El prota, Willard (Bruce Davison) con sus peludos amigos, Sócrates y Ben |
Un pequeño clasiquillo dentro del cine
de ''terror'' (y digo esto entre comillas porque en sí no es que la
película sea especialmente aterradora, se inclinaría más hacia el
drama de tipo psicológico) de serie B de los setenta, de argumento
bastante original e interesante. De hecho, si hay algo que puede ser
destacable dentro de esta modestísima producción es su historia,
bastante llamativa por la propuesta ciertamente novedosa que supuso
en su momento (antecediendo incluso a otras más populares que
posteriormente se posicionaron en lo más alto a la hora de tratar el
tema de animales asesinos dentro del panorama cinematográfico) a la
par de la plasmación de la psique del protagonista (humano), que es
lo más interesante del libreto. La lástima es que desde el punto de
vista audiovisual la peli es austera, muy austera, flojita y de andar
por casa. No esperéis grandes alardes técnicos, ni efectos
especiales ni ninguna escena sorprendente en sí, ''Willard''
(detesto el título castellanizado de ''La revolución de las ratas'')
es muy simplona, e incluso me atrevería a decir, muy televisiva.
Aquí tenemos a Elsa Lanchester, recordada por los amantes del terror gracias a su mítica participación en ''La novia de Frankenstein'' |
El tirano jefe de Willard (Ernest Borgnine) |
La
historia que se nos presenta es la de un joven un tanto retraído y
antisocial, el propio Willard (muy correcto un joven Bruce Davison),
al que todo le sale mal en todos los aspectos de su vida, no tiene
éxito en el amor, no se relaciona con nadie, y encima es puteado por
le cabrón de su jefe (el oscarizado y antaño reputado Ernest
Borgnine). Sin embargo, el muchacho, que por su definición podría
ser una especie de Norman Bates (aunque sin esconder el cadáver su
mami disecado en casa), contará con el apoyo de dos amigos muy
especiales, Sócrates y Ben, y si digo especiales es porque son dos
ratas, sí señores, dos ratas, aunque eso sí, no dos ratas al uso.
Ben y Sócrates son inteligentes y son capaces de comunicarse con
Willard, incluso ponerse a su servicio a la hora de echarle un cable
en alguna cuestión. Gracias a ello, Willard desarrollará la
facultad de conseguir que un considerable número de estos roedores,
se unan a él en un momento determinado en que el muchacho decida
proclamar su justa venganza contra las injusticias que asolan su vida
tan tristona. Eso sí, ¡ojito con traicionar a una rata o hacerla
cabrear!, la rebelión de éstas puede ser más que terrible.
Cuidado con cabrear a una rata... |
Como ya
dije, la peli en sí puede pasar por ser una curiosa rareza, es más
llegó a cosechar cierto nivel de culto, gracias a lo cual contó con
una secuela al año siguiente, titulada ''Ben'' (haciendo alusión a
uno de los amigos peludetes de Willard), y un remake en 2003 con
Crispin Glover de protagonista (el cual corrió a cargo de los
responsables de ''Destino final'' y ''Negra Navidad''). A mí, sin
más ni más, ni me agradó ni me disgustó en demasía, podría
decir que me dejó un tanto indiferente, supongo que puede ser
recomendable para todo aquel fanático excesivo que disfrute con el
visionado de cualquier pieza obsoleta y ''marginada'' por el tiempo.
A grandes rasgos, no creo muy descabellada utilizar la apreciación
de que su remake (sin tampoco ser nada del otro mundo) incluso mejoró
de lleno muchos aspectos de ésta (cosa rara sí, pero que en
ocasiones -pocas- ocurre).
...puede ser algo muy peligroso |
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