|
El loco de Willard (Crispin Glover) |
Los responsables de la sobresaliente
''Destino final'', Glen Morgan y James Wong, fueron también los de
la realización de este
remake de
''La revolución de las ratas'',
ese clasiquillo de serie B un tanto obsoleto, al cual el paso del
tiempo no trató demasiado bien. El principal atractivo del film
original había sido el plantear un argumento interesante, un joven
llamado Willard, retraído y un tanto ido de la olla, que comienza a
tener una amistad muy especial con un puñado de ratas, las cuales
acabarán obedeciendo su voluntad. Este
remake trata la misma premisa
y argumentalmente no se distancia ni un ápice de lo que era la
historia inicial, aunque eso sí, obviamente (por el paso del tiempo)
la parafernalia técnica está más currada y resulta mucho más
efectiva (sobre todo teniendo en cuenta la precariedad de la versión
de 1971). ¿Es mejor este
remake? Para mí, sinceramente sí, como ya
dije en otras ocasiones, esto es un caso poco común -pero a veces
pasa-, y en esta ejemplo concreto considero (desde mi punto de vista)
que el dueto Morgan y Wong, supieron tomar lo mejor de la original y
darle un cierto toque de atractivo visual (lógicamente el avance de
las técnicas de realización teniendo en cuenta que entre ambas se
distancian treinta años, contribuyeron a ello).
|
Willard de colegueo con las ratas |
|
Las ratas justicieras |
Si hay algo que
destaco más en la peli de 1971, es la interpretación de Bruce
Davison como Willard por encima de la de Crispin Glover, no porque
éste lo haga mal, pero resulta más histriónico, más caricaturesco
y bufonesco y por lo tanto, se le toma menos en serio. Davison
transmitía más dramatismo, era más inquietante, Glover parece en
ocasiones una parodia del personaje en sí y en mi opinión, es algo
errático. Por supuesto, esta
''Willard'' es más amena, posee más
acción, las ratas de marras se hacen más notorias y los efectos
especiales aportan un toque de distinción a la hora de presenciar un
espectáculo estético más atractivo (a mí especialmente me moló
esa escena en la que las ratas diabólicas arrinconan a un gatete,
para darle su ajusticiamiento debido). A destacar por ejemplo también
la presencia de R. Lee Ermey (el cabrón sargento de
''La chaqueta metálica'') que aquí adopta el rol que Ernest Borgnine en la
anterior versión, o sea, la del jefazo tirano del protagonista, al
que detestaremos con facilidad y cuyo desenlace sangriento
aplaudiremos con entusiasmo.
|
El pobre gatete que mal lo va a pasar |
En fin, que ''Willard'' no es una
película sobresaliente, ni algo digno de destacar como un clásico,
pero como mero entretenimiento, un producto de acabado visual potente
y una puesta al día de un film viejuno y pasado de moda, creo que
cumple más que de sobra en cada uno de los apartados.
|
Willard con su ejército de ratas |
No hay comentarios:
Publicar un comentario