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viernes, 24 de junio de 2016

El monstruo vengador (1956) de John Sherwood


¡Qué manía con no dejar al pobre monstruo, en su laguna, tranquilo!
La icónica figura del monstruo de la laguna negra había dado para hacer dos míticas películas, aputándose la Universal dos clásicos tardíos (de sus antiguos años de gloria en el género) para rememorar, ''La mujer y el monstruo'' y ''El regreso del monstruo'', ambas dirigidas por un experto en la materia, Jack Arnold (autor también de las genuinas ''Tarántula'' y ''El increíble hombre menguante''). Pues bien, aquí decidieron resucitar al pobre monstruo de marras para configurar una tercera parte que ya dista mucho del encanto de sus antecesoras. ''Creature walks among us'' (que vendría a ser algo así como ''El monstruo camina entre nosotros'', aunque le colocaron el título hispano de ''El monstruo vengador'', así son las cosas de la traducción) es una secuela la mar de extraña y desde mi punto de vista, totalmente innecesaria. El monstruo es capturado nuevamente por unos científicos (ya podían dejarlo en paz al pobre) y éstos comienzan a hacerle todo tipo de operaciones (que ni a Cher) para convertirlo en humano. O sea que ahora, le posibilitan respirar fuera del agua, y caminar por la tierra sin problemas. 

El monstruo siendo sometido a cirugía

El monstruo ya parece más humano
Pero el pobre monstruo quiere recuperar su hábitat natural, claro, y eso hace que sintamos una enorme penita por él, sobre todo en la escena final, en la que el monstruo como tal se delata como una víctima absoluta de los auténticos monstruos que son los científicos que han destrozado su tranquila paz. De nuevo se destaca la presencia de una fémina, en esta ocasión Leigh Snowden (escultural rubia, como ya había marcado el patrón las secuelas anteriores) que será la que muestra cierta compasión por la criatura, estableciéndose esa relación de ''bella y bestia'', también presente en las pelis predecesoras. En fin, la película es un clasiquillo menor, guarda cierto aire nostálgico característico de la época y su corta duración ayuda a que sea amena y llevadera, pero dista ya de estar a la altura como secuela digna. No está mal para ver como curiosidad por lo ojos de un auténtico completista del fantástico. Me resulta curioso lo engañoso que es el poster del film, mostrando un imponente monstruo amenazador, cuando en realidad lo que se muestra es todo lo contrario, como ya señalé, la criatura aquí es la víctima desvalida y creo que todo espectador puede identificarse con su desgraciado drama.

Esta escena da mucha penita

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