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Susana Estrada poco antes de enseñar las tetacas |
Tras
''La noche del terror ciego'',
''El ataque de los muertos sin ojos'' y
''El buque maldito'', el
gallego Amando de Ossorio puso fin a su saga de los zombies huesudos
templarios.
''La noche de las gaviotas'' no apunta gran cosa que no
se haya visto con anterioridad, trama similar y misma realización
patatera de turno (era lógico, que el presupuesto ajustado debía de
ser una buena lacra), aunque eso sí, este film parece tomarse más
en serio y presentar una historia algo más currada (sino compararlo
con la cochambrosa película inicial, que por mucho culto del que
goce, no deja de ser un bodriete bastante ridículo). La saga en
general ha presentado constantes altibajos, exceptuando la segunda
parte (cronológicamente la primera), ninguna de estas películas me
parecen mínimanete destacables (insisto, a pesar de su estatus de
clásicos glorificados dentro del fantaterror español y la serie B
de dudosa categoría).
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Los zombies de los caballeros templarios vuelven a cabalgar |
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Víctima de un sacrificio |
Centrándonos en ''La noche de las gaviotas'',
tenemos como protagonistas a una pareja (la mujer es la mítica María
Kosty, actriz poco habituada al género que, en serio, sale muy bien
parada como scream queen de turno), que se traslada a vivir a un
pueblecito costero (la mar de tenebroso) en donde son recibidos con
mucha hostilidad por los lugareños de la zona. El porqué es muy
simple, esta gentualla rinde culto a los perversos zombies de los
caballeros templarios, ya conocidos por todos los hayan visionado el
resto de la saga, a los que ofrecen inocentes muchachitas para ser
sacrificadas de maneras sangrientas. De la película se puede
destacar una cuidada puesta en escena (dentro de sus limitaciones,
está muy conseguida), es más, me atrevería a decir que visualmente
es la más currada y la más siniestra y mal rollera. No faltan las
tipicas escenas gore de mercadillo, los monstrencos con caretas de
goma y alguna que otra escenilla de destape (que ya andaba ahí el
fin de la dictadura), no es para menos, hay que tener en cuenta que
en el reparto estaba incluída Susana Estrada, asturiana que durante
los setenta fue la reina de la provocación en nuestro país y figura
cumbre del destape español (esta mujer aparece en el prólogo cinco
minutos, y sólo en ese ratejo ya enseña el busto).
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Los protas acojonados vivos |
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Sandra Mozarowsky preparada para el sacrificio |
La película es
idónea para que los admiradores de este tipo de films de serie B
baratejos y de terror casposa se peguen todo un homenaje, como
siempre digo, aparte de suponer el cierre de la tetralogía de los
zombies templarios configurada por Amando de Ossorio. Comentar como
curiosidad final que aparece también la jovencísima Sandra
Mozarowsky, personalidad cuyo recuerdo se ha evaporado con el tiempo,
pero que considero que merece la pena rememorar. La chica murió en
1977 con 18 años sólo, en sólo unos pocos años la chica tuvo
bastante repercusión como figura de la transición (sobre todo
gracias, no lo vamos a negar, al destape). La cuestión es que su
muerte no fue una muerte cualquiera, la chica se ''cayó'' por una
ventana, y si digo ''cayó'' (entre comillas) es porque ésta se
produjo de forma muy sospechosamente accidental. Durante mucho tiempo
se rumoreó que fue amante del rey Juan Carlos I, y no sólo eso,
también se comentó (y ella lo dejó caer antes de morir) que estaba
preñada el monarca. ¿Os imagináis que supondría un hijito
bastardo de Juancar? Pues bueno, todo se solucionó cuando la joven
rodó desde un balcón. ¿Accidente, muerte conspiratoria? Eso nunca
se sabrá, y como todo, el tiempo se llevó sus cenizas.
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R.I.P. Sandra Mozarowsky (1958 - 1977) |
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