siendo brutalmente asesinados a hachazos por el guarda del sitio, que era un psicópata no de te menees (éste está interpretado por el mítico Paul Naschy, en decadencia total). 

El guarda psicópata (un caduco Paul Naschy)

El guarda liándose a hachazos
Pues resulta que desde su llegada, los muchachos empiezan a ver extrañas visiones y a ser testigos de misteriosos sucesos, como si los fantasmas del pasado aún permaneciesen en el lugar. El argumento posee la mayor cantidad de gilipolleces que se le puedan tirar a la cara a uno y dejarle con un incómodo de gesto de perplejidad. El guión es el resultado de un montón de subnormalidades dispuestas todas juntas, no hay lógica, ni coherencia, ni sentido alguno. Así mismo el film goza de una factura técnica deplorable, la ambientación es cutre, los actores de pena (anda por ahí también Manuela Velasco, la posterior prota de ''Rec'', que en su línea, está más que sobreactuada), la banda sonora horrorosa, y así podría tirarme todo el rato poniendo a parir cada uno de los aspectos de la cinta. Por no destacar, no destaca ni Paul Naschy, ya muy envejecido y sin alma, muy atrás quedó su estirpe de estrella del género y sus años gloriosos en los que pululaba por ahí con el maquillaje de hombre lobo. Cuando terminas de ver este mojón te lamentas haber desperdiciado una insufrible hora y media, tirada directamente por el retrete. En fin, que ''School Killer'' es una lamentable mierda, una patata nauseabunda que todavía a día de hoy me cuesta entender cómo pudo lograr financiación para producirse y estrenarse, para mal de la humanidad.  

Entre los chavalucos ahí tenemos a la hija mayor de Rocío Durcal,
Carmen Morales, un poco crecidita para colar como adolescente

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