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domingo, 27 de noviembre de 2016

Con la muerte en los talones (1959) de Alfred Hitchcock



El pobre Roger Thornhill (Cary Grant)
está a punto de meterse en un gran entuerto
''Con la muerte en los talones'', debo decir que es una película que, ¡raro caso!, la traducción al español de su título original, aún sin tener nada que ver con éste, ''North by Northwest'', la hace más atractiva y con mayor gancho. Sin lugar a dudas estamos ante otra de esas magnas obras maestras, como tantas tiene su brillante realizador, el maestro del suspense, Alfred Hitchcock. Muchos no eruditos, o no muy avispados dentro del terreno del cine clásico, puede que no la conozcan más que de oídas, pero seguro que muchos, pero muchos, sí que sabrían ubicarla gracias a esa inmortal escena en la que el pobre Cary Grant casi es arrollado por una avioneta en medio de un campo desolado; es una de esas escenas que han marcada el Séptimo Arte, pero no sólo gracias a dicho momento ''Con la muerte en los talones'' merece el apelativo de obra magistral del cine. 

¿Esta rubia, Eva Kendall (Eva Marie Saint) será de fiar?

Los villanos del cotarro (James Mason y Martin Landau)
El film es frenético de principio a fin, su trama engancha con una facilidad tan suprema que una vez que ha comenzado no puedes apartar la vista de ella. Hitchcock parece auto- homenajearse, recuperando la premisa de uno de sus clásicos británicos, ''39 escalones'', con la que guarda múltiples parecidos, aunque añade más acción, toques de comedia más acentuados y sobre todo mayor intriga; la mezcla, un film sublime, espectacular, insuperable. La historia nos cuenta el marrón en el que se ve metido, sin comerlo ni beberlo, un hombre de negocios, Roger Thornhill (Cary Grant, en para mí, su mejor interpretación), se ve inmuscuido. Resulta que el pobre hombre es confundido por un espía, George Kaplan, al que una organización criminal persigue para eliminarlo, por lo tanto tendrá que componérselas para intentar escapar con vidas de los múltiples intentos que los malos de turno desarrollarán para mandarlo al otro barrio. 

Una de las escenas más famosas de la historia del cine

Lo más gracioso es que el tal Kaplan, ni siquiera existe, es un invento de la organización de espías pertinente que lo han creado como una argucia para ir detrás de los villanos. La cuestión es que nuestro protagonista se verá en medio de dos fuegos cruzados, los espías lo persiguen por un lado para que no les desmienta la tapadera, los malos para cargárselo y la policía porque creen que es un asesino; ¿cómo podrá salir ileso de semejante lío? Mi recomendación es que no os perdáis ''Con la muerte en los talones'', una peli imprescindible para todo amante del cine como Dios manda, una joya del maestro Hitchcock, merecedora de destacar en el top ten de su filmografía, lo cual es difícil de sobremanera, un film en el que todo apartado funciona de manera sobresaliente, una auténtica gozada para los sentidos.

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