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lunes, 21 de septiembre de 2015

Apocalipsis caníbal (1980) de Bruno Mattei



¡Cuidado que vienen los zombies!
Bazofia italiana de la peor clase. El señor Bruno Mattei con todo el careto que le caracterizaba (que este director carga con unos cuantos buenos bodrios en su amplia y casposa filmografía) se apuntó al carro de copiar con todo descaro la peli de George Romero, ''Zombie''. Anteriormente ya se había adelantado Lucio Fulci quien nos regaló esa joyita titulada (horrosamente) en España ''Nueva York bajo el terror de los zombies'', quien había demostrado que en el terreno de copiar se podía hacer algo más que sobresaliente (incluso estando a la altura del film ''plagiado'' en cuestión). No ocurre lo mismo con este petardazo, Mattei no sólo tiró del tema zombie, sino que también decidió hacer remezcla con el recurrente subgénero de caníbales selváticos que tanto se fraguaba en Italia en ese momento, y que si un ramalazo de ''Holocausto caníbal'' de Deodato por aquí, que si otro de ''Comidos vivos'' de Lenzi por allí y el resultado es este ''Apocalipsis caníbal'', una mierda horrenda se mire por donde se mire. 

La prota (muy acalorada) entre los caníbales

Zombie Junior
La peli está rodada en España, concretamente en Cataluña (que sí, que es España también), aunque se supone que la acción ocurre (¡al lorito!) en la selva de Nueva Guinea. La cosa va que se produce una explosión nuclear y la radiación provoca que un grupo de personas se conviertan en zombies y amenacen a un reducido grupo de personajes que adquirirán los sendos roles protagónicos. Entre ellos (claro plagio del film de Romero) unos chunguetes miembros de los S.W.A.T. (¿qué hacen por ahí?, no hay lugar para la lógica), una periodista que a la menor ocasión se saca las tetas y su cámara que andaban por ahí rodando documentales o no se qué mierdas. La cuestión es que estos desgraciados deberán intentar salvar su pellejo de las dentelladas de los zombies, metiéndose por en medio de la selva y por ende, también esquivando los peligros que aquí encontrarán. Actores ridículos, situaciones que dan risa, efectos gore de mercadillo y ¡ojito!, una banda sonora del grupo Goblin (los habituales de Argento) extraída directamente de la propia ''Zombie'' de Romero. El resultado es, como ya dije, una porquería de proporciones abismales, un engendro que compone lo peorcito dentro del amplio mercado explotativo italiano.  

Se ve que estos zombies andan de mal rasque

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