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lunes, 28 de marzo de 2016

Los últimos días de Pompeya (1959) de Mario Bonnard



El bravucón de Glauco (Steve Reeves)
Entretenidísimo peplum italiano, el cual supuso el debut del propio Sergio Leone (alma mater del spaguetti western) que comenzó haciendo sus pinitos en la dirección (aparte de participar en el guión) aunque no aparece acreditado. El film destaca por su gran factura técnica, imitando a las superproducciones sobre la Antigua Roma de Hollywood, y si bien, no llegan evidentemente a la perfección escénica de obras cumbres como ''Quo Vadis'' o ''Ben Hur'' (por mencionar algunas), hay que decir que mantiene elegancia visual gracias a su magno cuidado estético. La película, como bien indica su título, centra su historia en los días previos a la tristemente famosa erupción del volcán Vesubio que cubrió de cenizas a la ciudad de Pompeya en el siglo I. Tal y como ya hiciesen en la anterior versión de la misma historia made in USA, ''Los últimos días de Pompeya'' de 1935, la tragedia en sí se desarrolla en los últimos diez minutos del metraje, ofreciéndonos una cinta de aventuras, amor y religión, muy amena y distraida. 

Así pasaban el tiempo los romanos

Los pobres cristianos pasto de los leones
La historia nos cuentan como en Pompeya, una plaga de asesinatos de ilustres familias romanas, asola la ciudad. Estos crímenes se achacan a los cristianos, los cuales son perseguidos, repudiados socialmente, y condenados por su vocación, a muerte. Un centurión más avispadete (Steve Reeves, rostro típico de los peplums italianos) comenzará a atar cabos y se dará cuenta de que todo forma parte de una treta para enmierdar a los pobres cristianos, lo cual le hará estar en constante estado de alerta, mientras tanto se enamora de una guapa y joven cristiana (digamos que el entramado a veces, me recuerda un tanto a ''Quo Vadis'', salvando las distancias). Digamos que todo el nudo central es simplemente el preludio del meollo del film que es la tragedia final que comenzará con la erupción de volcán y la posterior destrucción de la ciudad, construyendo una interesante cinta de tipo histórico mezclada con cine de catástrofes. Tenemos pues una peli bien realizada, elegante escénicamente hablando y dentro de sus características, bastante espectacular (aunque en ocasiones ciertas escenas se vean un tanto cutrillas, pero es lógico, no disponían de los presupuestazos de las producciones de Hollywood). A mí me pareció muy interesante, dentro de las pelis de romanos de tipo serie B, es de lo mejorcito que se ha hecho.

El Vesubio entra en erupción y se lía parda

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