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Amante tonto número 1, Alex (Raoul Bova)... |
Odio las películas románticas, y las odio por una razón muy simple, porque todas nos pintan esa cosa llamada ''amor'' (¡qué bonito suena!) como el no va más, lo más genial, eso que te hace flotar, que te derrite, que te hace suspirar de gusto, ¡me río yo! Este tipo de bufonadas nos da una perspectiva engañosa del auténtico amor, muchos se llevan la gran decepción cuando descubren en sus carnes que el amor tiene un gran componente de dolor, de sufrimiento y de amargura, porque, no seamos cínicos, ¿quién que no ha amado, no ha llorado, no se ha disgutado y no las ha pasado bien putas por las desdichas ocurridas con su ''media naranja''? Pues por eso odio subnormalidades supinas como ''Perdona si te llamo amor'', film dirigido por un ''engañabobos'' llamado Federico Moccia, que a su vez adapta una novela propia, por lo visto igual de ñoña, rancia, pastelosa y empalagosa.
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...se enamora de amante tonta número 2, Nikki (Michela Quattrociocche) |
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Y tonto más tonto... |
Este italiano nos clava en la vista, a los torturados que hemos accedido a tragarnos el mojón, casi dos horas de ''poética'' tontuna repleta de corazoncitos cuquis, contándonos la insoportable historia de un tipo, publicista y cuarentón (adonis de cualquier bareto de alterne de tres al cuarto) que se pilla por completo por una niñata de instituto y a ambos les atraviesa la flecha envenenada de Cupido (esto no es
''San Valentín de muerte'' que las flechas herían la carne y hacían sangrar, ¡no!, estas flechas duelen más). Total, que todo es maravilloso, superfabuloso y divino de la muerte entre los dos, que ambos superan sus diferencias, sus estatus, sus ambientes y sus ''todo'' para unirse en un apasionado romance que todo lo puede y en el que todo se vuelve rosita cual nubecita cuqui.
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...surge el pedante y asqueante rollito |
¡Puagg! No aguanto este mojón, alto y claro, no soporto estas tonterías, ¿desde cuando el amor es así?, ¿durante cuánto tiempo pretenden engañar a la peña con estas absurdeces?, bueno obviamente mientras existan quinceañeras a las que engatusar y crear memeces de bonitos cuentecitos de hadas con sus príncipes perfectos, que nunca se verán realizados. Bueno, supongo que ilusos siempre existirán, de ahí que tengan tanto éxito y buena acogida estos petardos con sabor a azúcar caducado, para que luego digan que las pelis de terror repletas de gore al por mayor, han hecho daño en la sociedad. El señor Moccia debería de ser condenado a cadena perpetua.
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Si es que después de un buen polvito todo es bonito ¿o no? |
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