Baby Blood (1990) de Alain Robak

 

A la prota, Yanka ( Emmanuelle Escourrou)
no le sienta bien estar preñada

Que en la última década los franceses han despuntado ofreciendo películas de terror extremas, repletas de violencia y gore al por mayor, quedó más que claro (parece que últimamente andan ya flojeando). Sin embargo ya un señor llamado Alain Robak (sin una carrera cinematográfica más extensa, aparte de la elaboración de este film), ya quiso darle un abracito al gore más guarrete hace más de veinte años. ''Baby Blood'' es una frikada en toda regla, un film inclasificable, extraño, grotesco, divertido incluso (si se toma a veces, como una bromita de mal gusto) y pasado de rosca. El argumento es el siguiente; una joven está embarazada, pero no de un feto normal, no, sino de una criatura que no sólo le habla (¡y qué labia tiene el bicho, y qué boquita!) sino que además este ser necesita sangre humana para sobrevivir. 

Sangre para el baby

¿Es niño o niña?

Así pues, la madre irá consiguiéndole víctimas al retoño, el cual espera el momento propicio para venir a este mundo. La película cabalga un poco entre la comedia absurda y el gore visceral (un poco al estilo de ''Brain Damage'', pero con mucha menos gracia y un claro resultado visual más inferior), la verdad una vez finalizado su visionado no sabía muy bien como tomármela. La peli puede tener su gracia para aquéllos que no pretendan ver un proyecto de categoría (ni tan siquiera tratándose de un film de tan irrisorio presupuesto) y que disfruten con cualquier casposidad por muy chapucera que sea; quienes pretendan ver un film fantástico serio, pues de antemano ya digo que no es la opción correcta. Para los goremaníacos, la recomiendo como curiosidad, no cabe duda de que, si uno no es demasiado exigente con el material expuesto, pues puede tener un pase, al fin y al cabo la sangre (el tomate más bien) y la casquería abundan y eso es algo que buen fan de lo bizarro, no puede perderse. 

¡Qué parto más difícil!